Estoy construyendo un puente demasiado largo,
un puente inmenso que cruzará tus ojos,
que te arrancará de la comodidad,
que despedazará tu letargo.
Que hará que tu sonrisa explote,
y que todo lo hermoso que tiene caiga brillando a mis pies.
Voy de viaje a tu mirada,
me enamoro, tiemblo,
y vuelvo a fugarme.
Dios sabe cuánto falta para derribar las murallas de Jericó.
Quién tocará la trompa.
Dónde guardarás tus venas,
cuando la sangre inunde el vado.
Viaja. Es tu beso.
Uno anda como un reo,
comprometiéndose con lo invisible,
enamorándose de lo desconocido.
Venciendo el miedo.
Abandonando la carretera.