lunes, 27 de agosto de 2012

Poesía Final

Esta me animo a decir que es la última.
Creo que ya han tenido suficiente.

Vivo en la ciudad que nadie soñó,
nunca se organizó porque no es producto,
nunca hubo un colectivo imaginario para ella,
por eso hay un pobre y un rico en la misma vereda,
por eso, o por que el sistema se cansa de vendernos humo.

Yo me compro un poco de su humo. Me lo traigo a casa
lo miro, lo investigo a ver si le encuentro la veta
quizás un día me cole, me suba, me meta,
quizás desaparezca investigando dentro suyo,
hubo tantos que siguen desapareciéndose, quizás desaparezca...

Quizás la ciudad que no se piensa ni un poco
un día me toque la puerta,
quizás la encuentre dormida,
tal vez descubra la clave del éxito
imaginarme aplaudido, celebrado
reconocido entorno a otros poetas...

No te puedo mentir a vos, no me interesa.

Vengo a ser un hallador de ahora enajenado
miro a los ojos para descubrir la verdad del otro,
encuentro que la verdad pasa siempre por otro lado,
y la realidad, pasa a mil arriba de un camello
y la noche, hoy me atemoriza, ya que antes la surqué pirateando.

Quizás la ciudad me embarace, quizás me de otro hijo,
otro nombre en el que al hacer las cosas bien
así me vuelva a encontrar aplaudido entre los otros,
los que con su bolsa de humo fraguan el abismo,
no me quiero escapar, pero es tan lindo el escapismo...

Antes, cuando miraba mi ciudad, veía el sueño ajeno hecho mío,
antes, cuando soñar era posible, viviendo con vos esa nostalgia linda,
ese domingo de encender el fuego, jugando a la familia,
recibiendo las visitas que molestan,
porque en la misma pieza se encuentran el molesto y el bienvenido,
y la noche, llega como un páramo, un oasis.

Necesitan descanso mis pies que están errando,
necesitan amor mis hombros de pequeños lunares
necesitan silbar al perro y que el perro venga,
así, como sueño de ciudad dormida,
como crece el odio, como un enredadera por la vida.

Quizás la ciudad me haga feliz cuando la vea,
quizás un día la vea a ella.

Quizás un día, exista,
quizás un día, sea.

Me cuido de entenderme en este análisis,
hoy, me rompe la cabeza sostenerme,
miro mi rompecabezas, miro tu reloj,
y diseño una falta de ortografía para que me corrijas,
a vos que te gusta buscarme los defectos,
a mí, que la ciudad me queda chica.

No sé por dónde iré sin este sitio,
lo beso, como tengo que besar a lo que amo,
lo saludo, no hay deudas con él,
lo suelto en esta urbe que no me haya,
desenvuelto en esta letra, de Coré.

Así, al rayo del sol del mediodía,
se termina todoloquetengoo,
de zapatos.
Con el pelo hacia atrás diciéndome que es cierto que se cae,
con las manos decididas a entregártelo,
porque fue tuyo durante todo este mientras tanto.

Es necesario para mí bendecirlo,
es necesario para vos encontrarlo.

Hay detalles, hay belleza,
suficiente amor del hombre,
que ha decidido encontrarlo.

Adios amigo mío.
De acá también me voy.







viernes, 24 de agosto de 2012

No title

Se hundieron las manos en la harina, con la idea de volver pan la mezcolanza,
una idea superior a la rutina, el caudal del río vivo no descansa,
la levadura que murmura inflando con su hongo, lo que aquel ojo posó para soñarte,
entera y musical; formas quimeras, de la unión casual voraz para encontrarte...

Entonces me decís que era mentira, te escondés entre los juncos de un estero,
te guardas, te mentís, te protegías, te querías volver, me hiciste un verso.

Un verso que después de muchos años, aún me sopla por la tapa de cilindros,
me acompleja cuando busco por adentro lo que siempre pude ver en mis bolsillos,
y ahora tengo de la vida la peor parte, la de andar como un loco por la calle,
en este viaje de anfetas que no me terminan nunca de pegarme,
pasta a pasta, locura a locura, mandándote a mis fantasmas a callarte,
oir que existe sabés. Y que no estés. No me sorprende.

La primera vez que nos abandonaste, nos dejaste con la nada de una fe,
y uno es niño sabés, uno no suele entender que Dios está metiendo la mano por lo pronto,
entonces, te perdonamos aquella vez, y pensábamos que ahí terminaría.
Como se termina esto.

Porque aquí habré vomitado tanta angustia,
que al englobarlo todo en el mismo globo,
será una causa perdida yendo al cielo,
como si el arrepentimiento te resolviera,
algunos de los abismo que nos has cavado.

Estos pozos que tienen nuestras almas,
son agujeros que me hicieron tus mentiras,
y el haberlas creído, entonces, me dieron la verdad,
como el del punto de un final que no termina.

Así en mi cabeza, necesita dormir sin lo que tengo,
por esa razón se cierra lo que se está cerrando,
sin cerrarse nunca lo que nunca cierro.

Andá saber que tordo me ha matado,
la extraña sordera de aquello que es curable,
si el viento que me sopla en la cabeza,
es dolor creado por mi mismo, pero es aire.






lunes, 20 de agosto de 2012

El rúgido (Glosa de Murga)

También es un talento y un arte,
y muchas veces hay que desesperarse por no poder,
por no poder, decirte, un día compartirlo...


Se escuchaba rugir esta tarde noche, lo sabemos
estaba cosiéndose perdida entre la urbe,
el difícilmente distinguible volar de un bombo dulce por los aires,
mientras que una amiga armaba eso de hacer un mate
y la radio sospechaba dibujos de trazos de futbolistas,
entre gol y gol, y temor de caer del resultado,
sentía tu voz que me pedía, diciéndome...

La tarde avanzó entre las nubes del cielo desigual de los soñadores,
parecido un refutador, un convencido de lo contrario y te sentí lejana,
podés ver sus colores ambarinos, su metástasis urbana simple
su condición elegante en la fenomenal materia de desintegrarse,
como vos sabés solamente hacerlo, vos eras mía murga,
como eras desde siempre una Murga por el aire,
como un viento que te vuelve a decir tentándonos,
que soy la identidad del mundo,
que soy el homo sappiens sappiens,
que no tengo una tarde de descanso,
pero vení como puedas hoy,
aún si hoy no podés, vení igual,
que le importa a la alegría que estés descalzo.

Entonces otro rugido que se quebrará en la tierra,
tremulante, vívido, eléctrico, certero
como bala que no se desperdicia en nada,
con esta esencia natural primera, de ser un Murguero
entender que te sangre la mano por tocar la puerta
entender que para siempre no estará Febrero.

Y ante la duda una trompeta me abrirá la calle,
pensaré que ya no tengo la ropa lista,
pensaré en las noches que gasté dándole una idea a la levita,
comprender que fuimos únicos ese día arremolinado...

Ver que las cosas cambian, verme al espejo cambiado
ser y no ser yo, como ha sido Gelman,
ser o no ser, como fue Shakespeare,
andar como el Quijote de la Mancha por la calle,
viendo los gigantes aplaudiendo otarios,
ver que las siluetas se siguen moviendo,
escuchar tu grito y correr a buscarlo...

Y presentarte, delicada funda de joya fina de mi vida,
hermosa Murga,
cómo si en esta presentación se fueran los cimientos de tu estrella,
en la moción del orden subvertido que me arrebata a un nuevo pensamiento,
en el lugar del lugar que sea que estés, sí habrás salido
para siempre, un vecino nuevo que se llega, es bienvenido.

No tiene sentido no soltarte en este barrio,
porque quizás en una esquina sueñe contigo un niño,
quizás seas su única ventana de colores,
quizás seas la verdad hecha de ruido.
Quizás sea domingo y haya escuchado,
desde el pecho, adentro del corazón de cemento, tu rugido...

No importa ni el color ni tu medida,
importa esta que es la verdad
Murga Querida.












domingo, 19 de agosto de 2012

Mirada de cucaracha a través de la familia

Vengo comiéndome los restos de mi hermano por la espalda,
puedo comérmelo sin verle la cara,
puedo arrancar su carne muerta y masticarla,
sin sentir apenas pena por ser parasitario.
Puedo entonces matarles de frente,
aniquilando la vida, cegándoles del sol, las nubes, los cuentos,
puedo limpiarme la quijada ensangrentada sin pensar
que me ha dado un segundo asco, al menos, rabia
puedo ser uno más de este sistema,
viéndolo todo como lo tengo que ver,
para lo cual fuimos preparados por el mundo
sólo yo y nadie más que yo
en mí está la respuesta, la fuerza, que me invita a comerme sus entrañas.

Puedo pisar la cabeza del que tuve al lado,
no permitiendo ser tocado porque ataque desde el aire,
con el odio como escudo de una cobardía solemne,
al menos, sin hipocresía.
Vivir un día de mi vida de verdad y en la verdad,
sabiendo con certeza que mañana será mentira.

Al tomar las manos que de peso muerto han espesado su sangre,
cortar sus dedos con ánimo apagado,
mientras en la encía se coagulará tu mana
sin pensar que haya una culpa más grande,
olvidando que lo conocí y reímos juntos,
sin traicionarle ni traicionarme
en un domingo de carne sacrificada.

Comerme también su cerebro para que en mi estómago me duela el pensamiento,
la oscuridad de este pasillo en donde las personas se lastiman a sí mismas
fingiendo parecer más fuertes, muertos todos en el resplandor de un hongo,
y sobrevivir, apenas, excretando los ideales del pueblo
cansado de mendigar el pan propio que me correspondía por haber nacido
no eligiendo de una vez y para siempre,
ser un caníbal como lo fueron mis padres,
ser un caníbal como mis hermanos...
¿Ellos no te comerían de morir primero...?

Pinto la pared del mundo para que el silencio se haga carne dentro mío
encajada la realidad en un banco de arena que se agrieta,
haciéndonos entrar en esta dimensión desconocida
donde la vida es la muerte del imperialismo
y la muerte es la imperial posibilidad de la vida.

Estoy vivo dando cuenta que no cambió la forma de la vida humana,
que acaso las buenas ideas del Universo, o Su Creador,
han colapsado y el mantenimiento es que nadie quiera enfrentarse a la verdad,
como si la opción fuera la primera manera de cambiarte el nombre,
antes que te llamabas de una forma, y a ese nombre, respondías.
Hoy que no sé quién sos, como no me importó saberlo,
de nuevo, te comería.

Sin sentir por un momento desagrado, ni al menos empatía,
darlo entonces como una cuestión de vida misma,
en la que si yo no logro ser yo, nadie me devolverá un día de mi vida,
y si no lucho, porque me lastimó un sentimiento pasado,
me queda aún conocerme desde un motivo más grande todavía.

No voy a encontrar comiéndome los ojos del al lado
la visión que no mirarán mis ojos de mi vista,
no entenderé que comerme al prójimo sigue siendo malo,
mientras no pueda disociarse mí caníbal.

No podrás fingir cuando terminen las líneas el no saber de qué te que hablo,
habrás conocido al Buen Dios un rato largo después de conocer al mal diablo,
y si hay un mal hay un bien, como habrá un cero y un cien,
pero debería tener mi libro listo esta mañana,
o tener un bajo que suene como gritará mi alma,
masticando tu carne desgarrándole
lo que le quede de risa y canción.

Porque cuando un hombre no entiende de qué reírse,
se supera la idea de vivir, desapareciendo
en la idea de morirse.

Hay que poner la otra mejilla siempre.
Aunque el cuello de mi amarga cucaracha haya sido
un espanto destartalado
debajo de mi zapatilla.

Mirada de cucaracha a través de la familia.


sábado, 18 de agosto de 2012

Gracias Mónica

Mito de mirar la vida en lo objetivo,
dolor de caer sin saber con qué vas a golpearte,
como si la velocidad libre del tropiezo
fuera en sí la nostalgia de explotar adentro tuyo
para que la vida se celebre con la dignidad de la libertad,
porque las canciones conocidas ya no pueden cambiar sus letras,
y no hay tableta que te calme, ni dopamina que nos duerma,
el punto será inconexo, la tergiversable opcional,
la premeditada muerte y la vida sin premeditación ni culpa.

Objeto bien preciado es el sentirse querido,
evaluación que se continua en los hospitales,
porque el encierro proviene de adentro tuyo,
tu nombre pronunciado al viento sin ocupar lugar
y la sensación de un ritmo que te pone a pedirle a Dios,
queriendo salir a andar,
la imagen que mandaste se equivoca
y un virus de computadora te enferma el alma,
y te entristezca que te ignoren por un momento en la realidad,
y se hayan llevado lo que amas como en un robo
dándote la idea de la inseguridad,
inexistente y muy drogada sensación.

Y la lluvia que no se conoce cayéndonos encima impune
de un cielo que no se limpia, ni se libra, ni se opone proponiendo,
propuesta que obligue a exigir el cambio que precisarás.
Y este sea el único refugio en la tierra que te entienda
en una palabra que te abrigue y te seque el pelo con una toalla,
pero con amor.
Porque el amor hubiera hecho que te quedes a sufrir este rato conmigo
no como una mujer que se entrega en nada,
pero quizás sí, como un amigo, que se quede firme, como un amigo.
Un amigo que entienda solamente, o que resista.

Mito es la amistad del hombre que ha nacido solo y así muere
no afanándose en mañana mejor, porque mañana mejor ni hablar,
y pasado; qué sé yo... Sí viví mil crestas de olas mayores que éstas,
sí pasé más hambre que hoy, más dolor que hoy,
y si mañana en modo de despedidas, sólo una lágrima te bañe el rostro,
y yo porque me enfermó la injusticia me hunda en el mar,
lleno de explicaciones e información, en datos de bites,
de rimas que son la soberbia del corazón que tiene más profundidad.
Que libremente puede soltar la vida despreciando todo esfuerzo de salvar,
esto que ya se hunde, esto que no se salva,
esta lluvia que hace mucho, como dijo Mónica, hace mucho que no se ve.

Pero la imagen se verá mejor aunque estés solo en el mundo,
y todos al verte andar digan, ella o él fue el hermoso hijo que parecía vuelto,
y vomitó y volvió al origen porque al ver el centro de toda la santidad,
se dio cuenta tristemente que la verdad contada hoy
es la mentira concebida en el vientre de la humanidad de ayer,
porque nadie puede decirse una verdad sin ofenderse,
como si uno viniera a hablarme queriéndome vender el boleto del barco,
del gran rompehielos que ya partió,
del avión que ya se fue,
del colectivo que ya empezó.

Y el sábado al mediodía me sepa andar un poco triste,
porque tengo un corazón muy grande, que nadie llena,
porque no puedo ser tan bueno ni tan malo como quiero,
entonces, la vida sin concesiones, me hagan más daño de lo esperado,
todo porque soy un idiota que necesita echar humo en la cara del sistema
burlar el precinto, romper la regla, suplir la necesidad,
darle al pobre,
atender en silencio de gravedad,
al pasillo de agua barro y de mugre que salpica,
la soledad, del sábado al mediodía,
que es tan real que apenas si me lo creo.

Con toda una familia que se dispersa en éxitos,
con la mitología o con la arquitectura o con la abogacía,
con los principios elementales de un ética que se arrodilla,
de una moral que no se cuestiona,
de una identidad que no sirve en estos días,
porque todo me parece dado vuelta,
como si vivir nos fuera el mito de nevar en Mar del Plata,
para darle al frío la belleza que la lluvia no consigue,
o al menos un abrazo bien dado,
un beso,
o un balazo,
que me raje de la sensación de que todo está perdido.

No es suicida la idea que me mató,
la tristeza es lo que me indujo un poco,
a usar otra vez la palabra suicidio.
Hay hombres adentro nuestro que juegan con esa idea,
como hay partes de las máquinas desconocidas
que se descomponen en la presencia de la frustración
entonces, la psicología no encuentra respuestas,
y Dios, me mira sorprendido.

Me dice, vení.
Yo le digo, está lloviendo.
Me dice, vení.
Yo le digo, tengo frío.
Me dice, vení.
Yo le digo, tengo sueño.
Me dice, vení.
Yo no le contesto.
Entonces, lo encuentro adentro mío.

Gracias Mónica. Hace mucho no llovía así.
Nadie es la persona perfecta,
pero todos tenemos a Dios adentro nuestro.

jueves, 16 de agosto de 2012

Bienvenida de Florencia

Hoy podré mirarle las manos a mi hermana y compañera,
y pensar qué tanto es complicado este diseño,
ver que sus manos encierran infinidad de micro líneas,
que recorren así la construcción desde sus sueños.

Hoy pude apreciar la lectura incipiente de una niña,
entonces mejorable por su conocimiento invisible,
Lucía leía un cuento, y en mi corazón, una sonrisa,
hoy están todos mis hermanos de nuevo.
Y la felicidad, me esquiva aún,
aún siempre me faltará algo. Aún seré todavía un hombre poco.
Hasta que me complete al menos, seré poco.

Poco de aquello que zumba como un moscón en mi oreja
poco de realización adulta, de concreción de bases,
de conformar estructuras que me embalen a trastornar lo evidente,
poco de no haber logrado mis metas
quizás habré escuchado la voz de los dormidos,
quizás habré creído demasiado en esos líderes,
quizás habré descreído demasiado en los profetas.

Cada generación tendrá su ahora,
pero no te hace padre el haber tenido un hijo,
como no te hará pianista el poseer ese piano,
no me vuelve libre tu libertad ajena,
ni me volverá esclavo la esclavitud de mi hermano.

Si me conoces. Lo sabés.

Sé de que algunas cosas que han olvidado los hombres diarios.
Sé de otras cosas que han muerto en las manos del tiempo,
que se habrán quedado calladas delante de la infamia,
quizás una palabra y después otra me calmen el alma,
como si el temblor supiera que al temblar derribará mi casa.

Este encierro inmaterial y conocido,
es el dolor del mundo que se encarcela en las letras,
es el dolor de lo no pensado nunca,
es la familia que permanece eterna...

Qué paso dejaré para mañana,
con una boca abierta y bien despierta,
que mano tocaré para adorarte
si las huellas dactilares son el alma
que se asoma como el mar entre la arena...

Qué libre libertad pondré en tu espalda,
hoy que pude verme con las manos listas,
dónde digo decí, decí don diego,
en orden de palabras que aparezcan
poesía simple así, ya no nos queda,
entonces la razón anda rondando,
anuncio:

Bienvenida de Florencia.

Llueve y yo,
siempre volando.



Hoy podré mirarle las manos a mi hermana y compañera,
y pensar qué tanto es complicado este diseño,
ver que sus manos encierran infinidad de micro líneas,
que recorren así la construcción desde sus sueños.


martes, 14 de agosto de 2012

para que hagan toda labor...

La lluvia es la tierra soltando amor
la lluvia es un cambio precipitado que va despacio
la lluvia es el golpe de timón del cielo.
La lluvia del día preciso, la del día indicado.

Las nubes son un ejército de pueblos porvenir,
son nubes con luz fluida, con voz propia,
la nube que me toca a mí y la que te toca a vos,
la que me hace gritar con fuerza tu nombre en el vacío.

La luna es esta pantalla con su hoja de piel tan virgen,
con su cara gastada de pedirnos perdón alguna vez,
con la espalda llena de latigazos que le pegaron,
la luna, la luna que ha sido vendida, un día que Dios estaba enojado.

La condición adversa, el día más difícil, la palabra más odiada,
la situación poco propicia, la voluntad quebrada,
es la condición natural de mi poesía,
será por eso que uso siempre la palabra: Dale.

Dale. Hoy llueve en todos lados, no solo sobre tu casa.
Dale. Hoy las nubes cubrieron todo, nadie estará viendo nada.
Dale. Hoy la luna no era de nadie, y alguien amando la regaló.
Dale. Porque quedan quince días hasta la madre que te parió.

La lluvia. No se detuvo. Pero yo sí.
La noche está mejor con tu sonrisa lejana, incluida.
La paz es lo que espero para nosotros, no solamente para mí.
Quizás es hora de ir creciendo hasta mañana.

Quizás es hora de poner la violencia en donde va,
como la potencia de esta fuerza acumulada.

Quizás es hora de decirle "dale, pegame la patada..."
que si esta noche me volteas, es muy poderoso este Todo que me para.

Seguí intentando voltearme.
Mira que voy muy despacio
pero la realidad está muy precipitada...

La soltaron la otra noche.
Es palabra y ya no para...

y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.

Éxodo 35


lunes, 13 de agosto de 2012

Odio de los gigantes.

Hay barro, hay mucho barro,
algunas piedras pequeñas
se arman y desarman en globos de creación
no puedo perdonar
no sé hacerlo.

No puedo olvidarme de algunas cosas
no sé entrar y salir liviano de este trance
estoy abandonado de nuevo
adentro mío,
un castigo o un momento de odio es fuego.

La soledad, es soledad siempre,
quiero irme de mí tristeza
andar la otra tecla,
quitar este enfermo que hay dentro mío
no volver al lugar del odio
no recurrir nunca al grito.

Sin embargo,
vuelvo siempre, camino en otra dirección pero giro,
camino siempre y siempre giro.
¿Hasta qué te abandonó? no lo marqués en mis brazos,
y el odio sea el odio de las cosas que habré odiado.
Entonces muera un poco,
en una muerte sin juicio prematuro.
Para que la muerte sea la verdad verdadera.

Una ventana sin sol,
cielo sin nube.

Oscuridad que es real en los rincones,
del no saber con certeza dónde puedo.
Dónde voy.
Porque el odio es real en mi vida.
Porque el odio es la otra cara del amor.

Te odio.

Porque es más fácil y es más real.

El odio también existe.

El odio es toda la verdad que nos duele de parte de Dios.
El odio es parte.
El odio tiene lugar.
El odio no puede ser vencido.

La prueba es la felicidad.


sábado, 11 de agosto de 2012

Llegar Alto

La tragedia es cotidiana, la comedia una mentira,
la familia se disuelve en nadas, la mesa un lugar de paso,
la palabra es movida como el viento,
el aliento de una generación se me desploma
y mis palabras vuelven a ser el alma de mi época.

Estoy encendido y todo se me apaga.
Tengo que escribir para defenderme.
Te tengo que defender a vos que ya estás durmiendo,
a vos, indefenso compañero o compañera.

Mientras tenga el aliento, mientras me duela el estómago frente a la injusticia,
mientras sepa la verdad que mi corazón atesora y pueda amarla,
ella a mí y yo a ella; habrá poesía.
Mientras pueda verla al cerrar los ojos. Habrá poesía.

Hay versos cuando mis ojos nacen a la luz de su estación de tiempo
decidido en mis manos como Guardia por su Rey,
vigilante como Siervo de su Señor
muriéndome anónimo y en la nada de haber sido elegido en esta muerte.
Ocasión que no transforma mi tiempo morir en la emboscada.

Pero hay vida, hay chances todavía y tengo tinta en mi teclado,
me pongo nervioso porque un cable me llega al alma
intercede por mí un dolor de panza indecible
he sido tomado por la liturgia, he caído en beber en el soneto
he sido testigo de la maravilla y la creación es poca,
y el sol y la luna y las manos humanizadas de los animales del bosque

aquí, materializados, son genuinos,
apócope de un mundo que termina
misión de ahora
eufemismo, poesía, poesía,
suelto mi mano, dejaré caer al mundo su poesía.

Quizás hoy no pase nada,
quizás la humanidad lo sepa pronto;
quizás nunca;

hubo un nombre sin trascender que trascendía
dio su sueño, su fortuna, su amor
a cambio de una palabra en verso y una rima
a cambio de un ideal tan perfecto que todo lo lleva a la ruina

por creer primeramente en esta oración del alma
porque la bala no mata, matará en tanto, la idea que la envía.

Sufre mi horizonte de playa con su ruido de descanso enajenante
porque se acaba este día y soy un momento de pasión como tu eres,
yo hablo y tu hablas a la vez,
está el espejo incoloro,
reflejándome
como si nada y todo fueran ciertas,

puntas ejerciendo peso muerto,
tirando de mis brazos en nuevos compendios de frutos secos
como si dijeren que soy suyo y al resistirme,
mi hombro se disloca en la defensa,
de morir por lo que debía vivir.

Estamos viviendo tiempos en los que deberíamos morir.

Así eres, Musa, que me quitas todo y el descanso
que vienes por Miserere y por la Rambla,
que conoces Essex y la Mancha
que tienes el tiempo suficiente de mi ojos
conociendo aún más que el tiempo,
Musa, que pastoreas mis sueños a lugares con Amor.

Preciosa y digna, hija de Dios y hermosa compañera,
que realiza cada beso en disidencias que hacen cierto al amor,
precioso al canto, bella agua que desliza la lluvia del cielo hermoso,
claro y doloroso amor que limpia mi alma,
como si el hisopo fuese el Verbo con algodón de Palabra.

Palabra que se mantiene en el aliento magnífico del aura
hálito, suspiro que en la noche reposa mojando el vidrio
deuda paga, poesía que se termina
marca del dedo que se señala en la autoría
de ser en mi tiempo acaso inalcanzable
sabiendo que apenas es un nombre que apellida

calle hermosa,
Musa,
rellenando compañera,

mañana que dedicarás tu cuerpo
tu cuerpo de nubes y noticias nuevas,
tu emoción que encierro en cúspide de nubes,
no me alcanzarán porque no pueden,

todos están bajando cuando mis palabras suben.

Todos estarán ignorando lo que con vos supe.

Gracias,

porque reconstruyes mi corazón y entonces,
tengo ganas de construir el tuyo.
Beso la palma abierta de la mano que ha dado una ilusión,
ilusión que es esperanza en decirlo de este modo,
condición que me abraza en la decisión fiel
de creer con mi vida
defendiendo como un peón en este juego
en el que nunca me han dicho jaque,
en el que nunca nadie dice mate
en el que nunca nadie
nadie

nunca nadie

podrá hablarme por encima de mi Dios.

Mientras que al cerrar los ojos tenga un semilla de amor
habré de tener un bosque en las manos para darte.

Viéndote en lo mejor de mis tiempo,
salto de piedra en piedra,
esquivando la muerte que sueltan las palabras,
deseo verte feliz,
allí, en ese Llegar Alto,
que tendré algún día.

Que veré con una sonrisa,
de rodillas.
Hermoso. De rodillas.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Las cosas que están...

La bandera no está,
está vacío el cielo
está tibio el café
el módem está apagado
así están las cosas.

Me piden poesía simple
porque la compleja no está
está el beso sabio de la catarsis
está lo ajeno disputando a lo propio
y la ignorancia en el poder ejerciendo.

Están los hombres que dijeron amarte
y no te amaron cuando te equivocaste.
Están los hombres que te amaron al final
cuando la grúa miraba la forma de levantarte,
están las cosas así, ordenándose.


Es cierto que estaba la grúa
queriendo levantarme.

El cálculo perfecto de la reparación
la cápsula del tiempo por abrirse,
dónde se encerraban los años de silencio,
dónde acaecían las tardes que no estabas,
aquí, mi pecho, derramando en llanto.

Y tu amor, mujer de ahora, una costumbre,
tu vela un santo, un amor,
una canción descangallada,
se tango, se metal o se hip hop,
pero nunca me digas que no fuiste nada.

Está el café esperando sobre la mesa,
la mano tibia que lustró tus pisos,
el hombro exhausto de cargar las partes
del odio primero de los asesinos.
La grúa investigando el paso.

Está la poesía de las matinales,
está la canción de los encuestadores,
está el rock de los satélites,
está la muerte trabajando doble turno
con una campaña de prensa en las capitales.

Están los ahuyentadores,
están los incrédulos,
están los ciegos discutiendo con los que vieron,
están los blancos matando blancos,
mientras están los negros matando negros.

Está Micaela cumpliendo veintitrés,
Romina está contenta,
el internet está funcionando,
y yo estoy en silencio.

Está la cocina de casa esperando tu mano buena,
está mi ojo sempiterno esperando tu imagen,
está mi palabra de anís haciendo letras de humo
está la canción de las emocianalidades
y la soberbia de quienes sienten poderlo todo en sí mismas todavía.

Están las personas en Francia que me disfrutan,
están aquellas de Rusía que me traducen y me computan
y estoy yo. Estando en este lugar que canta envido
con esto que tengo acá, poquito y nada.
Que está dispuesto a creer por que se ha muerto.

Es cierto lo de la cápsula del tiempo
guardando los años que estuve perdido.









martes, 7 de agosto de 2012

El liderazgo mecánico...



"Quisiera estar delante de los grandes focos algún día
verme volátil, superfluo, desinhibido,
cortado.
Hace mucho que no se tocan las drogas duras,
sin embargo, en el imaginario popular,
sigo drogado.
Digo. Drogado..."


(Que supongas que rompió lo que cuidaba me lastima...
Hablaste a una persona que se ve no conocías...)


Estaba queriendo hacer las cosas bien,
llegaste y le dijiste:
eso está mal.
Un dibujo hermoso se perdió en el cielo.

Miraste pensando en qué hace él con ella,
opinaste de la forma de vestir de aquél
hablaste de más sobre ese tema con esa persona
y nunca volviste a ver a ese muchach@.

No cuidaste tu forma de hablar,
creíste que tu autoridad era ética y moral,
fuiste incisivo queriendo marcarle lo espiritual,
Dios no te sostuvo y el niñ@ person@ se alejó.

Porque no se adaptaba lo ignoraron,
porque opinaba distinto lo callaron,
porque cantaba más fuerte desafino,
un día se volvió mudo, y después desapareció.

Cierta lección no era comprendida,
cierto ejercicio no se entendía fácilmente,
cierta área de su vida no tenía dominio,
y como te parecía que lo sabías todo
terminaste humillando a un pobre niñ@ hombre...

Hablaste con saña sobre lo que no conocías,
juzgaste sobre las emociones, hablaste de más,
el Indio decía que el mono se trepaba más al árbol
y el mono mostraba cada vez más su parte más vulnerable.

Pensaste que el imperio era estar ahí
y así lo hiciste,
dormiste con la intranquilidad del poderoso,
porque el poder, el poder, sé que es triste.

Te aleja de lo que amás ejerciéndose estúpido
te vuelve un policía,
te hace recibir llamados de atención,
creo que es Jesús, te mira sorprendido, decepcionado.

Creo que no empieza esta mañana todavía
y sé, porque viví, hoy que me acarician.
Sé que creo en su Amor
si vienes, te diré bienvenid@ amig@...

(Que supongas que rompió lo que cuidaba me lastima...)

Quisiera a un hombre imperfecto perfeccionándose a mi lado,
preocupado en mostrarme su debilidad para fortalecernos,
preferiría que me digas por dónde podríamos viajar,
para que nos sea más fácil el hecho de no caernos.

Pero no conocés el futuro entonces: ¿de qué nos hablás?
tampoco el pasado: ¿de qué nos hablás?
ni el presente: ¿de qué nos hablás?

¿Qué hizo que tu voz plomiza se vuelva la verdad?
¿qué convirtió tu corazón, qué día fuiste sellado?
¿qué te hace creer que sabés cómo son las cosas?

¿Por qué te empeñás en domarme el cerebro?
Si lo que tenés que hacer es educar con amor mi corazón...

Los déspotas, los imbéciles y los sectarios
son recordados por grandes tareas cumplidas.
Son dueños del vaticano, herederos de los jueces,
grandes templarios...

Si cerrasen las puertas de los templos, o construyesen templos para santos,
dónde estaría Dios,
dónde los hombres,
dónde Juan el que se arrepentía...

¿Dónde estaría el hombre que se equivocaba,
dónde la mujer que al bien lo acompañaría...?

(Que supongas que rompió lo que cuidaba me lastima...
Hablaste a una persona que se ve no conocías...)



10 de Enero del 2011  - 06 de Agosto de 2012
TODO ESTE TIEMPO SIN DROGAS DURAS


NO ME LA CONTÓ NADIE
NO ME AYUDASTE EN NADA
¿SE PUEDE SABER QUÉ ES DE LO QUE HABLAS?



lunes, 6 de agosto de 2012

El arbol de quinotos

La fe es la perspectiva del amor.

Estas empiezan a ser las últimas palabras que encierre en este lugar
por eso creo que nos hará muy bien empezar a elegirlas,
una a una y a conciencia
comprendiendo que afecta al corazón
y algo se moviliza en el alma
preparando al espíritu para lo nuevo
que sigue desconocido.

Quiero que sea una oración de cotidianidad
sin arrogancia ni mampostería;
que se logre la belleza cruda
del que esculpía en el mármol
que no tenga retoques
ni magia posterior
ni imágenes que agreguen sugerencias,
que esté desnuda en la inmensidad de internet
conociéndose a sí misma bella enteramente,
sólo por sentir el amor con la que la estoy creando.

Y que los niños, jugando, me adhieran lo sensible que no está
quizás en lágrimas muy saladas de la adolescencia que se perdió
quizás en cosas que no tuvo tiempo de llorar porque tuvo que resolver,
y en cosas en las que se tuvo que buscar la solución mientras se lloraba.
Sólo se le tiran piedras al árbol con fruto, anotó Ayelén,
yo no la conozco y ella no me conoce,
e igual la leí, y sin conocerla me hizo muy bien...

Me acordé de cuando se agitan las ramas de las copas y se escucha el golpe seco,
me acordé de los nogales y sus metralletas de besos en la tierra contra el viento,
vi el vibrar a los manzanos rionegrinos cara al pueblo, soltando frutos puros
soltando lo mejor de sí, como cuando el hermano se acuerda y te da un beso.
Así lo viví.

Lo viví seleccionando el gramo que te haga diferencia.
Lo viví mirando el tiempo desde que me detuve
lo entendí porque soy de la savia, lo sé porque soy de un árbol,
conozco mis ramas vivas, reniego de mis ramas secas
soy loco como un quinoto, que es un rayo dado vuelta de amarillo.

Puedo entonces hablar de lo que quiero
en horas que no te digo nada
en segundos que te dije todo.

En vueltas que al barco ajeno le dio campana
haciéndose imposible reverencia alguna
milagro, o recupero, o cosa programada...

Encierro en las paredes de un gran departamento
poesía necesaria que se ha inutilizado
herida como un gamo que alcanza su disparo,
herido como un vientre feliz del nacimiento
un sólo sentimiento, un sólo rocanrol
un sólo cielo arriba y al cielo un solo sol.

Así.

Sensible al momento ajeno de buscar su hora,
su próxima palabra, su final premeditado,
se sueña con la letra efe, poniendo fin a esto,
que es todoloquetienees y es todoloquetengoo...

Buscá palabras para que rime contigo
dame la mano,
y andemos a la meta.

Al llamamiento.


Estas terminan de ser las últimas palabras que encierre en este lugar
por eso creo que nos hará muy bien terminar de elegirlas,
una a una y a conciencia
comprendiendo que afecta al corazón
y algo se moviliza en el alma
preparando al espíritu para lo nuevo
que sigue desconocido.

La nueva dimensión del habla.

Espero tus palabras.

Una vez le respondí a un profesor
que es necesario irse por la ramas mientras se habla,
porque esta es la manera,
como hace el árbol de quinotos,
de tener multitud de frutos...

Tiren piedras nomás
que así tampoco se detiene la primavera.

viernes, 3 de agosto de 2012

Eli.

Conocí a un hombre que no entendía el sentido de las oportunidades,
cortaba el césped, anudaba la corbata, leía largos libros,
y al pasar la oportunidad,
no distinguía su botón de su anillo,
su paz de su almuerzo,
la razón de la partida de naipes.


Incluso los hombres le decían, eres fabuloso,
eres magnífico, pero leía grandes libros, escribía hermosas canciones,
hacía con muchísima facilidad cuál arte quisiera,
tocaba la medicina del niño con dolor cuando leía,
y al pasar la oportunidad,
no la distinguía.
Como si fuera un pez invisible,
una nube que volverá a ser cielo prontamente,
la nada quizás.
Así. Se silenciaba.


Cuando la oportunidad llegaba, tocaba trompetas el portal de la ciudad,
las luces de las calles se encendían, la vida se ponía a nuevo,
porque en todos la expectativa era comerla,
darle un beso en la mejilla, sobornarla,
quizás pedirle que se quede, a anquilosarse con los demás,
muriendo poco a poco hasta sentirse común,
el mientras tanto, jugaba con sus juguetes para adulto,
se decía enamorado por aquí o por allí,
la película se transcribía por dentro de sí,
queriéndose terminar de un golpe,
de un corte de luz,
oportunidad que tampoco distinguió y prendió una vela.


No le interesaba la novedad, para el hombre sabio las cosas no son nuevas,
simplemente se ocurren en el tiempo indicado,
como si la ocasión dispusiera del tiempo muerto,
este tiempo insípido y procaz que no se atreve
a ser al menos, oportunista con sus propias oportunidades,
renunciado al dolor, que provocó a ver perdido la chance,
que no distinguió, pues cuando ocurría la realidad,
él se estaba vistiendo después de ducharse.


El mundo pasó por al lado de él.
Abandonándolo.


Lo dejó solo.


Sentado.


El hombre que habría convencido a la multitud de sus oportunidades,
hoy habla a través de renglones que convencen a sí mismo,
de que la vida es más la vida sin el oportunismo,
que la historia no es vivir todos los días, sino llenar los vacíos,
los propios y los ajenos, de estos pozos que están, aquí,
tan llenos de palabras, tan inundados,
que asfixian a los que distinguen el tiempo en el que viven,
no deseando ni por un momento salvarse solos,
sino llevarse a una generación de hombres que aplauden consigo,
solamente para mostrar orgullosos su corona de conducta,
mientras la nueva oportunidad aparece,
mientras el hombre del que hablo, no abandona sus juguetes...


Pero hablo de un hombre que sabe,
no hablo de mí, ni de vos,
ni de mi padre.
Hablo del hombre que no vio la vida que lo parió.
Hablo del hombre que opinó.
Del que no hizo ni una vez de oportunidad.
Del que no supo ser trampolín de nadie.
Del que no se sometió a nada.
Solamente por no distinguir la palabra de su libro.
El verbo de su libro.
El amor de su libro,
en su libro.


El hombre que tuvo la Biblia en las manos,
y en esta no vio una nueva oportunidad.
Es el hombre que no se ha animado a nacer.
El desierto no es la soledad,
el desierto es la necesidad de caminar a solas,
o con Cristo.
Lejos de cualquier otro hombre.
Lejos de todo oportunismo.


Voy por mi última oportunidad.


Eli.



jueves, 2 de agosto de 2012

Negro

Los ojos negros de la noche como el interior del horno,
los ojos negros tienen al final,
como el cuervo que daña al cuerpo abandonado,
negro, como si se pudiera pintar,
el mundo, espiritualizado, deshumanizado,
de negro.
Negro.


Los ojos negros de la noche como la amistad sensual,
negros como la madrugada que agota al cuerpo
negro como el humor de mantenerse despierto,
aún en esto que es casual o no lo es,
aún pudiendo permitirme grandes avances,
y viviendo aún más grandes retrocesos.


¿Qué voy buscando mientras camino en este sendero
porqué miro para arriba si el tránsito es el descenso...?


Quién no se preguntó alguna vez,
¿Qué pasará si me muero?


Qué es la vida de a poco como un enigma primero,
de niño, de anciano, chicos o viejos,
acertijos resueltos,
cronograma de tiempo ajeno
plato de sombras que comemos
avances de broncas que no nos tenemos.


Ayer hacía calor en el seno de mis sueños,
ayer tenía amigos, manos, hombros, papeles,
ayer quería pintar conociendo el modelo
pero aprendí el color negro.
Línea obtusa la que se concibe caminando rengo.


Color de cielo, color pensado, color negro.
Final del tarro, apertura de boca, similitud del pelo
semejanza abierta
bombardeo eterno
abrí los ojos cerrados de la noche
y esperaba, con hambre el cuervo.


Debo ponerle flores al recuerdo,
debo marchitar primero
principio y fin...


El uno y el cero.


El cero. De lápiz
círculo que marca un punto
de partida o de final
de comienzo o de regreso,
nunca color el lápiz,
es lápiz.
Es negro.