los clavos vienen del hierro
se escucha ladrar a un perro
señal de que se cabalga
de poco en poco se avanza
pasando el tiempo de vida
el camino es de subida
tiene el sol de un solo plano
la sombra sólo es temprano
o en muy entrada la tarde
cuando el mismo cielo se arde
volando chispas del bronce
se ha quemado el horizonte
ya no sé ni dónde estamos
de niños se piden clavos
los clavos están ahí.
De niño se ven las cosas de forma muy peculiar
no se prefiere el estar en contra es permanecer
y crecemos sin querer entregándonos los días
en cosas muy persuasivas en un orden muy confuso
en términos que al desuso nos invitará a pensar
si es el orden lo real o cierta la institución
si es verdad que el corazón anida los sentimientos
si es cierto que estar contento es después de ser feliz
si justo me tocó a mi o son varios los sufridos
si el que estaba no se ha ido o si me fui
no me fuí.
De niño.
De niño creía cosas que de grande ya no creo.
Y crecer.
Crecer es necesario. Pero es feo.
Crecer es necesario. Pero es feo.
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