sábado, 9 de junio de 2012

Sábado perfecto

Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra.

Vengo del monte a lo alto, con leña para el invierno,
el descenso fue un descenso cargado de sensaciones,
bajé cantando canciones, y así fui juntando el tiempo...
Tiempo en vida, vida a tiempo, solución de faz ajena,
tu sonrisa como arena, se mezcló a otro material,
y el agua del manantial me mostró de dónde eras

tu mano no es para mí,
pero sí tus ojos buenos,
tu boca no es para mí,
pero sí mi boca es tuya.

En el monte, allí en lo alto, toda ciudad es pequeña,
en la rocas, de la peña, brota el agua cristalina,
las manos se te aglutinan queriendo sorberla toda,
pero el frío te rebota como esquirla entre los dientes,
al no quererla caliente, cargarás tu cantimplora,
por la sed que se te viene, por la sed que no se colma.

Y el pie haciendo fuerza por subir,
la pierna en su contractura de ascenso
cada vez más alto,
cada vez más fuerte,
al posarse la planta
sobre la desnudez que florece en la tierra,
toda tu mente en la meta
todo tu alma en la meta
y el espíritu es la meta.

Paracleto de transformación,
palabra que debe ser escrita,
voz de labios que debe ser hablada,
extraño mandamiento el mío,
de contarte muchas veces como no me siento,
para decirte lo que vi,
en muchos de los otros que me fui sintiendo.

No escondo mi cabeza cambiando por aceitunas el legado,
no cambio por una lenteja este regalo,
quizás como diciéndote,
ven, conoce mi montaña,
admira mi precipicio,
carga mi maleta,
arma mi tienda,
duerme en mi carpa.

A lo lejos el atardecer definitivo,
simulación de un ancho ring que fenece,
traza mi línea de comisión de mañana,
tengo la sensación de que he sido regado,
estoy dándole a mi mañana mi premio.
Así conocí de mi Señor su primicia.
Feliz porque está conmigo,
y yo con Él.
Y Tú estás con nosotros.
No importa si he sido uno o dos.
Si mi conducta repele tu expectativa.
Si ya no es la sonrisa lo que me ahoga,
si mi vaso de agua no te contiene,
si no es para mí el agua de tu cantimplora.

No dejes de buscar con esos ojos cerrados,
no dejes de buscar ni cuando duermas,
quizás te hable a la tarde,
del sábado perfecto.
Quizás seas un sueño. Una realidad. 
La vida, el tiempo...

Buen sábado constructor.
Buen sábado enamorado
buen sábado de proyectos.

Buen sábado de vida.
Abundante y loca.
Como una ruleta.
Como un parque de pinos.

O un monte claro de arroyos cantores.
Con un abrazo para vos
estrangulado.
Como el ladrido de algún perro que quiere callar a un gato.
Como la palabra angustia, que existe, pero dura un rato.

Lago Agnes, Canadá.
Así se ve el patio de mi casa.