jueves, 2 de agosto de 2012

Negro

Los ojos negros de la noche como el interior del horno,
los ojos negros tienen al final,
como el cuervo que daña al cuerpo abandonado,
negro, como si se pudiera pintar,
el mundo, espiritualizado, deshumanizado,
de negro.
Negro.


Los ojos negros de la noche como la amistad sensual,
negros como la madrugada que agota al cuerpo
negro como el humor de mantenerse despierto,
aún en esto que es casual o no lo es,
aún pudiendo permitirme grandes avances,
y viviendo aún más grandes retrocesos.


¿Qué voy buscando mientras camino en este sendero
porqué miro para arriba si el tránsito es el descenso...?


Quién no se preguntó alguna vez,
¿Qué pasará si me muero?


Qué es la vida de a poco como un enigma primero,
de niño, de anciano, chicos o viejos,
acertijos resueltos,
cronograma de tiempo ajeno
plato de sombras que comemos
avances de broncas que no nos tenemos.


Ayer hacía calor en el seno de mis sueños,
ayer tenía amigos, manos, hombros, papeles,
ayer quería pintar conociendo el modelo
pero aprendí el color negro.
Línea obtusa la que se concibe caminando rengo.


Color de cielo, color pensado, color negro.
Final del tarro, apertura de boca, similitud del pelo
semejanza abierta
bombardeo eterno
abrí los ojos cerrados de la noche
y esperaba, con hambre el cuervo.


Debo ponerle flores al recuerdo,
debo marchitar primero
principio y fin...


El uno y el cero.


El cero. De lápiz
círculo que marca un punto
de partida o de final
de comienzo o de regreso,
nunca color el lápiz,
es lápiz.
Es negro.