Tan feliz como una escalera que sólo aspira a llegar a la terraza,
tan comentable como un beso,
tan contable como una anécdota...
Tan desconocido como una pelota,
tan presidente como tu canción...
Tus manos iban a ser una cámara celeste.
Tu corazón una bóveda, tu mirada una comezón, una cosa que zarpulle,
algo que viene a faltarme la ortografía,
que conozcas la opción de guardarme.
No hay estrella que te catalogue.
No hay lágrima que te emocione.
Sos la única curva de mi fotografía...
Sos una idea que se quiebra fácilmente...
Entonces.
Puedo dejarte en la duda.
Soltarme del cielo que me imaginé, y ponerme a contar antenas.
Escaleras ajenas de comunicación distinta.
Quedarme callado.
Ver que mi puerta se corrió de lugar.
Solamente soltarme.
sábado, 27 de agosto de 2011
martes, 16 de agosto de 2011
Falta todo lo demás. Yo.
Estoy construyendo un puente demasiado largo,
un puente inmenso que cruzará tus ojos,
que te arrancará de la comodidad,
que despedazará tu letargo.
Que hará que tu sonrisa explote,
y que todo lo hermoso que tiene caiga brillando a mis pies.
Voy de viaje a tu mirada,
me enamoro, tiemblo,
y vuelvo a fugarme.
Dios sabe cuánto falta para derribar las murallas de Jericó.
Quién tocará la trompa.
Dónde guardarás tus venas,
cuando la sangre inunde el vado.
Viaja. Es tu beso.
Uno anda como un reo,
comprometiéndose con lo invisible,
enamorándose de lo desconocido.
Venciendo el miedo.
Abandonando la carretera.
un puente inmenso que cruzará tus ojos,
que te arrancará de la comodidad,
que despedazará tu letargo.
Que hará que tu sonrisa explote,
y que todo lo hermoso que tiene caiga brillando a mis pies.
Voy de viaje a tu mirada,
me enamoro, tiemblo,
y vuelvo a fugarme.
Dios sabe cuánto falta para derribar las murallas de Jericó.
Quién tocará la trompa.
Dónde guardarás tus venas,
cuando la sangre inunde el vado.
Viaja. Es tu beso.
Uno anda como un reo,
comprometiéndose con lo invisible,
enamorándose de lo desconocido.
Venciendo el miedo.
Abandonando la carretera.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Árboles
De la copa de los árboles, de la forma de las ramas,
de las hojas que no están.
Son las puertas de la mañana, hoy ponés la mano en el hombre,
todo el pelo de mi cuerpo se eriza ligeramente,
giro sobre el hombro, la barbilla me acaricia el brazo,
busco a la mañana, un nuevo motivando.
Estás vos, cruzado de piernas en el silencio propio,
de la cocina avinagrada, en la invasión de lo tuyo,
en los lugares que no resultan virtuales, ahí se mofa el enemigo.
Ahí se duele.
Y claro, el que es maravilloso, me da un susurro y dispone,
su propiedad y su guiño.
Guillermo, solamente un momento escuchá cuando te dicen que no.
Escuchá de nuevo el no primero, el no burlado, el no distraído.
Escuchá el valor de la consigna dulce.
Escuchá el gracioso no que perverso se incluyó negando el origen del recado.
Y entonces, en cada situación.
Esta facilidad de acomodar palabras.
Este mecano de sustantivos.
Una copa de un árbol crece creyendo que va a llegar,
y nunca llega;
Vence lluvia, vence invierno, vence al mundo y a su gravedad,
vence el desarraigo de los frutos, vence el maltrato de la humanidad,
crece haciéndonos una sombra suave, frutal y aromática,
descansándonos en el Tilo, sorprendiéndonos en el violeta gigante del Jacarandá.
Un Sauce, lluvioso llanto que se pone a macanear con que estoy triste,
me asume esta mañana el nido y aún, grita que es una plaga, brincan los Eucaliptos.
Aplauden los Aromos, cantan el invierno los Frutales; Limoneros y Naranjos;
La colorimetría del inmenso Creador, cada pizca de azul, cada amarillo, todos los verdes,
se desesperan por olvidarlo los poetas, lo cantan los enamorados,
y algunos, solamente los observan, hayan la paz y siguen,
encontrando y encontrando.
Todo desde la misma tierra marrón negruzca que no vale nada.
Todo desde la tierra que sacaba mi mamá con la escoba.
Mi mamá quitará la tierra de arriba de la tele.
Que pena. Quizás arriba de la tele hubiera crecido un Nogal.
Increíble.
No buscarlo adentro.
Sino arriba.
Pero buscarlo.
Ser un poco un árbol quiero, ser un poco tierra y barro que no vale nada.
Admitir que nada que se aprecie crece sólo.
Sino a través del conjunto de perfecciones individuales.
Y entonces.
Habrá poesía que lo describa y música del cielo para que lo cante.
Buenos Días, amigos,
Buenas Tardes.
de las hojas que no están.
Son las puertas de la mañana, hoy ponés la mano en el hombre,
todo el pelo de mi cuerpo se eriza ligeramente,
giro sobre el hombro, la barbilla me acaricia el brazo,
busco a la mañana, un nuevo motivando.
Estás vos, cruzado de piernas en el silencio propio,
de la cocina avinagrada, en la invasión de lo tuyo,
en los lugares que no resultan virtuales, ahí se mofa el enemigo.
Ahí se duele.
Y claro, el que es maravilloso, me da un susurro y dispone,
su propiedad y su guiño.
Guillermo, solamente un momento escuchá cuando te dicen que no.
Escuchá de nuevo el no primero, el no burlado, el no distraído.
Escuchá el valor de la consigna dulce.
Escuchá el gracioso no que perverso se incluyó negando el origen del recado.
Y entonces, en cada situación.
Esta facilidad de acomodar palabras.
Este mecano de sustantivos.
Una copa de un árbol crece creyendo que va a llegar,
y nunca llega;
Vence lluvia, vence invierno, vence al mundo y a su gravedad,
vence el desarraigo de los frutos, vence el maltrato de la humanidad,
crece haciéndonos una sombra suave, frutal y aromática,
descansándonos en el Tilo, sorprendiéndonos en el violeta gigante del Jacarandá.
Un Sauce, lluvioso llanto que se pone a macanear con que estoy triste,
me asume esta mañana el nido y aún, grita que es una plaga, brincan los Eucaliptos.
Aplauden los Aromos, cantan el invierno los Frutales; Limoneros y Naranjos;
La colorimetría del inmenso Creador, cada pizca de azul, cada amarillo, todos los verdes,
se desesperan por olvidarlo los poetas, lo cantan los enamorados,
y algunos, solamente los observan, hayan la paz y siguen,
encontrando y encontrando.
Todo desde la misma tierra marrón negruzca que no vale nada.
Todo desde la tierra que sacaba mi mamá con la escoba.
Mi mamá quitará la tierra de arriba de la tele.
Que pena. Quizás arriba de la tele hubiera crecido un Nogal.
Increíble.
No buscarlo adentro.
Sino arriba.
Pero buscarlo.
Ser un poco un árbol quiero, ser un poco tierra y barro que no vale nada.
Admitir que nada que se aprecie crece sólo.
Sino a través del conjunto de perfecciones individuales.
Y entonces.
Habrá poesía que lo describa y música del cielo para que lo cante.
Buenos Días, amigos,
Buenas Tardes.
martes, 9 de agosto de 2011
Simple. El que se lleva el daño.
Me sujeto a lo simple.
Lo simple me transforma.
Me volveré complejo.
Era joven al principio.
Hoy soy nuevo.
No soy viejo.
Ahora es nuevo el corazón.
Tiene canciones.
Estás invitado a sorprenderte.
Te imparto alegría.
Y me voy a la cama.
Dale un beso a Jesús cuando lo veas.
Decile que estoy buscándolo.
Si lo veo primero, te lo mando.
Buenas noches.
Mientras tanto.
Lo simple me transforma.
Me volveré complejo.
Era joven al principio.
Hoy soy nuevo.
No soy viejo.
Ahora es nuevo el corazón.
Tiene canciones.
Estás invitado a sorprenderte.
Te imparto alegría.
Y me voy a la cama.
Dale un beso a Jesús cuando lo veas.
Decile que estoy buscándolo.
Si lo veo primero, te lo mando.
Buenas noches.
Mientras tanto.
No me gusta el amor.
Venís y te vas vos solo. No te llevas a nadie.
Tus pasos son pasos que no marcan un camino,
cada palabra lanzada se esfuma como el vapor en el aire,
pareciera que dura segundos, en una extraña neuralgia,
inclinados,
viviendo una vida que pasa,
queriendo estar siempre acompañado.
Ser una tormenta en el medio del mar.
Abrir un hueco borrascoso. No sonreír.
Simplemente.
No soñar.
Discutir para tener razón,
o discutir para discutir nomás.
Y que cada ausencia me hable de lo mucho que me resta,
cada vez que se te escape de las manos,
cada vez que se te orinen en los hombros.
Sos un ser humano.
Un animal.
Que piensa, es cierto.
Que puede pensar.
Al pensar abrís caminos,
y el camino, humanidad.
Y la idea es en las manos.
Y la mano, identidad.
Y ganas no tenés de dibujarla.
Estás pasando un nubarrón, desde ahí adentro,
como fibra de vidrio oscura, la claridad no se ve.
Todo es oscuro, y abre en vos heridas, que de una forma u otra,
lastimarán a lo que te rodea.
Sentís el dolor que siente el rencor que te produce,
la saliva de la palabra maledicencia,
el odio, el fragor de la piña al aire.
De la cabeza contra la pared,
de la ausencia en tu vida.
De buscar y no ver.
Y no ver.
Y acostumbrarte.
Producción de ácero que fabrica muerte.
Y vuelan las paredes de mi entorno en notas altas musicales,
se sueltan los lastres, el globo sucumbe, la idea se eleva,
y viene a rescatarme de momento unos ladridos.
Yo te grito. Te asomo la mano sin orgullo, la mano del futuro.
Y vos te agarrás fuerte.
Furioso abrazo que se estrecha a pecho abierto.
En sensación lejana de amor que no conozco.
De amor que no se dice.
De amor que no se encuentra.
De amor que no se vive.
De amor que viene solo.
De amor que se va hablando.
De amor que no se tienen.
De amor que no estás loco.
De amor.
De amor. Decilo.
De amor.
De amor.
Y dicho así.
Una mentira pone a prueba la verdad,
de la palabra cabalgando hasta tus ojos.
Está soleada la mañana, el mate no se lavó.
De amor. No escribo. Porque no me gusta.
No me gusta el amor. Es así.
Tus pasos son pasos que no marcan un camino,
cada palabra lanzada se esfuma como el vapor en el aire,
pareciera que dura segundos, en una extraña neuralgia,
inclinados,
viviendo una vida que pasa,
queriendo estar siempre acompañado.
Ser una tormenta en el medio del mar.
Abrir un hueco borrascoso. No sonreír.
Simplemente.
No soñar.
Discutir para tener razón,
o discutir para discutir nomás.
Y que cada ausencia me hable de lo mucho que me resta,
cada vez que se te escape de las manos,
cada vez que se te orinen en los hombros.
Sos un ser humano.
Un animal.
Que piensa, es cierto.
Que puede pensar.
Al pensar abrís caminos,
y el camino, humanidad.
Y la idea es en las manos.
Y la mano, identidad.
Y ganas no tenés de dibujarla.
Estás pasando un nubarrón, desde ahí adentro,
como fibra de vidrio oscura, la claridad no se ve.
Todo es oscuro, y abre en vos heridas, que de una forma u otra,
lastimarán a lo que te rodea.
Sentís el dolor que siente el rencor que te produce,
la saliva de la palabra maledicencia,
el odio, el fragor de la piña al aire.
De la cabeza contra la pared,
de la ausencia en tu vida.
De buscar y no ver.
Y no ver.
Y acostumbrarte.
Producción de ácero que fabrica muerte.
Y vuelan las paredes de mi entorno en notas altas musicales,
se sueltan los lastres, el globo sucumbe, la idea se eleva,
y viene a rescatarme de momento unos ladridos.
Yo te grito. Te asomo la mano sin orgullo, la mano del futuro.
Y vos te agarrás fuerte.
Furioso abrazo que se estrecha a pecho abierto.
En sensación lejana de amor que no conozco.
De amor que no se dice.
De amor que no se encuentra.
De amor que no se vive.
De amor que viene solo.
De amor que se va hablando.
De amor que no se tienen.
De amor que no estás loco.
De amor.
De amor. Decilo.
De amor.
De amor.
Y dicho así.
Una mentira pone a prueba la verdad,
de la palabra cabalgando hasta tus ojos.
Está soleada la mañana, el mate no se lavó.
De amor. No escribo. Porque no me gusta.
No me gusta el amor. Es así.
lunes, 8 de agosto de 2011
Poema 19 - (Concepción de Neruda)
Señor Neruda vengo a decirle algunas cosas,
las tengo atragantadas, aquí,
en el teclado.
Aquí en esta molestia.
Aquí en el sabio celo, he visto recientemente su Poema 19.
Y sabe. Haberse muerto hace unos años no lo salvará a usted de todo esto.
No tiene usted derecho a describir el todo,
no tiene usted tampoco derecho confirmado,
de hacer risa del agua, la espiga su costado,
no entiendo cómo hizo, porqué le costó tanto...
Me deja con la idea de alguna conocida,
no sé si pasa ahora la voz en penitencia,
propongo competencias, de letras que a destajo;
Usted sabe trabajo, en la grandilocuencia.
Se olvidó de la parte de que a esta niña ahora,
es mío el describirla, su oficio ha terminado,
me queda a mí el legado de andar en cada letra,
diciéndole si es muy frágil, al menos si es morena...
Me inclina a defenderla, me acerco al mediodía,
y veo que en su espalda, sútil monocromía,
me deja un verso nuestro, al menos una pista,
de verbo trapecista, que anuncia el desespero...
Hoy que vuelve la niña morena, y juega con el sol,
presuntos competentes, danzantes, como esteros,
sus versos son primeros, los míos posteriores,
los próximos mejores, grandioso compañero.
Asique le agradezco por todo su estamento,
construyo un Monumento, lo pongo en mis vitrinas,
asuntos que terminan, hermano Usted Chileno,
los tiempos no son buenos,
difieren a su esencia,
lo llamo a la existencia,
lo acerco, lo compongo,
entonces me repongo,
lo suelto, lo perdono.
Y dejo que el fluído del agua que lo trajo,
me libre del fracaso, de no seguir su huella,
lo llevo a las estrellas, usted sube, yo bajo...
las tengo atragantadas, aquí,
en el teclado.
Aquí en esta molestia.
Aquí en el sabio celo, he visto recientemente su Poema 19.
Y sabe. Haberse muerto hace unos años no lo salvará a usted de todo esto.
No tiene usted derecho a describir el todo,
no tiene usted tampoco derecho confirmado,
de hacer risa del agua, la espiga su costado,
no entiendo cómo hizo, porqué le costó tanto...
Me deja con la idea de alguna conocida,
no sé si pasa ahora la voz en penitencia,
propongo competencias, de letras que a destajo;
Usted sabe trabajo, en la grandilocuencia.
Se olvidó de la parte de que a esta niña ahora,
es mío el describirla, su oficio ha terminado,
me queda a mí el legado de andar en cada letra,
diciéndole si es muy frágil, al menos si es morena...
Me inclina a defenderla, me acerco al mediodía,
y veo que en su espalda, sútil monocromía,
me deja un verso nuestro, al menos una pista,
de verbo trapecista, que anuncia el desespero...
Hoy que vuelve la niña morena, y juega con el sol,
presuntos competentes, danzantes, como esteros,
sus versos son primeros, los míos posteriores,
los próximos mejores, grandioso compañero.
Asique le agradezco por todo su estamento,
construyo un Monumento, lo pongo en mis vitrinas,
asuntos que terminan, hermano Usted Chileno,
los tiempos no son buenos,
difieren a su esencia,
lo llamo a la existencia,
lo acerco, lo compongo,
entonces me repongo,
lo suelto, lo perdono.
Y dejo que el fluído del agua que lo trajo,
me libre del fracaso, de no seguir su huella,
lo llevo a las estrellas, usted sube, yo bajo...
La mirada que encierra el Ecuador...
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador,
ella trae la Osa Mayor en los umbrales,
en dónde se posa, claro, una nueva estrella siempre,
y otra, da lugar al resultado, mi nueva constelación.
"Pero qué atractivo tiene que no descanse en la muñeca de la Palabra,
le hablo a la cintura de la Palabra, lo que escribo fue primero escudriñado en la Palabra.
Sin deponer un deseo, sin ninguna explicación.
Para nosotros, y en primer lugar; A Dios."
Siento como la granulación de la tierra se pega finamente en mí,
percibo por el sentido; Así que, la fe es por el oír.
Le permito que elija, porque esto es solamente para ella.
Porque tengo una amistad con agua.
Tengo una amistad de tierra.
Que crezca canción de arrope, algarrobas, flor de cardos borriqueros.
No tiene segunda parte.
Yo tengo la misma cantidad de atrás de lo que espero tengamos por delante.
Es cierto. Puede ser que esté pariendo una amistad.
¿Puede ser que se combate esta noche a otro gigante?
Y no me invade ningún temor, no existe ya el dudar,
porque te doy permiso de que me guardes,
arriba del freezer te dejé el tapper.
Es blanco, y describe un forma que desplaza toda conquista de la neoingeniería,
se asoma, entre piedrillas y microbios,
y viene con total audacia como si fuera desde siempre,
rompe la naturaleza preconcebida, es poesía es cierto.
Pero mirá nuestro tallo, observá nuestra rama.
No ha sido desafiado el intelecto inteligente,
por cuestiones que atraviesan la falacia.
¿Pero no está parida de Palabra la Palabra?
¿Qué beneficio asumo en conquistarte?
Si no quiero seducir lo perdurable.
Porqué se permite que suceda, lo que ocurre en naciones fascinantes,
y no importa si faltas la navidad, porque un brindis brindarán más navidades...
Y es más fiesta comunión que lo prohibido, permitido en canción alucinante.
Despojame tu emoción. Arrancame la canción con voz grabable.
Lográ que de pronto guarde el lugar. Manteneme callado.
Sorprendeme. Callame.
Así.
.
Como si el punto fuere el germen del silencio, como si la oración no fuese escuchada,
como si no me permitiera observar que estabas sola.
Y que a mi no me sentaba bien ninguna amistad, mas que la tuya.
Permanencia en la Palabra.
Decisión en la Palabra.
Decisión observada por tu origen,
derivando del origen, las Palabras.
Primer Estado.
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador...
Flor de Cardo (Dificil pero con mariposas!)
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador,
ella trae la Osa Mayor en los umbrales,
en dónde se posa, claro, una nueva estrella siempre,
y otra, da lugar al resultado, mi nueva constelación.
"Pero qué atractivo tiene que no descanse en la muñeca de la Palabra,
le hablo a la cintura de la Palabra, lo que escribo fue primero escudriñado en la Palabra.
Sin deponer un deseo, sin ninguna explicación.
Para nosotros, y en primer lugar; A Dios."
Siento como la granulación de la tierra se pega finamente en mí,
percibo por el sentido; Así que, la fe es por el oír.
Le permito que elija, porque esto es solamente para ella.
Porque tengo una amistad con agua.
Tengo una amistad de tierra.
Que crezca canción de arrope, algarrobas, flor de cardos borriqueros.
No tiene segunda parte.
Yo tengo la misma cantidad de atrás de lo que espero tengamos por delante.
Es cierto. Puede ser que esté pariendo una amistad.
¿Puede ser que se combate esta noche a otro gigante?
Y no me invade ningún temor, no existe ya el dudar,
porque te doy permiso de que me guardes,
arriba del freezer te dejé el tapper.
Es blanco, y describe un forma que desplaza toda conquista de la neoingeniería,
se asoma, entre piedrillas y microbios,
y viene con total audacia como si fuera desde siempre,
rompe la naturaleza preconcebida, es poesía es cierto.
Pero mirá nuestro tallo, observá nuestra rama.
No ha sido desafiado el intelecto inteligente,
por cuestiones que atraviesan la falacia.
¿Pero no está parida de Palabra la Palabra?
¿Qué beneficio asumo en conquistarte?
Si no quiero seducir lo perdurable.
Porqué se permite que suceda, lo que ocurre en naciones fascinantes,
y no importa si faltas la navidad, porque un brindis brindarán más navidades...
Y es más fiesta comunión que lo prohibido, permitido en canción alucinante.
Despojame tu emoción. Arrancame la canción con voz grabable.
Lográ que de pronto guarde el lugar. Manteneme callado.
Sorprendeme. Callame.
Así.
.
Como si el punto fuere el germen del silencio, como si la oración no fuese escuchada,
como si no me permitiera observar que estabas sola.
Y que a mi no me sentaba bien ninguna amistad, mas que la tuya.
Permanencia en la Palabra.
Decisión en la Palabra.
Decisión observada por tu origen,
derivando del origen, las Palabras.
Primer Estado.
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador...
Flor de Cardo (Dificil pero con mariposas!)
domingo, 7 de agosto de 2011
Ojalaés...
Condiciones temporales, un flequillo que derrite la nieve,
es rubia, su cabello es negro,
y acaricia su espalda,
las gotas de agua son absorvidas muy lentamente,
entonces, mi oración se perturba,
mi poesía se rompe.
Miro que el tiempo tiene cuestiones que hablan de su risa.
La rompo porque no es muy clara, se esconde, se renueva, se afana,
y Él viene, y la toma del brazo y se la lleva,
y yo miro la escena.
Ella se va volando, se vuelve fugaz, se aproxima al éxtasis,
y ese es un estado, que se sabe es inconexo y no puede permanecer unido.
Yo soy un momento de paz, soy una sonrisa con garantía de lágrima,
soy una solución para la tos, un té cuando nos prepara una trampa el frío,
una sangre humana para transferirte, un abrazo, un tapado, un amigo,
bien podrías aprender que una respuesta,
se prepara con un mensaje, la voz lo convierte en ruido...
Yo he sido transformado o de momento lo estoy siendo,
tiemblo durante la noche, tiemblo, pero no es el miedo el que lo genera,
es el huracán que me visita cuando la poesía me convierte en viento,
viento audaz,
viento limpio,
soplo viento,
cuando no me basto con diez dedos para amarlo, y mi voz lo saluda,
y tiemblo.
Tiemblo.
Tiemblo, como un padre que se acurruca en el abrazo lastimado de un hijo,
tiemblo, como la imagen cuando el llanto nos derrama.
Tiemblo, como tiembla el alma cuando se encuentra al amigo.
Tiemblo, porque desciende la ansiedad, llega la paciencia, y digo...
Digo que lo leas de nuevo.
Digo que suspires profundamente entre los puntos o las comas,
digo que no renuncies a la vida, te digo,
yo te digo que hay un Dios que nos perdona,
digo que tengo un motivo, digo que tengo memoria.
Digo...
Me tiembla la panza cuando lo digo.
Lo grito.
Lo digo.
Qué hermoso momento tu abrazo. Qué hermoso momento es un hijo.
Qué hermosa es la tarde pasando, qué hermoso vivir un domingo,
que linda es la vida, que ahora,
faltando momentos vivibles,
se sueña la Fé que faltaba,
la Fé que construye imposibles.
Ojalá que creas que un día, todo esto será de papel,
ojalá que un día vos tiembles, ojalá que un día vos digas,
ojalá que un día vos ames, ojalá que entregues tu vida.
Ojalá, Ojalá de Ojaláes,
Ojalá, Ojalá tu sonrisa...
"Un message serait beau, serait beau. Toute la création a été faite dans six jours, et le septième s'est reposé..."
es rubia, su cabello es negro,
y acaricia su espalda,
las gotas de agua son absorvidas muy lentamente,
entonces, mi oración se perturba,
mi poesía se rompe.
Miro que el tiempo tiene cuestiones que hablan de su risa.
La rompo porque no es muy clara, se esconde, se renueva, se afana,
y Él viene, y la toma del brazo y se la lleva,
y yo miro la escena.
Ella se va volando, se vuelve fugaz, se aproxima al éxtasis,
y ese es un estado, que se sabe es inconexo y no puede permanecer unido.
Yo soy un momento de paz, soy una sonrisa con garantía de lágrima,
soy una solución para la tos, un té cuando nos prepara una trampa el frío,
una sangre humana para transferirte, un abrazo, un tapado, un amigo,
bien podrías aprender que una respuesta,
se prepara con un mensaje, la voz lo convierte en ruido...
Yo he sido transformado o de momento lo estoy siendo,
tiemblo durante la noche, tiemblo, pero no es el miedo el que lo genera,
es el huracán que me visita cuando la poesía me convierte en viento,
viento audaz,
viento limpio,
soplo viento,
cuando no me basto con diez dedos para amarlo, y mi voz lo saluda,
y tiemblo.
Tiemblo.
Tiemblo, como un padre que se acurruca en el abrazo lastimado de un hijo,
tiemblo, como la imagen cuando el llanto nos derrama.
Tiemblo, como tiembla el alma cuando se encuentra al amigo.
Tiemblo, porque desciende la ansiedad, llega la paciencia, y digo...
Digo que lo leas de nuevo.
Digo que suspires profundamente entre los puntos o las comas,
digo que no renuncies a la vida, te digo,
yo te digo que hay un Dios que nos perdona,
digo que tengo un motivo, digo que tengo memoria.
Digo...
Me tiembla la panza cuando lo digo.
Lo grito.
Lo digo.
Qué hermoso momento tu abrazo. Qué hermoso momento es un hijo.
Qué hermosa es la tarde pasando, qué hermoso vivir un domingo,
que linda es la vida, que ahora,
faltando momentos vivibles,
se sueña la Fé que faltaba,
la Fé que construye imposibles.
Ojalá que creas que un día, todo esto será de papel,
ojalá que un día vos tiembles, ojalá que un día vos digas,
ojalá que un día vos ames, ojalá que entregues tu vida.
Ojalá, Ojalá de Ojaláes,
Ojalá, Ojalá tu sonrisa...
"Un message serait beau, serait beau. Toute la création a été faite dans six jours, et le septième s'est reposé..."
sábado, 6 de agosto de 2011
Crónicas ("debe ser divina entonces...")
Sos dificil, porque en estos años escuchaste todas las palabras que hay y aún,
por que por ser vos misma me diste una ilusión en un envase que puede parecer perecedero.
No quiero resultarte una emoción, no sé si tengo nafta para más,
no sé si soy real o verdadero.
Sos dificil.
Pensé que me iba a resultar más fácil menospreciar el oprobio,
combatir al miedo.
A tus manos, con siete anillos de marcar distancia, para adivinar ninguno,
con amor de tiempos que me anuncien puentes,
a razón preciosas, manos tibias, suaves, de lugar de ahora,
de canción y mezcla de rubí y topacio.
Solamente la poesía en un patín.
Dónde pongo la garganta, subo la nota, y canto,
pensé que iba a ser más fácil admirarte,
pensé que tu ilustración de muecas y facciones rosas,
me dejarían puertos de ilusión sin rocas,
que me anuncien antes, que llegando, he vuelto...
He vuelto y en tu distancia de permiso rompo,
porque soy un perro que no tiene dueño,
porque soy un árbol que nunca dió frutos,
porque tengo el tango, porque lo conozco,
porque tengo un tango, la palabra un sueño.
Y claro, mordí.
Seguro.
Puse mi boca para ver si mis labios se iban en una insolente e invernal canción y ahora,
te respeto tanto.
Me quedé tan chico a mi mismo, que ahora,
ahora busco en la inocencia,
ahora en la conducta, ahora en la conciencia.
Te doy una palabra,
y en otro lugar, más cerca nuestro.
Se da la misma.
Mientras yo dije doce, alguien dijo once,
y todo un pueblo se levantó de obreros a construir por fé,
el capítulo anterior de nuestras vidas cuando,
cuando todas nuestras vidas duraron cinco horas.
Y un igualar de apuro la construía a lo loco.
Cuando fuí un señor, por el respeto, por el amor, resultaste ser una señora,
y claro, agarro viaje y voy, y me subo al molino.
Y soplo, y un soplido de huracán, me pone en tu lugar de primavera.
Como si fueras eterna como una mariposa, imposible como la duradera.
Y te dice basta.
Basta pero nunca.
Basta pero ahora.
Y está cruda.
Y sale a chorros, y tengo la facilidad de suplicarte, que me humillo,
que es verdad, que nada y siempre, y todo o nada, o nada y solo,
tu sonrisa,
va,
a la nada,
va conquistando la luna que no ví por el momento,
la patria que auguré, que dí de a partos,
la pasión de ahora, que a las dos menos cuarto.
Yo frente a mi pared de madera,
buscándote en la primera línea,
ahora.
Ahora grito en el silencio de los tres audífonos,
un segundo más tú dónde estás...
Un segundo más el dedo enroscado como los reglones,
en un beso que guarda tu buenos días de a primero,
y es seis de agosto y seis, yo me animo a describir la crónica del cielo.
Apiru, hacedor de ladrillos,
formador de barro con que el mismo barro,
levantó paredes tan piramidales,
que hasta el nunca es cuando. Porque todo ahora.
Que mi nada es cuento. Que es poesía sola.
Y la estrella fuistes vos, sentada en el centro.
Corrida. De focos, de lugares, de perfumes.
Y no es para que lo tomes de forma literal,
porque yo soy el Mar Rojo, y vos la vara.
Yo podría dividirme para cumplir tu deseo más insospechable.
Pero antes, te daría la ocasión,
te daria la porción,
de que me mirés, entonces más después de que me hables.
Y claro.
Suena lindo.
¿O qué sé yo?
Cada cosa es la poesía impracticable.
Y estás vos, sentada, mirándome con un ojo que está lleno de lugares.
Y yo.
Te doy la espalda, en cuero, porque me voy a buscarte.
No sé.
Tengo esquinas que silbaban tu canción.
Tengo choques en la historia de tus calles.
Tengo todo sin tener ni una razón.
Tengo todas las palabras impensables...
Tengo solamente tu perdón.
Tengo solamente que me hables.
por que por ser vos misma me diste una ilusión en un envase que puede parecer perecedero.
No quiero resultarte una emoción, no sé si tengo nafta para más,
no sé si soy real o verdadero.
Sos dificil.
Pensé que me iba a resultar más fácil menospreciar el oprobio,
combatir al miedo.
A tus manos, con siete anillos de marcar distancia, para adivinar ninguno,
con amor de tiempos que me anuncien puentes,
a razón preciosas, manos tibias, suaves, de lugar de ahora,
de canción y mezcla de rubí y topacio.
Solamente la poesía en un patín.
Dónde pongo la garganta, subo la nota, y canto,
pensé que iba a ser más fácil admirarte,
pensé que tu ilustración de muecas y facciones rosas,
me dejarían puertos de ilusión sin rocas,
que me anuncien antes, que llegando, he vuelto...
He vuelto y en tu distancia de permiso rompo,
porque soy un perro que no tiene dueño,
porque soy un árbol que nunca dió frutos,
porque tengo el tango, porque lo conozco,
porque tengo un tango, la palabra un sueño.
Y claro, mordí.
Seguro.
Puse mi boca para ver si mis labios se iban en una insolente e invernal canción y ahora,
te respeto tanto.
Me quedé tan chico a mi mismo, que ahora,
ahora busco en la inocencia,
ahora en la conducta, ahora en la conciencia.
Te doy una palabra,
y en otro lugar, más cerca nuestro.
Se da la misma.
Mientras yo dije doce, alguien dijo once,
y todo un pueblo se levantó de obreros a construir por fé,
el capítulo anterior de nuestras vidas cuando,
cuando todas nuestras vidas duraron cinco horas.
Y un igualar de apuro la construía a lo loco.
Cuando fuí un señor, por el respeto, por el amor, resultaste ser una señora,
y claro, agarro viaje y voy, y me subo al molino.
Y soplo, y un soplido de huracán, me pone en tu lugar de primavera.
Como si fueras eterna como una mariposa, imposible como la duradera.
Y te dice basta.
Basta pero nunca.
Basta pero ahora.
Y está cruda.
Y sale a chorros, y tengo la facilidad de suplicarte, que me humillo,
que es verdad, que nada y siempre, y todo o nada, o nada y solo,
tu sonrisa,
va,
a la nada,
va conquistando la luna que no ví por el momento,
la patria que auguré, que dí de a partos,
la pasión de ahora, que a las dos menos cuarto.
Yo frente a mi pared de madera,
buscándote en la primera línea,
ahora.
Ahora grito en el silencio de los tres audífonos,
un segundo más tú dónde estás...
Un segundo más el dedo enroscado como los reglones,
en un beso que guarda tu buenos días de a primero,
y es seis de agosto y seis, yo me animo a describir la crónica del cielo.
Apiru, hacedor de ladrillos,
formador de barro con que el mismo barro,
levantó paredes tan piramidales,
que hasta el nunca es cuando. Porque todo ahora.
Que mi nada es cuento. Que es poesía sola.
Y la estrella fuistes vos, sentada en el centro.
Corrida. De focos, de lugares, de perfumes.
Y no es para que lo tomes de forma literal,
porque yo soy el Mar Rojo, y vos la vara.
Yo podría dividirme para cumplir tu deseo más insospechable.
Pero antes, te daría la ocasión,
te daria la porción,
de que me mirés, entonces más después de que me hables.
Y claro.
Suena lindo.
¿O qué sé yo?
Cada cosa es la poesía impracticable.
Y estás vos, sentada, mirándome con un ojo que está lleno de lugares.
Y yo.
Te doy la espalda, en cuero, porque me voy a buscarte.
No sé.
Tengo esquinas que silbaban tu canción.
Tengo choques en la historia de tus calles.
Tengo todo sin tener ni una razón.
Tengo todas las palabras impensables...
Tengo solamente tu perdón.
Tengo solamente que me hables.
viernes, 5 de agosto de 2011
El nono
Es una postal con al menos ochenta años, hace foco sobre una cara desconocida,
sobre un joven que creía distinto a mí, que pensaba distinto a mí,
es la estampa de alguien que luego conocí...
¿Qué cómo lo conocí?... Pude conocerlo hasta ver su finitud,
pude conocerlo hasta el rincón de su bigote, hasta su canción de cuna.
Hasta su abrazo manso, hasta el largo de sus uñas,
y le debo, tanto le debo, la pasión por Boca Juniors,
y le debo conocer a un tal Madurga...
Le debo el tango, a D´Arienzo,
le debo el sol y más de una noche de murga,
le debo los nombres propios de mí familia,
y el Perdón por ofenderlo alguna tarde de verano,
cansado y viejo ya, apoyado, todo, en un sector clausurado de la memoria...
Resucita esta mañana.
Sin vivir... Es Don Alfredo...
Le debo tanto, que si lo pienso todavía,
todavía estoy a tiempo,
aún puedo pagarle, así. Honrándolo.
Si lo voy a buscar adentro, si lo rescato esta mañana del Seol,
si Dios me dejara tocarle la mano,
acariciarle...
Decirle: "Viejo, vamos que salimos..."
Esperar su paso chueco, herencia cruda, su bicicleta.
Su Derby Suave Corto.
Su voz. ¿A dónde estás Viejo, por qué cantan los jilgueros...?
Pero está vivo en mi vida como un ejemplo,
está vivo en mi cabeza de recuerdos, de trinchetas y revistas de banquito,
está en las medias suelas, en la galería, en las medias horas,
en la calesita de la vuelta, en el vinito con soda para nietos,
en el puchero del mediodía hirviendo a todo vapor,
cantando canzionetas que hacían compás con el lavarropas,
en el delantal, en el uso descuidado de sus herramientas...
Pobrecito el albañil... Esa era su canción...
Así suspiré su trabajo de zapatero...
Sus herramientas.
Qué tesoro que pugna en retratar mi mente.
Si sólo soy lo que él hizo que sea.
Si soy beso de su boca, idea de su idea.
Mano de su mano.
Carne hecha de carne.
Gracias nono querido, gracias por ésta que es tu herencia...
Me quedo con tu dedo mocho, tus lunares en la espalda,
tu piel blanca... Tu elegancia breve que era de vals o de tango,
tu Margarita, tu flor en el jardín, la esencia de la calle Olavarría.
La Daisy, el Collie, el miedo que no era miedo al lado tuyo,
los cuentos, las historias, las poesías,
Sarmiento de Junin, Estudiantes de Caseros,
tu presente, tu olvidado, tu pasado, tu costado,
tu Jesús, tu Jesús que era un Obrero,
y a Perón, sin odiar, sin montoneros. Sin hablar, sin lugar, y sin el tiempo.
Llorar es algo que no me sale esta mañana,
estás todavía lamentando el ya no estar del limonero,
estás lamentándote el pino que no está,
caminando por Uruguay, lentamente hacia el blanco y negro,
que a falta de honra le ponemos al pasado...
Ya que por sus frutos los reconoceremos...
Hoy volví a ver el mundial, el mundial que vi con vos,
el mundial noventa y cuatro,
en tus rodillas...
Hoy canté tu cumpleaños, hoy me dí cuenta que soy,
una parte de tu voz, tal vez un cuarto.
Gracias Viejo por quedarte en los lugares donde hay sol,
por entrar en la alegría de mi blog,
por estar, por ser quién fuiste, y lo que sos...
Por el mate, por la historia y el Adiós...
¿Más quién pudiera robarle al pasado una mañana,
y abrirte la puerta para ir a aprender un poco más,
de lo mucho que me enseñaste...?
¿Será también este motivo,
de la búsqueda inicial del esperar...?
Será.
Así Será.
Suelto al abuelo.
Y se va.
Despacito.
Se va.
sobre un joven que creía distinto a mí, que pensaba distinto a mí,
es la estampa de alguien que luego conocí...
¿Qué cómo lo conocí?... Pude conocerlo hasta ver su finitud,
pude conocerlo hasta el rincón de su bigote, hasta su canción de cuna.
Hasta su abrazo manso, hasta el largo de sus uñas,
y le debo, tanto le debo, la pasión por Boca Juniors,
y le debo conocer a un tal Madurga...
Le debo el tango, a D´Arienzo,
le debo el sol y más de una noche de murga,
le debo los nombres propios de mí familia,
y el Perdón por ofenderlo alguna tarde de verano,
cansado y viejo ya, apoyado, todo, en un sector clausurado de la memoria...
Resucita esta mañana.
Sin vivir... Es Don Alfredo...
Le debo tanto, que si lo pienso todavía,
todavía estoy a tiempo,
aún puedo pagarle, así. Honrándolo.
Si lo voy a buscar adentro, si lo rescato esta mañana del Seol,
si Dios me dejara tocarle la mano,
acariciarle...
Decirle: "Viejo, vamos que salimos..."
Esperar su paso chueco, herencia cruda, su bicicleta.
Su Derby Suave Corto.
Su voz. ¿A dónde estás Viejo, por qué cantan los jilgueros...?
Pero está vivo en mi vida como un ejemplo,
está vivo en mi cabeza de recuerdos, de trinchetas y revistas de banquito,
está en las medias suelas, en la galería, en las medias horas,
en la calesita de la vuelta, en el vinito con soda para nietos,
en el puchero del mediodía hirviendo a todo vapor,
cantando canzionetas que hacían compás con el lavarropas,
en el delantal, en el uso descuidado de sus herramientas...
Pobrecito el albañil... Esa era su canción...
Así suspiré su trabajo de zapatero...
Sus herramientas.
Qué tesoro que pugna en retratar mi mente.
Si sólo soy lo que él hizo que sea.
Si soy beso de su boca, idea de su idea.
Mano de su mano.
Carne hecha de carne.
Gracias nono querido, gracias por ésta que es tu herencia...
Me quedo con tu dedo mocho, tus lunares en la espalda,
tu piel blanca... Tu elegancia breve que era de vals o de tango,
tu Margarita, tu flor en el jardín, la esencia de la calle Olavarría.
La Daisy, el Collie, el miedo que no era miedo al lado tuyo,
los cuentos, las historias, las poesías,
Sarmiento de Junin, Estudiantes de Caseros,
tu presente, tu olvidado, tu pasado, tu costado,
tu Jesús, tu Jesús que era un Obrero,
y a Perón, sin odiar, sin montoneros. Sin hablar, sin lugar, y sin el tiempo.
Llorar es algo que no me sale esta mañana,
estás todavía lamentando el ya no estar del limonero,
estás lamentándote el pino que no está,
caminando por Uruguay, lentamente hacia el blanco y negro,
que a falta de honra le ponemos al pasado...
Ya que por sus frutos los reconoceremos...
Hoy volví a ver el mundial, el mundial que vi con vos,
el mundial noventa y cuatro,
en tus rodillas...
Hoy canté tu cumpleaños, hoy me dí cuenta que soy,
una parte de tu voz, tal vez un cuarto.
Gracias Viejo por quedarte en los lugares donde hay sol,
por entrar en la alegría de mi blog,
por estar, por ser quién fuiste, y lo que sos...
Por el mate, por la historia y el Adiós...
¿Más quién pudiera robarle al pasado una mañana,
y abrirte la puerta para ir a aprender un poco más,
de lo mucho que me enseñaste...?
¿Será también este motivo,
de la búsqueda inicial del esperar...?
Será.
Así Será.
Suelto al abuelo.
Y se va.
Despacito.
Se va.
jueves, 4 de agosto de 2011
Evafania (Foto de la mujer del arco iris)
Espero no haberme ido...
Espero haberme quedado...
En lugar de frío sentí el cálido trato de tu presencia,
caminé en la calle, mientras todos iban y venían.
Anduve por senderos desde dónde, esto que es vida hoy,
imposible era, increíble Eva.
Eva tiene los ojos delineados, con negro, hasta donde los recuerdos proponen,
un dolor desconocido. Un poder, una ausencia. Un clamor.
Un por qué.
Silencioso, entonces, ella en su flor de jazmín, y yo en una madriguera.
Es alegre como la sonrisa, así, así es Eva.
Ella no viene a mí para que yo me la guarde en el celo de mi conscunpiscencia,
sino para que la tome como un misal,
para que tenga una idea.
Y puse en el centro del pensamiento, una flor, para su nombre.
Y así. Así como una flor, así de semilla, es Eva.
Es dulce, es niña, es canción, es madrugada, es explícita, es frugal,
es vanal, es orgullosa, es una propuesta, un compromiso, una fracción.
Así; Para que yo tenga forma de explicarlo.
Así, para que yo haga pasar la luz por la señal de los pactos,
para que sea yo el único que tenga tiempo de mirar el Arco Iris,
mientras todo un planeta se resigna al odio, o al menos, marcha hacia el trabajo.
Así, porque, si no fuéramos un segundo únicos no entrarías en mis manos.
Y claro, miedo de mi corazón, que es Agua Profunda, temería equivocarse.
Tengo una sobrina, una sobrina que es canción.
Y una mujer. Claro, que no sé dónde se fué, pero que anda, buscando entre sus papeles,
comiendo chicles, con otro, en otra. Para sorprenderme.
Porque claro. Si lo podés entender es porque no es de dónde yo creo que es.
Si algo puede ponerme en contacto con el mundo, es el reclamo.
¡Señor! Dejame que le diga solamente el nombre que inventé para buscarle,
como si fueras la obra, y yo el artista, y vos el arte. Eva.
Ella es la canción. Ella es el arte.
¿Andaría muy bien mi velocidad entre tus manos? No lo sé. No se sabe.
¿Te daría el control de mi cabeza solamente porque somos nosotros? No lo sé. Él lo sabe.
No soy ajeno del pacto, no soy ajeno del mundo.
Nada puede quitarme la forma de pensar o de sentir.
Nada. Nada puede evitar que exista y sea. Ni la muerte pudo.
Su nombre es Eva.
Esta epifania transitada.
Esta calle de cordones que están puestos para transformarse,
quieren poner de todo lo suyo para calmar tu ansiedad,
para abrazarte, para calmar tu tempestad, para agradarte.
Y solamente en el andar, que es caminar hacia adelante,
ir más allá, a darte lugar, y adelantarme.
Un paso más acá está el Arco Iris de hoy a la mañana.
Y los ojos se me volvieron de lluvia,
hasta dónde nadie más que vos puede ver de qué se trata.
No te expongas, sólo no lo hagas, porque el mal puede encontrarte...
Espero haberme quedado...
En lugar de frío sentí el cálido trato de tu presencia,
caminé en la calle, mientras todos iban y venían.
Anduve por senderos desde dónde, esto que es vida hoy,
imposible era, increíble Eva.
Eva tiene los ojos delineados, con negro, hasta donde los recuerdos proponen,
un dolor desconocido. Un poder, una ausencia. Un clamor.
Un por qué.
Silencioso, entonces, ella en su flor de jazmín, y yo en una madriguera.
Es alegre como la sonrisa, así, así es Eva.
Ella no viene a mí para que yo me la guarde en el celo de mi conscunpiscencia,
sino para que la tome como un misal,
para que tenga una idea.
Y puse en el centro del pensamiento, una flor, para su nombre.
Y así. Así como una flor, así de semilla, es Eva.
Es dulce, es niña, es canción, es madrugada, es explícita, es frugal,
es vanal, es orgullosa, es una propuesta, un compromiso, una fracción.
Así; Para que yo tenga forma de explicarlo.
Así, para que yo haga pasar la luz por la señal de los pactos,
para que sea yo el único que tenga tiempo de mirar el Arco Iris,
mientras todo un planeta se resigna al odio, o al menos, marcha hacia el trabajo.
Así, porque, si no fuéramos un segundo únicos no entrarías en mis manos.
Y claro, miedo de mi corazón, que es Agua Profunda, temería equivocarse.
Tengo una sobrina, una sobrina que es canción.
Y una mujer. Claro, que no sé dónde se fué, pero que anda, buscando entre sus papeles,
comiendo chicles, con otro, en otra. Para sorprenderme.
Porque claro. Si lo podés entender es porque no es de dónde yo creo que es.
Si algo puede ponerme en contacto con el mundo, es el reclamo.
¡Señor! Dejame que le diga solamente el nombre que inventé para buscarle,
como si fueras la obra, y yo el artista, y vos el arte. Eva.
Ella es la canción. Ella es el arte.
¿Andaría muy bien mi velocidad entre tus manos? No lo sé. No se sabe.
¿Te daría el control de mi cabeza solamente porque somos nosotros? No lo sé. Él lo sabe.
No soy ajeno del pacto, no soy ajeno del mundo.
Nada puede quitarme la forma de pensar o de sentir.
Nada. Nada puede evitar que exista y sea. Ni la muerte pudo.
Su nombre es Eva.
Esta epifania transitada.
Esta calle de cordones que están puestos para transformarse,
quieren poner de todo lo suyo para calmar tu ansiedad,
para abrazarte, para calmar tu tempestad, para agradarte.
Y solamente en el andar, que es caminar hacia adelante,
ir más allá, a darte lugar, y adelantarme.
Un paso más acá está el Arco Iris de hoy a la mañana.
Y los ojos se me volvieron de lluvia,
hasta dónde nadie más que vos puede ver de qué se trata.
No te expongas, sólo no lo hagas, porque el mal puede encontrarte...
miércoles, 3 de agosto de 2011
Los aviones, corre Forrest!
Vivir una experiencia.
Un solo segundo. Un instante.
Cierro los ojos por un momento,
cuando en realidad quiero cerrar mis oidos,
levanto los brazos, porque es un avión gigante el que pasa a centímetros de mis manos,
veo su abdomen de metal, su complicada morfología, su furor sobre mí...
Me aturde el por qué de sus turbinas,
que arman un odio sordo,
una explosión necesaria.
Pasa lentamente, y es poco mi lugar,
me siento un rascacielos,
me dura milésimas de segundo.
Dura un momento. Una sensación.
Miro su estela. Su viento que es de fuego y que me abraza.
Y el momento me deja excitado.
Me hace explotar, me repone, me descompone. Me dobla.
Me siento la parte más pequeña de la tierra. Me siento indefenso.
La cabeza se me va hacia los aplausos del viento contra los árboles,
me llevan a tu sonrisa cuidada, me traen a los lugares seguros,
es alto el monte, surca el canal el descenso,
el agua y la roca, y el moho, y el pasto...
Mi mano ahora acaricia el pelo de la tierra,
el cuidadoso regalo.
Címbalos, campanas.
Movimientos de la vida.
Una mariposa viene a mi cabeza y salta,
unas hormigas, que me demuestran que toda la creación trabaja.
Y yo en mi retrato perdido del Siglo veintiuno.
Yo en mi colgadera, en mi poesía que es un suspenso,
en mi poesía que estaba equivocada,
en mi poesía que celebra.
Y que canta.
Y que reconoce.
Y que agradece.
Porque es el material sano de mi cuerpo,
es la Palabra misma la que me dió el significado,
sin entender que lo mucho o lo poco que conozco,
ya estaba sembrado, yo siego lo que por otro fue sembrado.
Y sí, Es Verdad,
solamente a veces,
cometo atrocidades,
cosas simples, cosas graves.
Porque...
Si piso una criatura que se despierta.
Si tracciono una vida.
Si lastimo una maravilla de las que soy testigo,
es para poder renunciar cuando renuncio,
a vivir de la vida en lo que escribo.
Y aprendo, momento a momento.
Hoy sí.
Hoy se rompe. Hoy es el día.
Hoy es día de tocarle la panza al avión.
De molestarlo.
Hoy Forrest corre, hoy rompe la prótesis.
Hoy se lanza en carrera. Hoy se libera.
Hoy corre.
Y el avión entiende. Lo que la máquina entienda.
Y que entienda que yo soy mucho más que él,
y que vos, leyendo, ya hiciste mucho más que volar.
Más ruido, más explosión, más vida.
El nunca aprenderá a ser otra cosa que no sea a planear.
Mientras que tu combustión necesaria,
te enseña cada día un poco más.
Aprender reconociendo el perdón. Vuela, pero es sencillo,
es solamente un avión.
Un solo segundo. Un instante.
Cierro los ojos por un momento,
cuando en realidad quiero cerrar mis oidos,
levanto los brazos, porque es un avión gigante el que pasa a centímetros de mis manos,
veo su abdomen de metal, su complicada morfología, su furor sobre mí...
Me aturde el por qué de sus turbinas,
que arman un odio sordo,
una explosión necesaria.
Pasa lentamente, y es poco mi lugar,
me siento un rascacielos,
me dura milésimas de segundo.
Dura un momento. Una sensación.
Miro su estela. Su viento que es de fuego y que me abraza.
Y el momento me deja excitado.
Me hace explotar, me repone, me descompone. Me dobla.
Me siento la parte más pequeña de la tierra. Me siento indefenso.
La cabeza se me va hacia los aplausos del viento contra los árboles,
me llevan a tu sonrisa cuidada, me traen a los lugares seguros,
es alto el monte, surca el canal el descenso,
el agua y la roca, y el moho, y el pasto...
Mi mano ahora acaricia el pelo de la tierra,
el cuidadoso regalo.
Címbalos, campanas.
Movimientos de la vida.
Una mariposa viene a mi cabeza y salta,
unas hormigas, que me demuestran que toda la creación trabaja.
Y yo en mi retrato perdido del Siglo veintiuno.
Yo en mi colgadera, en mi poesía que es un suspenso,
en mi poesía que estaba equivocada,
en mi poesía que celebra.
Y que canta.
Y que reconoce.
Y que agradece.
Porque es el material sano de mi cuerpo,
es la Palabra misma la que me dió el significado,
sin entender que lo mucho o lo poco que conozco,
ya estaba sembrado, yo siego lo que por otro fue sembrado.
Y sí, Es Verdad,
solamente a veces,
cometo atrocidades,
cosas simples, cosas graves.
Porque...
Si piso una criatura que se despierta.
Si tracciono una vida.
Si lastimo una maravilla de las que soy testigo,
es para poder renunciar cuando renuncio,
a vivir de la vida en lo que escribo.
Y aprendo, momento a momento.
Hoy sí.
Hoy se rompe. Hoy es el día.
Hoy es día de tocarle la panza al avión.
De molestarlo.
Hoy Forrest corre, hoy rompe la prótesis.
Hoy se lanza en carrera. Hoy se libera.
Hoy corre.
Y el avión entiende. Lo que la máquina entienda.
Y que entienda que yo soy mucho más que él,
y que vos, leyendo, ya hiciste mucho más que volar.
Más ruido, más explosión, más vida.
El nunca aprenderá a ser otra cosa que no sea a planear.
Mientras que tu combustión necesaria,
te enseña cada día un poco más.
Aprender reconociendo el perdón. Vuela, pero es sencillo,
es solamente un avión.
martes, 2 de agosto de 2011
Tolerancia
Tolerancia, como tolera la roca la embestida de la olas.
Buenos días, como besa el padre, como se abriga el niño,
tolerancia. Como la espuma del café torrado.
Tolerancia parida en el silencio.
Tolerancia que surge en el ponerse, que se impone a la distancia,
enjuague que dan los ojos en el sudor del alma.
Tolerancia. Enjuague de tolerancia.
Templado como el manojo de láminas de ácero,
templanza en matemática fría, en física fría, en Estambul,
templanza en tantos países que resta conocer,
templará mi corazón el camino al monte, el paso alegre,
el salto del collado, el brío, templo mi cuerpo para conocerte.
Factor riesgoso descubrir mis planes, factor desgraciado el tuyo en mi vida,
no entender las fronteras levantadas naturales,
es abrir la puerta al deseo ignoto, a todo lo horrible,
que encierra el hombre en dos centímetros apenas, en medio metro de distancia,
todas las cosas son espirituales.
Está enroscado el cable a veces, y aún, en el embrollo,
pasa sútil la energía en su va y viene,
no pierde la potencia,
no daña la calidad,
no miente.
Es cierto, hay que desenrollarlo.
Dejalo, quizás hoy no quiere ser perfecto,
quizás espera una orden,
quizás tiene otro proyecto,
quizás no es tolerante.
Temiendo claro,
que se haga una bola o un alud que nos aplaste,
con dolor de espalda canto,
porque no necesito tu forma para esto,
porque soy más que una forma.
Porque todo lo mío entra adentro de un carozo de aceituna,
y claro la dimensión se te rompe,
el aplomo se distrae,
el accidente ocurre,
antes, hubiera sido posible.
Hoy solamente son facciones lastimables.
Enderezo el carro apuesto camino de Norte claro,
acomodo mi cuello de camisa,
le pongo límites a los deseos,
pido porque sé que me escucha,
porque tengo la certeza,
insolente,
de la Fé posible.
Posible siempre.
Tolerante.
Templada.
Como un desafío
Receptiva.
Creativa.
Nuestra.
Cleto Ciocchini - Retatro de pescadores.
Buenos días, como besa el padre, como se abriga el niño,
tolerancia. Como la espuma del café torrado.
Tolerancia parida en el silencio.
Tolerancia que surge en el ponerse, que se impone a la distancia,
enjuague que dan los ojos en el sudor del alma.
Tolerancia. Enjuague de tolerancia.
Templado como el manojo de láminas de ácero,
templanza en matemática fría, en física fría, en Estambul,
templanza en tantos países que resta conocer,
templará mi corazón el camino al monte, el paso alegre,
el salto del collado, el brío, templo mi cuerpo para conocerte.
Factor riesgoso descubrir mis planes, factor desgraciado el tuyo en mi vida,
no entender las fronteras levantadas naturales,
es abrir la puerta al deseo ignoto, a todo lo horrible,
que encierra el hombre en dos centímetros apenas, en medio metro de distancia,
todas las cosas son espirituales.
Está enroscado el cable a veces, y aún, en el embrollo,
pasa sútil la energía en su va y viene,
no pierde la potencia,
no daña la calidad,
no miente.
Es cierto, hay que desenrollarlo.
Dejalo, quizás hoy no quiere ser perfecto,
quizás espera una orden,
quizás tiene otro proyecto,
quizás no es tolerante.
Temiendo claro,
que se haga una bola o un alud que nos aplaste,
con dolor de espalda canto,
porque no necesito tu forma para esto,
porque soy más que una forma.
Porque todo lo mío entra adentro de un carozo de aceituna,
y claro la dimensión se te rompe,
el aplomo se distrae,
el accidente ocurre,
antes, hubiera sido posible.
Hoy solamente son facciones lastimables.
Enderezo el carro apuesto camino de Norte claro,
acomodo mi cuello de camisa,
le pongo límites a los deseos,
pido porque sé que me escucha,
porque tengo la certeza,
insolente,
de la Fé posible.
Posible siempre.
Tolerante.
Templada.
Como un desafío
Receptiva.
Creativa.
Nuestra.
Cleto Ciocchini - Retatro de pescadores.
lunes, 1 de agosto de 2011
Cae la hoja.
Me empeño en construirte desde cero,
salgo desde el conocimiento, voy más alla.
Dí con lugares rotos y conocí los detalles.
Me amigué con el hombre que pintaba al viento,
me junté con otro que retrata al tiempo...
Me fui.
Incluí en la lista de porciones, una grande de canciones tipo Dylan,
permaneció la idea flotando en el viento.
Permaneció después de todo.
Porque era luz y sal, y rompió el templo.
Erraba el trovador.
Y yo contando las letras para llenar los vacíos.
Una mano me dió con una roca y un mar para que lo observe,
me aburrí,
me dí la media vuelta y volví a la plaza dónde comenzó la misión.
Quiero ser una parte de la mirada en el foco.
Quiero ser una rutina en la conducta del loco.
Vos.
Gemido que parió tu somatización.
Lágrima,
qué cristal ausente,
qué canción de invierno,
qué café con pocillos...
Qué digo?
Otro absurdo es. Ningúna canción remota.
Otra mano, y van, frutas secas y lamentos con escarcha.
Qué hermoso y ajeno nos es el invierno,
solos menos con un poco de calor, que ahuyenta tu necesidad de acompañarme.
Libres, claro. Pensando en hacer todo de nuevo.
Es hermoso poder contar cosas ajenas en clave,
es hermoso fundir como hierro la porción de carne,
es el epicentro de la humillación.
Es la muerte de la verdad absoluta.
Qué hermoso sol a visto mi rostro.
Qué linda letra mayúscula me mostró,
que esta viniendo la vida perfecta para nosotros.
Cae la hoja.
Y yo camino y fumo pipa con Withman,
vamos a sanar una batalla.
Que ya habremos combatido,
que la tenemos ganada.
Caen las hojas. Y era un hoja simple, distinta y cayó sola.
salgo desde el conocimiento, voy más alla.
Dí con lugares rotos y conocí los detalles.
Me amigué con el hombre que pintaba al viento,
me junté con otro que retrata al tiempo...
Me fui.
Incluí en la lista de porciones, una grande de canciones tipo Dylan,
permaneció la idea flotando en el viento.
Permaneció después de todo.
Porque era luz y sal, y rompió el templo.
Erraba el trovador.
Y yo contando las letras para llenar los vacíos.
Una mano me dió con una roca y un mar para que lo observe,
me aburrí,
me dí la media vuelta y volví a la plaza dónde comenzó la misión.
Quiero ser una parte de la mirada en el foco.
Quiero ser una rutina en la conducta del loco.
Vos.
Gemido que parió tu somatización.
Lágrima,
qué cristal ausente,
qué canción de invierno,
qué café con pocillos...
Qué digo?
Otro absurdo es. Ningúna canción remota.
Otra mano, y van, frutas secas y lamentos con escarcha.
Qué hermoso y ajeno nos es el invierno,
solos menos con un poco de calor, que ahuyenta tu necesidad de acompañarme.
Libres, claro. Pensando en hacer todo de nuevo.
Es hermoso poder contar cosas ajenas en clave,
es hermoso fundir como hierro la porción de carne,
es el epicentro de la humillación.
Es la muerte de la verdad absoluta.
Qué hermoso sol a visto mi rostro.
Qué linda letra mayúscula me mostró,
que esta viniendo la vida perfecta para nosotros.
Cae la hoja.
Y yo camino y fumo pipa con Withman,
vamos a sanar una batalla.
Que ya habremos combatido,
que la tenemos ganada.
Caen las hojas. Y era un hoja simple, distinta y cayó sola.
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