miércoles, 15 de febrero de 2012

Pasar de largo.

El tiempo perdido, el que se va a ningún lado, el que simplemente se llama "antes",
el ayer sin pena ni gloria, el pasado sin nombres, las condiciones que no convencen,
los proyectos abandonados, los confundidos, las carreteras, los eternos equivocados...

Aquellos que se someten a lo artesanal y entregan su artesa al vacío,
viendo leudar sin lágrimas todo un semestre de masa propia perdida,
todo un milenio, todo el futuro.

(Porque un poco de levadura leuda toda la masa, ha visto).

Alguien que es anónimo;

Me dice que sueño, y que si me abrazo al sueño, soñando, entraré a lo eterno del sonido,
otro me dice una media verdad increíble, que es tan mentira que pasan a los anales de las imaginaciones,
y yo, andando de a pie, con mi Rocinante de lado, eludiendo la estúpida caravana de evaluaciones,
digo que, me gusta leer las palabras que hablan por si solas...

Me gusta ver escrita la palabra Soberanía, Cielo, me gusta la palabra Política,
me gusta la palabra Reino. Me gusta la palabra Palabra.-
Me gusta, no sé por qué, a veces no lo entiendo.
Me gustan otras tantas, Perdón, Amor, Pasión, Poesía, Ejemplo.

Las palabras perdidas se van con el tiempo,
al mismo lugar, se amuchan en los lugares polvorientos,
donde habita la envidia, el odio, el ruido.
La molestia eterna. A lo que más le temo, al Olvido.

Me olvido de tantas otras cosas... Escribo.
Solamente escribo. A veces los quiero, a veces, me olvido.

Me gusta claro, he dejado una conversación pendiente, es con un adolescente.
Es el movimiento noveno,
el sonido del cañón, aquel llamado que reclamó mi patria, y todas las personas de la vereda.

Yo mientras tanto me convierto.
Hablo por parábolas, sin gritar se calmó el viento,
me miran, los miro. Me ven, los veo.
Ellos, pocas veces me entienden,
mientras tanto, no hago oídos sordos y los entiendo.

Salvarme es lo que quiero,
salvarme del olvido siempre,
salvarme del rencor eterno.

Tengo una sorpresa hermosa para hoy,
hoy deshice una mentira, vencí al mundo, aproveché mi tiempo.

viernes, 10 de febrero de 2012

Bendición de Bienvenida

Hoy leí una cosa,
solté una mariposa,
besé a un niño,
arregle las cosas,
hice las pases con Dios...

Besé a Dios. Lo Abrazé.-

Dije que Sí. Creí. Me lo tomé en serio,
tomé café, compré un mapa,
y después de muchos días, pongo nafta.
Me voy lejos, a ver algunos amigos.
Vuelvo solo, feliz del más allá me ví con ellos.

Escuché chistes, miré fútbol, le agradecí al que le debo,
lo mucho que agradezco por mí vida.
Y entonces... Hice como si no escuchara en mi entorno.

Entonces, miré a Jaime, aprecié a Mariano, admiré a Germán,

es increíble su fuerza...

Acompañé a mí Joaquín, pensé en Juan, solté una mariposa.

Lo ví caminando hacia la colina.
Yo volvía de la muerte, él se iba.

"Chau Flaco" le dije;
él me miró, porque entonces leía,
me dijo; "Chau loco..."

Yo le dije, "¿Poesía?",
y él me dijo, "Plegaria..." y yo le dí una sonrisa...
Asi nos despedimos con una bienvenida.
Una Bendición de Bienvenida.

Artaud, como en los rincones que supo construir con música,
solamente para quiénes saben, qué clase de imbéciles habitan el mismo planeta...
Los imbéciles que tenemos que arrepentirnos,
los imbéciles que necesitamos aunque sepamos, la respuesta.

(No sos una sóla canción. Sos todas las canciones que canta la gente.)

jueves, 2 de febrero de 2012

Arrumacos de no sé, o lo sé...

Se hamacan, mis amigos o contactos, entre las hazañas del cielo,
este día trae a las más hermosas canciones a verme,

me saludan las aguas del río, y yo,

afinando las cuerdas del viento,
danzo entre infinitos memoriales de luz...

Canto a las hojas que vienen a contarme de los años de espera,
canto de ramas añejas que el Norte me supo mostrar,

unos caminos, luego otros, y una hoja titilante y cálida,

surca el Estero.

Se derrama sobre la cara de la tierra. Entonces nos sentamos, ella me mira,
me lee en silencio, me comparte, y yo, disimulo.

Sé qué es ella. Sé por qué. Pero no sé quién es. Cómo es.

Adentro de las personas, en sus pueblos íntimos, entonces similares,
las acciones militares se propagan, los individuos luchan venciéndose a sí mismos,

haciéndose las cosas que saben que no gustan...

Entonces aparecen los revolucionarios,
que son los que no luchan, porque han sido vencidos,
en todo de lo propio, aún para su sangre.

("A las barcas, corramos a las embarcaciones!")

Adentro, en sus infancias, en sus pueblos desiertos,
será que es la étapa de mirar los años, y sus manos, y sus nidos...

Los abrazo tiernamente, se me nota en la cara que los amo,
y me derramo y lloro, y me quiebro como un padre,
como un padre revolucionario.

Y miro que la silueta de mi corazón me anuncia un momento de pasión...
Entonces la actitud refleja el liderazgo...

(Te estás volviendo sabio, entero, decidido)

Lo íntegro o prohibido se asume en lo posible,
entradas de los botes, se calan en las olas,
entonces se acomodan y dulce y prontamente,

se hamacan, se divierten, se dicen cosas buenas,
se mojan, se maceran, se muelen y se unen,
se anidan, y se asumen, el barro del proceso...

Y todo lo que es eso, que es todo pero es mío,
es poco y es sencillo, y busca este Febrero,
si no es salir ileso, al menos es limpiarse,

de adentro para afuera, mi desintoxicarme...

Hay que animarse a dar el paso en el suelo.
Porque se ve. Pero es invisible.

miércoles, 1 de febrero de 2012

En primer lugar

Entre conducir y simplemente andar.

Los motivos creo. Creo en los motivos, creo en las acciones, en los momentos,
creo también en las sonrisas, en el abrazo, creo en la mano, creo en vos,
aunque no pueda llenar los vacios. Aunque no hay un vacio. Aunque este lleno el mundo.

Y voy... Tratando de convencerme a mi mismo de la verdad. Creyendo que es la verdad,
simplemente por ser verdad.
Es distinto. Es diferente. Es así.

Pasa el tiempo, yo lo cuento, porque él viene contado,
nada es novedoso, nada es nuevo, nada es novedad...
Todo se repite como convenciéndome de los cargos.
Y entonces me meto en la almohada del folklore, me refugio en el rock,
me escondo en el grito ciego del que no puede ser persuadido.

Estoy columpiándome en las décadas, cansado de crecer para ningún lado, y siempre para arriba,
como si mi cuerpo se convenciera de sí mismo. Como si la soberbia me sobrase.
Como si se pudiera creer en la soberbia en este estado.

Y entonces, una huelga me distrae, viene haciendo sonar los bombos del pueblo que habita dentro mío,
y nada, las calles tan asoladas me pertuban,
ella me contesta creyendo que a mí me importa,

y me importa un poco,

y una profunda y profética furia se libera desde mi occidente hacia mi oriente.

Todo por dentro se reprime.
Polarizándose..
Incomprensiblemente. En una revolución que me hace temblar.
Soy grande y todavía tiemblo. Como un papel. Como una hoja.

Veo que el cielo se cubre y se descubre, y el ciclo se completa,
ocurre a diario, y mi corazón soltó las velas, y el tiempo se comprime. Explotando.

Y las manos, posibles, distinguidas y creadoras,
acarician cada palabra como si fuera la única,

como si presionase la última tecla que escribe tu nombre,

buscando al parlante de mi corazón,
tratando de huir de los conclaves de mi generación perdida...

Siendo feliz. Un poco. A veces. Y otras veces, tolerando el tiempo... Trastornado.

Buscándote a vos... Siempre. Primero y en primer lugar.