Darío es un hombre común
cuando se levanta se mira al espejo,
piensa un poco mientras se enjuaga la cara,
sale a la calle
y quiere transformarlo todo.
Elisabeth es una mujer sencilla
cuando se levanta se dirige al baño,
se alista cuidadosamente, se maquilla y peina,
es hermosa cuando toca la calle
también desea de corazón cambiarlo todo.
Pablo es un hombre común
cuando se levanta habla con el Padre
luego de saludarse amablemente, se vuelve especial, se peina
pone en marcha su auto
y cruza la ciudad pensando en cómo hacer para trocarlo todo.
Virginia es una mujer común
al levantarse se ríe de los años, sonríe a su esposo,
dispone su corazón a enseñar lo que sabe
toma uno o dos mates
y entra en una escuela para cambiar todo.
Leandro es un hombre común
abre un ojo y luego otro, alcanzando con la mano la prótesis visual,
bosteza, taponando su boca, habla con el Santo,
luego toma su café en mucha cantidad,
y atiende en su ventanilla pensando en transformación y cambio.
Estefanía es una mujer común
está despertando en Capital, haciendo vida,
escucharía rock inglés y experimentará con sabores nuevos,
buscando qué hacer para comer,
camina por Barracas con anhelos de meta morfo y cucharadas sabor a cambio.
Germán es un hombre común
su descanso parece cambiar del suspenso al activo
permanentemente pareciera buscar algo que encuentra siempre
al despertarse, son tres cosas lo que lo despiertan
su familia, su tribu y el cambio.
Gladys es una mujer común
cuando se levanta va a la cocina,
agradeciendo el día de vida de sus hijos y nietos,
cuando amanece y el sol se deja ver por la ventana,
piensa, después de tantas cosas, en el cambio.
¿Quién de ustedes, primeras personas amadas,
habrá olvidado el por qué de su empresa?
¿Cuál es su pirámide?
¿Cuál es la virtud, la grandeza?
¿Habré sido yo?
Millón de hombres y mujeres pequeños delante de Dios,
de dolor de pecho rasgado o de alegría hermosa,
porque tenemos este corazón que no nos entra de dolor algunos días,
cuando deseamos crecer, sabiendo que en crecer radicaría el cambio.
¿Quién no piensa en la libertad de la costumbre...?
¿Quién no anhela de nosotros lo que es nuevo...?
Quién quieras que seas, no importa cómo te llames,
estés dónde estés, te pido que arranques.
Da la orden de poner en marcha. Te lo pido de corazón.
Te suplico que te muevas.
Que no te quedes.
Que no te embarres en este fango,
que des pelea.
Mañana,
cuando abrás los ojos,
pensalo bien,
pensá en tu adentro.
Pensá en tu afuera.
Quizás una madre con todo el dolor de la tierra no se conmueva,
quizás el odio le haya instalado un sistema operativo de odio,
quizás un padre no llame al hijo, un hijo no bese al padre,
pero si queda una noche, pero si sobra una estrella,
tenemos tiempo, todavía,
todavía podemos salvar a muchos
hombres y mujeres comunes,
de nuestro planeta.
Perdón si no estuve de color.
Estaba en una cueva que era un espanto.
(Los hombres no se acostumbraron a la luz del sol,
el sol se acostumbró a no quemar vivos a los hombres...)
Darío es un hombre común
cuando se levanta se mira al espejo,
piensa un poco mientras se enjuaga la cara,
sale a la calle
y quiere transformarlo todo.
Elisabeth es una mujer sencilla
cuando se levanta se dirige al baño,
se alista cuidadosamente, se maquilla y peina,
es hermosa cuando toca la calle
también desea de corazón cambiarlo todo.
Pablo es un hombre común
cuando se levanta habla con el Padre
luego de saludarse amablemente, se vuelve especial, se peina
pone en marcha su auto
y cruza la ciudad pensando en cómo hacer para trocarlo todo.
Virginia es una mujer común
al levantarse se ríe de los años, sonríe a su esposo,
dispone su corazón a enseñar lo que sabe
toma uno o dos mates
y entra en una escuela para cambiar todo.
Leandro es un hombre común
abre un ojo y luego otro, alcanzando con la mano la prótesis visual,
bosteza, taponando su boca, habla con el Santo,
luego toma su café en mucha cantidad,
y atiende en su ventanilla pensando en transformación y cambio.
Estefanía es una mujer común
está despertando en Capital, haciendo vida,
escucharía rock inglés y experimentará con sabores nuevos,
buscando qué hacer para comer,
camina por Barracas con anhelos de meta morfo y cucharadas sabor a cambio.
Germán es un hombre común
su descanso parece cambiar del suspenso al activo
permanentemente pareciera buscar algo que encuentra siempre
al despertarse, son tres cosas lo que lo despiertan
su familia, su tribu y el cambio.
Gladys es una mujer común
cuando se levanta va a la cocina,
agradeciendo el día de vida de sus hijos y nietos,
cuando amanece y el sol se deja ver por la ventana,
piensa, después de tantas cosas, en el cambio.
¿Quién de ustedes, primeras personas amadas,
habrá olvidado el por qué de su empresa?
¿Cuál es su pirámide?
¿Cuál es la virtud, la grandeza?