No es más grande el desperdicio y sigue siendo la basura; sobra esto, aquello y por aquí deberías recortar estos excesos, desechar estos lastres e irte. Marcharte a esos lugares en dónde ni la imaginación del otro sea capaz de atraparte. Proponerte caminar la curva de Martinoli con su vegetación que exalta, que después viste con la comodidad nuevamente de otro modo. Fingir que el estadio, con su luminiscencias no te llama la atención, irte de aquí para liberarnos a todos de atenderte, de prestarte atención, caminé las calles donde el Palacio Ferreyra también.
Vivir sin la intención de ser mirado; entendiendo finalmente mi razón de ser, completo, para que mi búsqueda tenga un día más de sentido en dirección, extraño tarro que te da permiso de excretar aquello que no has comido, y vos: "Truhán brutal galán, inmenso sabio, pedazo de..." Pretencioso estafador. Incoherente. Lagrimoso. Pesado para el mundo que quiere leer las buenas nuevas pero se olvida que la desobediencia sobreviene en juicio. Quién me pide que me estafe fingiendo ser lo que no soy. Quizás nadie. Nadie está mirando tu lado oscuro. El odio es acusado por tu propia convicción y conveniencia.
Si pudiera, suspirando en grados físicos, estar hablando de lo bello del globo esta mañana, si pudiera hablar, por ejemplo, de la inmensa solicitud de todos los hombres buenos que viven aquí y allí.
Si fuese el primero en escribir:
"La noche está estrellada y titilan azules los astros a lo lejos..."
Mas no importa ya. Desde adentro mío el plebiscito del no sofoca al sí. Neruda sigue siendo comunista. Él todavía quiere la "Lucha de Clases", quiere defender a Chile de las "Garras del Imperio del Norte". Quiere las cabezas burguesas en el plato donde se va a sentar a comer con otros de su misma esfera.
No porque vos seas un idiota sin capacidad de percibirlo, entonces te repetís cantitos de amor como pastillas para la tos. Pero tampoco es porque desde tu romanticismo no hay romance porque nadie muere. No muerte. No romance.
"Perrone ha sido invadido... Ampliareeeemos..." Dijo, alertándome, el cronista de la tele.
Con indiferencia, aunque estaba hablando de mí; seguí haciendo la nada que hago siempre, escribir o no sé qué tontería sin valor, poner la pava creo...
Pero a eso de las cuatro de la mañana el Ejército de Barbudos tomó la Central de Inteligencia, y se me vino la idea a la mente de que los Apóstoles tienen barba, los Revolucionarios de las fotos tienen barba, los hombres que toman café y los leñadores.
Y yo quiero tener una barba y no me crece.
Entonces me vino el terror...:
¿Cómo, yo no soy un revolucionario? ¿cómo, yo no soy un apóstol? ¿cómo, no juego para ningún bando? ¿no...? ¿No actúo ni en mis propios sueños?.
Acá hay algo mal que no anda bien viejo...
El ejército defensor no estaba así que les fue fácil invadirme. Mi inteligencia no opuso resistencia alguna, entraron en las oficinas vacías, y había: Nada... Papeles por aquí y allí garabateados, unas temperas viejas, una silla de cuerina marrón, recuerdo de una infancia feliz y algunas más cosillas simples, la lata de un reloj, lo único real, llena de recuerdos y cosas. Me pidieron cigarrillos pero no fumo ya. Me dió risa.
Se miraban cómo diciéndose: " -¿Para esto nos pusimos los uniformes y tanto procedimiento, así de fácil sos?...- "
" -Este era el Perrone que debíamos tomar por asalto... Haber sabido antes...- "
" -Quedó menos que un autómata- ", se comentaba uno con otro, " -Ya sólo es un panfleto, una idea sin realidad, una voz sin realización, ya ni pinta a mano lo que dibuja... Este muchacho ya no sueña... Vamos...- ". "-Sí.-" dijo otro" Entonces soltaron las metralletas, y los habanos, y dejaron las escopetas y las granadas, pero los borceguíes se los ponen para salir ahora, porque son cancheros.
Con indiferencia, aunque estaba hablando de mí seguí haciendo la nada que hago siempre, escribir o no sé qué tontería sin valor...
Pero me sobrevino un vacío.
Muy cruel. Porque adentro no tengo nada. ¿Con qué vas a querer llenar lo que he vaciado si lo que me diste lo vomité?.
"Fingir que el estadio, con su luminiscencias no te llama la atención,
irte de aquí para liberarnos a todos de atenderte, de prestarte atención,
aunque caminés las calles donde el Palacio Ferreyra también."