miércoles, 25 de abril de 2012

Dando abrazos.

Yo no sé si tengo algún odio,
si tengo algún motivo,
o si puedo hablar de los que te odian,
yo no sé si voy a poder pagar las deudas,
yo no sé tantas cosas,
yo no sé un montón de cosas.
Yo no sé si haría por alguien lo que hicieron por mí.
Yo no sé si cumpliré la ley,
si haré a la ley, si recibiré el premio.

Pero sé.

Sé los monos, los pajaritos,
sé los sueños y los arco iris.
Sé que tengo un catalejo que me permite distinguirte.
Asignarte la capitanía.
E ir con vos.

Cantando canciones alegres.
Bendiciendo.
Dando abrazos. Y besos.

Aceptando la derrota como la opción de una revancha.
Sin arrogancia.
Con alegría.



Revival Town


Están enseñándome a escuchar de nuevo.

Diente de Leon

Qué desafío que el entorno cambie,
que los celos desaparezcan diluídos en la seguridad de encontrarte,
cada día como una suave brisa, que es el retoño más precioso de tu tierra...

Qué desafío tu corazón que retorna siempre a la poesía,
como si no lo transformase el mal, como si fuera ajeno al dolor de la espera,
precisando una curación de flores, con mate dulce, tibio, en las manos de la primavera...

Como si las mariposas dieren un paro colorido, cortándote las rutas de vuelo,
entre la oración y la pascua, entre tu libro y el mío, entre tu te quiero y mi te quiero.

Para que precises de mi canción de rasguidos desafinados,
porque no puedo tocar la guitarra, y me frustro, y la combato.
Porque cuando ella me toque.
La música, tendrá sus letras. Mientras tanto.

Lee, estudiá, formate. Porque mañana habrá que armar ilusiones transitorias,
construir inmuebles pasajeros, decidir sobre postales o alamenas,
y ser graduados en profesionalidades.
Mirar con los anteojos caídos los errores furiosos.
Y vos y yo.
Encantados en un mc donald´s.
El único mc donald´s que hace bien es el cerrado.

Que desafío desafiarte a resistir la contentísima manera de educarnos,
mientras un momento se transforme en otro,
como si los noctámbulos fueran los que se quedan quietos.

Quiero cumplir toda la promesa,
vivir en el tiempo de la recompensa.
Para el refrigerio de poner la mesa.

Habrá que comer.
Algún día.
Inocencia.

Toda tu simpleza me basta. Quiero que sigas leyendo.