martes, 1 de mayo de 2012
Adios
Me equivoco pensando en que acertaré,
pretenderé obviar tu existencia engañándome,
ya que sea como sea la manera, ya fallé.
Fallar es tomar una dirección, marcar el rumbo hacia adentro,
penetrándote sonido, incluyéndote palabras,
disociándonte del amor y de las ilusiones,
quitándole la guirnalda de luces a este altar,
que supiste construir y derribar en poco tiempo.
Dentro mío, el viento solano, calienta el suelo al besar la tierra,
el vaso de gaseosa fresca me propulsa al modo de apretar la tecla,
bostezo, en este momento no siento nada.
No siento culpa. Ni arrepentimiento. Tengo un problema, un dolor,
un pensamiento hilado finamente de un cuello sin que se ame,
desde el te amo, hasta tu amor.
Quiero a la verdad más verdadera sumisa y detenida frente a mí.
Siento espantosas mis manos,
siento espantoso el hecho de sentirme así.
Estoy triste claro. Pero no explicaré vagando en lunes lo que dice,
festejándose por sí mismo este primero de mayo,
en donde todos festejan,
y mi amigo Juan presenta su Libro.
Yo preparo el anaquel de tinta,
estoy durísimo de homenajes hombres,
suelto de precipitación, como si la lluvia andara bien entre nosotros.
Pero imposible.
Nada cambia si no lo que sentí.
Que ahora crece adentro,
como si no conociera más,
al hambre que ayer yo fuí.
De la mano, andaré con la vida.
Haciendo que la patria se sujete a mi necesidad.
Adios.
Quiero a la verdad más verdadera sumisa y detenida frente a mí.
Siento espantosas mis manos,
siento espantoso el hecho de sentirme así.
pretenderé obviar tu existencia engañándome,
ya que sea como sea la manera, ya fallé.
Fallar es tomar una dirección, marcar el rumbo hacia adentro,
penetrándote sonido, incluyéndote palabras,
disociándonte del amor y de las ilusiones,
quitándole la guirnalda de luces a este altar,
que supiste construir y derribar en poco tiempo.
Dentro mío, el viento solano, calienta el suelo al besar la tierra,
el vaso de gaseosa fresca me propulsa al modo de apretar la tecla,
bostezo, en este momento no siento nada.
No siento culpa. Ni arrepentimiento. Tengo un problema, un dolor,
un pensamiento hilado finamente de un cuello sin que se ame,
desde el te amo, hasta tu amor.
Quiero a la verdad más verdadera sumisa y detenida frente a mí.
Siento espantosas mis manos,
siento espantoso el hecho de sentirme así.
Estoy triste claro. Pero no explicaré vagando en lunes lo que dice,
festejándose por sí mismo este primero de mayo,
en donde todos festejan,
y mi amigo Juan presenta su Libro.
Yo preparo el anaquel de tinta,
estoy durísimo de homenajes hombres,
suelto de precipitación, como si la lluvia andara bien entre nosotros.
Pero imposible.
Nada cambia si no lo que sentí.
Que ahora crece adentro,
como si no conociera más,
al hambre que ayer yo fuí.
De la mano, andaré con la vida.
Haciendo que la patria se sujete a mi necesidad.
Adios.
Quiero a la verdad más verdadera sumisa y detenida frente a mí.
Siento espantosas mis manos,
siento espantoso el hecho de sentirme así.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)