jueves, 31 de mayo de 2012

Lineas verdes

Después cuando en la primera adolescencia,
aprendí que unir palabras era bueno,
supe consumir horas de viento,
y al mar dedicarle un verso,
un beso a la canción,
un verbo al carrusel, fruncido el ceño.
Una oración al cansancio,
un nuevo documento de identidad para mis sueños;


Y tuve mucha luz al comprender,
que fue porque pisaron los brotes del pasto,
que años atrás por el ancho del campo,
un profeta descubrió todo un camino.
Quiero atravesar toda Samaria,
con multitud de vendas, de aceites y de vino.


La distorsión es luminosa,
el agua es contra el vidrio.
Vé, y haz tu lo mismo.


Pasaron cuatro hojas del tiempo en que maduro,
así construyo el día, bendigo mi futurom
lo que aparentaba a tiempo,
es poco de saberte y no buscarte.


¿Sabrás que para escribir tu nombre
preciso mucho más que estar seguro?
¿Sabrás que soy cobarde o soy un torpe,
que a veces aunque crea, igual lo dudo?


¿Creerás que de esta duda armé  a la fe,
que de una nube se empaparon tus vestidos?
¿Creerás que me preocupa el agradarte,
porque te pensé hasta el punto en pensar en lo que digo?


Espero que te resulte esta promesa,
lo pienso mientras paso por tu casa
es bueno comprender por qué es de noche,
se aproxima el futuro, la semana pasa.


Machado, Rainer Rilke o Garcilazo,
Neruda, Benedetti o Pizarnik,
Walt Whitman con la prosa sobrequilla,
y verte desde siempre y hasta aquí.


Tus pies de lona fugaz, tu risa clara,
control que estorba, así te visitaba;
dispuesto a someterme,
te cuento cómo se ve desde esta noche,
de lluvia no brutal,
en donde otra vez, Jesús nos ama.


Con Él hablando de regeneración,
como suplanto la memoria de si fuera yo,
[...por otro,]
quizás profesionalizo todo,
un poco más cerca de vos.

Digno de alabar, Él es Santo,
cuando nos rodea con Su amor inmerecido
¿qué hermoso no?

Sobre la verdad y el hombre. Reconciliado.

Tengo por secreto un almohadón,
también un caramelo media hora,
me asusta comprender lo que pasó,
sucede que están probando nuestras obras...

Me encantaría hablarle de la Cruz a Luca Prodan.






Mañana de escudo

Uso la palabra viento,
la palabra médula,
la palabra usaste.
Usaste la palabra escudo
delante de un niño movedizo que corre
brincando entre los montes
buscando significados.

Usaste la palabra escudo,
y el heraldo interno,
mi guerrero antiguo,
mi soldado,
miró el horizonte buscándote,
frunciendo el ceño,
anhelando marchar para encontrarte.

Matar en el camino de encontrarte.
Los soldados matan.
Para eso están.
Parece obvio. Pero no es tan obvio si lo pensás.

Leemos que la muerte posó sobre aquel campo,
que vino con el humo, las moscas, la violencia,
la astucia del maligno cumplida de momento,
las puertas del infierno,
recuerdos de una guerra y en medio de la tierra,
siempre hay alguien que la abre,
y siempre serán pocos los que cierran.

Y guerras, terribles, hubo muchas, o tantas como flores,
guerras ricas, aunque hubo guerras pobres.
Hubo guerras de familias contra familias sin escudos,
hubo guerras de pobres libertarios contra ricos cogotudos,
hubo dos bandos.
Hubo cinco bandos.
Hubo desbandes. Y multitud de estandartes.

Hubo divisiones.
Tajos profundos, que si lo pienso, son el escudo que nunca alzó Jesucristo.
Pudiendo levantar un arma, levantó su cruz. Y la siguió.

Pero la sangre, el coágulo humano de su lastimadura,
no fue precisamente su armadura...

Entonces... ¿Cómo entiendo cómo funciona Su cobertura?

Su escudo es una fe superadora.
Su escudo es uno de los pocos amores que nunca empeora.
Lo usa un musulmán y funciona,
busca un ateo, y este escudo también reacciona,
una guerra de vientos, y el escudo, de memoria,
te cubre, te abraza, te cuida, te enamora.

Es escudo, es familia, es historia.
Es amiga. Es amigo. Es tu bronca.


Su escudo es de un amor que venció al mundo,
su escudo dejó callado a Einstein, inspiró a Newton,
habló de noche con los admiradores de las estrellas,
cuidó a la madre joven que murió de hambre,
besó al niño guerrillero mutilado de Nigeria,
cubrió a los asesinos, perdonó a los inocentes,
esta mañana se hizo un hueco,
y a mí y a Vico nos golpeó la puerta...


Uso la palabra viento,
la palabra médula,
la palabra usaste.
Usaste la palabra escudo
delante de un niño movedizo que corre
brincando entre los montes
buscando significados.

La palabra escudo,
como yo la uso,
no tiene significado.




Es escudo, es familia, es historia.
Es amiga. Es amigo. Es tu bronca.