También es un talento y un arte,
y muchas veces hay que desesperarse por no poder,
por no poder, decirte, un día compartirlo...
estaba cosiéndose perdida entre la urbe,
el difícilmente distinguible volar de un bombo dulce por los aires,
mientras que una amiga armaba eso de hacer un mate
y la radio sospechaba dibujos de trazos de futbolistas,
entre gol y gol, y temor de caer del resultado,
sentía tu voz que me pedía, diciéndome...
La tarde avanzó entre las nubes del cielo desigual de los soñadores,
parecido un refutador, un convencido de lo contrario y te sentí lejana,
podés ver sus colores ambarinos, su metástasis urbana simple
su condición elegante en la fenomenal materia de desintegrarse,
como vos sabés solamente hacerlo, vos eras mía murga,
como eras desde siempre una Murga por el aire,
como un viento que te vuelve a decir tentándonos,
que soy la identidad del mundo,
que soy el homo sappiens sappiens,
que no tengo una tarde de descanso,
pero vení como puedas hoy,
aún si hoy no podés, vení igual,
que le importa a la alegría que estés descalzo.
Entonces otro rugido que se quebrará en la tierra,
tremulante, vívido, eléctrico, certero
como bala que no se desperdicia en nada,
con esta esencia natural primera, de ser un Murguero
entender que te sangre la mano por tocar la puerta
entender que para siempre no estará Febrero.
Y ante la duda una trompeta me abrirá la calle,
pensaré que ya no tengo la ropa lista,
pensaré en las noches que gasté dándole una idea a la levita,
comprender que fuimos únicos ese día arremolinado...
Ver que las cosas cambian, verme al espejo cambiado
ser y no ser yo, como ha sido Gelman,
ser o no ser, como fue Shakespeare,
andar como el Quijote de la Mancha por la calle,
viendo los gigantes aplaudiendo otarios,
ver que las siluetas se siguen moviendo,
escuchar tu grito y correr a buscarlo...
Y presentarte, delicada funda de joya fina de mi vida,
hermosa Murga,
cómo si en esta presentación se fueran los cimientos de tu estrella,
en la moción del orden subvertido que me arrebata a un nuevo pensamiento,
en el lugar del lugar que sea que estés, sí habrás salido
para siempre, un vecino nuevo que se llega, es bienvenido.
No tiene sentido no soltarte en este barrio,
porque quizás en una esquina sueñe contigo un niño,
quizás seas su única ventana de colores,
quizás seas la verdad hecha de ruido.
Quizás sea domingo y haya escuchado,
desde el pecho, adentro del corazón de cemento, tu rugido...
No importa ni el color ni tu medida,
importa esta que es la verdad
Murga Querida.