No esta en las capacidades, ni en los fines,
Ni en las voces que hablan de paz, ni las paces,
Me gusta verte sonreír con esa simpleza con la que lo haces,
Me gusta la humedad en la pared porque es como tu voz, suave...
Distintos filtros perversos se están ahogando en las cenizas de otras épocas.
Ahora mi mano calla, mi cuerpo invoca verte danzando desnuda cerca mío...
Y ni toda la riqueza de la tierra podrá hacerte feliz si no es conmigo...
Con la impotencia del que no tiene razón mi brazo te derroca...
Porque mi boca quiere llamar a tu boca...
Y mis labios quieren llegar al oasis, a eso que significa un remanso...
Coparte como un ejercito los cuarteles de tu ropa...
Para hacerte el amor un ratito, un ratito nomás, y que no te escapes...
Me sales por los poros, eres la luz del paredón ingenuo...
Me entras por los ojos, y me sale más que el alma me sale...
Tu voz aterciopelada sin agosto, sin octubre, sin noviembre,
Y quiero llevarte conmigo por más allá de diciembre...
De todos los diciembres...
Irte conmigo,
¿A dónde?,
a las playas de las lagrimas eternas...
O bien llegaremos hasta el sueño de Marco Polo... Las indias...
Las sangres se van cayendo y sufren un colapso nervioso en el descenso...
Sin embargo, pudiese pegarme aún escape y ver las cosas más tristes...
Cuando viajo solo directo al invierno, el material,
Frío y tempestad en el corazón...
Cuando me voy más allá de tus septiembres...
Cuando quiero escapar de tus serpientes,
De tus reptiles ahogantes, recíprocos, insanos, irreconocibles...
Y quiero llevarte conmigo por más allá de diciembres,
De todos los diciembres...
¿Querrás venir conmigo?
Si mi idea es huir...
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