Me falta, me falta...
Me falta para pensar en una canción,
el pantalón
en un tirón se me perdió
de un rocanrol
a un unicornio azul...
Un loco unicornio azul. Un pantalón.
Un pechadón, un escudo, a menos que
la guitarra se nos gire en el aire
tu boquita de hombres de negro
y el silencio,
nos invade, nos invade...
Y al aire se ponga denso,
se acaben los pulsos, se calle el silencio,
y busque en un cajón violentamente,
qué canción hay para vos en esta hora,
feriada, distante, líquida,
esta jodida hora consternada,
en la que me seduce otro tirón
del pantalón al corazón
y no hagas nada.
Me pide un pico le doy una teja,
me habla del techo y me aleja,
huyo porque espié el futuro,
me deshago porque estaba duro,
y ahora que estoy blando,
que le escribo un tango,
que derramo sueños,
que propongo versos,
me viene el tirón,
y el pantalón, se me indispone chiquita.
Así, encasillado, con un mote o apodo,
para que piensen que hago mal
lo que no me salió nunca bien,
para que vean un tren cuando voy en avión,
para que venga el tirón flamenco,
a ponerse denso,
y me falte el aliento...
Tus ojitos rojos
para que no te encuentres en esta página,
para sugerirte que no te busques
como si fueras un nueve entre los ochos,
o un ocho entre los nueves,
o un cuatro, o la mínima porción,
osea un dos,
y venga el tirón,
uno para mí.
Otro para vos.
Me pide un chifle le doy un caramelo,
me dice cine le digo bueno.
Le pido un beso me da un pasaje,
me falta el tiempo
se va de viaje.
Y yo, con mi tirón,
mi rocanrol, y esta canción,
la saludo,
desde abajo del avión...