Se puede decir lo que digan, pueden escucharlos,
se pueden oír,
pueden ser más obedientes, reírse un ratito, pensar en no ir.
Se puede porque ya se hizo, decisión tomada
la historia morir.
Tenemos un Dios diferente,
el tuyo es prudente,
el mío es de anís.
Me importa un bledo la etiqueta,
tu esencia, tu dogma; Tu luz fraternal,
los puntos, los signos, las comas me importan poquito,
me importan así.
Tenés una vida grandota, no entrés porque explota,
y el no simular,
hace que viva la vida pensando en la vida que voy a ganar,
pasan las cosas que pasan,
porque pasan siempre, y van a venir.
Puedo tener comunión,
quiero comunicar,
anhelo cambios que no son la superficie de gente sencilla,
pero planeados los planos se vuelve angular.
No estás entendiendo nada,
a causa de tu estreches,
no estás conociendo nada a causa de tu escasez.
Yo no tengo culpas ahora.
No siento haber dicho nada que lastime o quiebre.
Pero estoy enojado.
Me molesta que el desprecio venga dentro de una sorpresa,
que se tarda en conocer su identidad que acogota.
Me abandona a la deriva este viento,
pensado en los condicionantes de los hombres armados,
de los nenes de la calle que andan solos,
de las niñas que fuman, o que están durmiendo,
en la intemperie.
Intemperie. Menester.
El vacío y la necesidad.
Ese vacío que no tenés que venir a llenarte acá.
Comer y simplemente deshonrar la mesa.
Levantarte e irte. Sólo por ser estrella.
Sólo por tenerle planificado de antemano.
Por no poder callarse la boca. Porque en definitiva.
Es lo que habría que hacer.
Sentarse a comer callados.
Como los mediocres sin capacidad que tenés a mano.
Para ser un mediocre, sin capacidad.
Para no poder contener ni siquiera la saliva
que fomenta y mezcla el barro amargo de la Palabra.
Porque necesitas que esté dulce lo que se te regala,
porque, aunque si bien, es de todos este regalo,
duele que paguen lo mismo al que no trabajó nada.
Al que no pensó nada.
Al que no dijo nada.
Al que no dijo.
Al que no vio.
Las manchas del cielo me obligaron a subir
temprano el misil de la creación
el cielo nublado apenas,
como pincelado sin ganas por un ángel sol fa sí,
saca perlas y desgrana brillante
añuda verbos, prolonga cables transfusores,
prende los motores,
anula las obras que se estropearon,
limpian mi memoria,
te amo.
A mi no me pasó nada.
El perdón es un abismo muy negro,
es un músculo muy carnal y lastimado,
no se toca el tema mientras se cena.
Y menos se toca, si uno está cenando en otro lado.
El respeto es la practica de las costumbres que no hieren,
delante de personas que se van a herir.
La alegría es la posibilidad que pocas veces se tiene,
y nadie tiene derecho a quitarte las ganas de ser feliz.
NADIE PODRÁ QUITARME LAS GANAS DE SER FELIZ.
Pero CRISTO no murió por mí para que sea feliz.
CRISTO murió por mí porque su historia es así.
Tenemos un Dios diferente,
el tuyo es prudente,
el mío es de anís.
Calculá que justo es Dios que ni siquiera permitió
sacarte una fotografía.
No hay memoria de tu odio en esta casa.
Yo tengo familia. Vos no.
1 comentario:
"El respeto es la practica de las costumbres que no hieren,
delante de personas que se van a herir.
La alegría es la posibilidad que pocas veces se tiene,
y nadie tiene derecho a quitarte las ganas de ser feliz."
Me gustó.
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