Estamos escondidos entre los pliegues de una tela suave y cálida, que se ilumina clara,
estamos escondidos observándonos, temiendo ser divisados el uno por el otro,
estamos jugando a saltar la soga entre los momentos que el camino nos permite,
en una extraña forma de obediencia. En una constante y perfecta obediencia.
La obediencia que amó el no. La obediencia que permanece es prudente.
La obediencia del que sabe que es un martirio entre tanta fugacidad el obedecer.
Porque vemos que nuestro al rededor a veces no se obedece.
Las mejores palabras las invierto en un cuaderno secreto.
Por eso el cuaderno crece.
En un cuaderno verde.
En un contenedor para tus miradas más lindas,
para tus palabras más suaves,
para las lágrimas que no te duelen,
para los abrazos y los besos que todavía no vienen.
Pero por eso es esperanza.
Es fe, que hermosa y dura a veces.
Por eso genera resistencia.
Por eso nos hace felices.
A nuestro modo.
Buenamente.
Buenos días, buenas tardes, hasta luego,
salí abrigada, no te cuelgues, hace los resúmenes,
y otras cosas que no quedarán detenidas entre mi boca y mi distancia.
Lo real es que importa, tanto como la realidad.
Tanto como sanarme. Tanto como respirar.
Tanto como el entender por qué en este lío no somos individuos solamente.
Tanto como el compromiso de estar dispuesto a cruzar el umbral,
sin cabecear el dintel.
Entrar ni grande ni chico.
Entrar en el momento justo.
En el instante preciso.
(Como un Arquero de Fútbol)
Está el cielo con su viento de testigo.
Está la plaza, con lo perros, y los nenes, y la calesita.
Está la murga ensayando un día antes.
Está el borracho que pide moneditas.
Y está Él. Escuchando hamacando entre las nubes a una niña.
En China. En África. Y en todos lados también.
En China. En África. Y en todos lados también.
En China. En África. Y en todos lados también.
En China. En África. Y en todos lados también.
En China. En África. Ahí ya se sabe el misterio y el resultado.
Porque es para los que escuchan sin la necesidad de sentirse escuchados.
Es para los humildes, es para los mansos,
es para los humildes, es para los mansos...
Es para los humildes, es para los mansos,
es para los obedientes, y los santos...
Vaya una mariposa azul celeste a tus extraños rotuladores de tinta grave.
Vaya una canción de adoración a tus oidos hacedores de ciudades,
ya el mundo que ignora, sabrá que todo, en parte profetiza,
vaya una pintura de colores que lo exalten,
vaya un beso a tu mano, y a tu cara otra sonrisa...
El culto más hermoso!
"tengo paz en mi ser" (kari_jobe)
Gloria a Dios!
1 comentario:
"Obediencia que amó el no" obediencia que trae recompensa...:) simplemente precioso.
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