Ingenio de las estrellas, luz de noche,
lágrima que somete al mundo,
en este acontecer de anocheceres,
que refugian el dolor y el alarido,
de millares o minúsculas mujeres...
Sensación de que habremos elegido,
posición de la nube en la tormenta,
huele a campo, huele a viento y tiene vida,
porque vibra por vibrar con la campera,
y me llama y me grita desde lejos,
y la escucho, y me rompe no alcanzarla.
No es el tiempo del alcance y todavía,
pasa el tiempo, cuando el tiempo no me alcanza...
Y una letra que se cae sobre otra letra,
y se forman los enjambres de palabras,
y mensajes, que mensaje más mensaje,
me conservan en la absurda perspicacia.
Y el trabajo que me arrima una aventura,
de entender cómo bajo hoy de la audacia,
cuando canto más canciones que la luna,
con un nombre que me induce a una fragancia...
Y roturo dando vueltas por el campo,
formo formas que antes nunca han existido,
y resuelvo combatir este combate,
por lo pronto viene siendo entretenido...
Más que eso.
Una vida detrás de una experiencia.
Más que eso.
Una vida de fluir en la obediencia,
y hábilmente,
someter mi pensamiento a una corona,
que se sabe que no crece a los bandidos.
Necesito la poesía, racionada,
como gusto de apreciar por paladares,
entendiendo qué cocina se cocina,
conociendo qué lugar en los lugares,
y pregunto,
cuando espero mucho tiempo,
si más falta para verte y no me aburro,
porque tengo solución de soluciones,
si trabajo me adelanto a mi futuro...
Y resulta que conozco alegorías,
más retóricas,
precisas, regulares,
y la métrica me importa un, dos cominos,
y tu libro me sofoca en los pasajes.
Y te escucho y mi mano me arrebata,
y mi pecho me acumula y remolina,
se prepara cuando exhala una palabra,
y la sístole sin diámetro, asesina.
Cuando tengo una Palabra para darte.
Una lágrima se posa en el suspiro,
y resuena como el eco que de noche,
no se entiende en los cañones de los tiros...
Hacer poesía es disputar el lugar de la muerte,
que parece avanzar todos los días,
que no sabe, que no sabe y que no puede,
que no entiende y no conoce la poesía...
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