pudieran ser tus manos emplumadas las que vengan;
con las aguas,
delicadas formas en gotas atravesando el cielo,
a proponer pinceladas de desarmes para que armemos un arco iris desarmado...
El dibujo de la costa en Mar del Plata, hace piruetas para escaparse en lo hondo,
donde descansan las cartas de Storni, donde se nos durmió el Barco Fantasma,
o en la profundidad que se quiebra en los giros siempre iguales del faro,
y lo estético, que ahora está tirando del bastidor tensando el lienzo es apenas,
apenas como una flor de cedrón, minúsculas, como los brotes de la hiedra...
Y menos mal que vino el viento, a dar su lucha de eternidades para ningún lado,
porque arremolinó sobre la terraza del que prueba los aromas,
y como siempre,
tostado el grano de café,
lamiendo laureles, hizo quebrar el silencio de los siglos,
en un grito de amor que duró todas las vidas de la humanidad toda.
Y el cielo permaneciendo donde lo pusieron, se afirmó en una bóveda natural y cautivante,
para que te queden perfectas las sonrisas y el pelo,
desarmados los risos, aún artificiales,
y extraño de los modos las simplezas guardadas, poesía para todos, y fútbol y carreras,
y simples, como el pueblo, que no sabe de acuerdos, se arregle y se levante en una misma idea...
Y vos y tus geniales me tengan en el tiempo,
me acunen, me provoquen, me digan que así vale,
y entonces una cápsula, desarmando el otro riso,
me diga para cuándo, me sepa desde nunca.
Y el cielo que no cuente, que venga sin mensajes,
y crezcan amistades dónde habitaba furia,
sabiendo que está el cielo, marcando diferencias,
sabiendo que en lo simple no habrá complejidades...
Para que tengas un dibujo de vos misma,
para que guardes en el tiempo el anhelo entrecortado,
y se acelere el diapasón de las velocidades,
en un todo de amistad, fecunda y clara...
J'admire les jeunes hommes des brosses passionnés... |