No esta en las capacidades, ni en los fines,
Ni en las voces que hablan de paz, ni las paces,
Me gusta verte sonreír con esa simpleza con la que lo haces,
Me gusta la humedad en la pared porque es como tu voz, suave...
Distintos filtros perversos se están ahogando en las cenizas de otras épocas.
Ahora mi mano calla, mi cuerpo invoca verte danzando desnuda cerca mío...
Y ni toda la riqueza de la tierra podrá hacerte feliz si no es conmigo...
Con la impotencia del que no tiene razón mi brazo te derroca...
Porque mi boca quiere llamar a tu boca...
Y mis labios quieren llegar al oasis, a eso que significa un remanso...
Coparte como un ejercito los cuarteles de tu ropa...
Para hacerte el amor un ratito, un ratito nomás, y que no te escapes...
Me sales por los poros, eres la luz del paredón ingenuo...
Me entras por los ojos, y me sale más que el alma me sale...
Tu voz aterciopelada sin agosto, sin octubre, sin noviembre,
Y quiero llevarte conmigo por más allá de diciembre...
De todos los diciembres...
Irte conmigo,
¿A dónde?,
a las playas de las lagrimas eternas...
O bien llegaremos hasta el sueño de Marco Polo... Las indias...
Las sangres se van cayendo y sufren un colapso nervioso en el descenso...
Sin embargo, pudiese pegarme aún escape y ver las cosas más tristes...
Cuando viajo solo directo al invierno, el material,
Frío y tempestad en el corazón...
Cuando me voy más allá de tus septiembres...
Cuando quiero escapar de tus serpientes,
De tus reptiles ahogantes, recíprocos, insanos, irreconocibles...
Y quiero llevarte conmigo por más allá de diciembres,
De todos los diciembres...
¿Querrás venir conmigo?
Si mi idea es huir...
domingo, 25 de diciembre de 2011
Con un café...
Me podías decir que sí, que si te buscaba esta tarde, entendería el sentido del crecimiento...
Podrías mentirme, contarme que todoo es nuevoo, y que tu vida finalmente resplandece,
pero me decís la verdad y está muy cruda, me contás que sos vos, siendo lo que te veo ser.
No podés mentirme, porque si te toco entiendo todas las grietas,
esas grietas, que me desmayan, pero que hacen florecer tu corazón.
Tu grietas de destrucción, tus canciones de vida.
Pero estaba Alma entremedio, y entonces, se volvía un favorito.
Como siempre, yo queriendo meterle verbos y sustantivos, y vos, adjetiva, hermosamente,
dijiste como en un tango, como en un rocanrol algunas palabras para siempre...
"... Ese abrazo me regaló tu tacto, me enseñó tu piel,
me entibió los músculos, me acarició el corazón,
me gustó, me sedujo, me intrigó, me tentó...
Pero pude resistir las ganas de probar tu boca;
cuando recordé que tengo mucho tiempo que recuperar
y hacer las cosas bien ha de ser una forma.
Pero cuanto me atrajo a vos ese todoo de ese día...
Ahora está la duda, ahora es más difícil contenerse...
Ahora, hay que ser más fuerte..."
Después de la Navidad, del lechón de hambre infinito, de comer como bestias,
de abrazarnos como hermanos multiplicados ignorándonos en la fe pura de lo que proviene,
en la poesía mística de ser quien uno es en la experiencia concreta de aparentarse,
y ocupar de este modo los lugares de los que se quedan dormidos,
para llegar primero y besarte, para siempre, para que escribas,
para que seas para mí porque fuiste para vos...
Y para que la señal de alto te convenza,
de que no hay que frenar sino hay que volar lejos,
para que te sumerjas, para que me inmoles,
para que me convenzas, y entonces,
entre crujir y amanecer,
me encuentres acariciando tu ombligo de siempre...
Tu boca de siempre.
Tu estabilidad de pluma.
Tu regalo.
Y claro.
Tomando primero mi café.
Podrías mentirme, contarme que todoo es nuevoo, y que tu vida finalmente resplandece,
pero me decís la verdad y está muy cruda, me contás que sos vos, siendo lo que te veo ser.
No podés mentirme, porque si te toco entiendo todas las grietas,
esas grietas, que me desmayan, pero que hacen florecer tu corazón.
Tu grietas de destrucción, tus canciones de vida.
Pero estaba Alma entremedio, y entonces, se volvía un favorito.
Como siempre, yo queriendo meterle verbos y sustantivos, y vos, adjetiva, hermosamente,
dijiste como en un tango, como en un rocanrol algunas palabras para siempre...
"... Ese abrazo me regaló tu tacto, me enseñó tu piel,
me entibió los músculos, me acarició el corazón,
me gustó, me sedujo, me intrigó, me tentó...
Pero pude resistir las ganas de probar tu boca;
cuando recordé que tengo mucho tiempo que recuperar
y hacer las cosas bien ha de ser una forma.
Pero cuanto me atrajo a vos ese todoo de ese día...
Ahora está la duda, ahora es más difícil contenerse...
Ahora, hay que ser más fuerte..."
Después de la Navidad, del lechón de hambre infinito, de comer como bestias,
de abrazarnos como hermanos multiplicados ignorándonos en la fe pura de lo que proviene,
en la poesía mística de ser quien uno es en la experiencia concreta de aparentarse,
y ocupar de este modo los lugares de los que se quedan dormidos,
para llegar primero y besarte, para siempre, para que escribas,
para que seas para mí porque fuiste para vos...
Y para que la señal de alto te convenza,
de que no hay que frenar sino hay que volar lejos,
para que te sumerjas, para que me inmoles,
para que me convenzas, y entonces,
entre crujir y amanecer,
me encuentres acariciando tu ombligo de siempre...
Tu boca de siempre.
Tu estabilidad de pluma.
Tu regalo.
Y claro.
Tomando primero mi café.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Carmín y violencia abandonada
El rockero y la princesa, se oye el momento y crujen, una mano, y vas...
Había tanto tiempo muerto en este juego, que aburridos nos tostábamos al sol,
mejor era perder tiempo hablando con los compañeros.
Mejor hubiera sido no conocerte, quizás no saber,
así no añadirme el dolor que siempre aparece... Aún.
Una mueca, un abrazo que adolesce de presencia, el tiempo dividido,
signado, incandescente. Siempre permaneciendo, encendido.
La libertad en causas comprobadas, y tu boca tibia, y tu pelo tibio,
y todas tus cosas tibias, que se alejan como vuela el viento, siempre volando.
siempre huyendo... Como el viento...
Mi silencio y el tuyo encontrados para siempre,
porque el viento nunca pasa dos veces por el mismo lugar,
yo, mi ego y la ciclotimía, es decir, nosotros tres, te mandamos saludos desde nunca,
y si duele me jodo. Porque entrego lo que me entregaron para que lo entregue,
y lo que yo pude recibir, eso, eso sí que no puede ser negado...
Es mucho, es poco. Al menos es. Y eso que es, es lo que en realidad soy.
Mejor. Siempre. Mejorando. Siempre. Perfeccionando siempre.
Sujetando mi espíritu al renuevo del anuncio que busca mi libertad.
Mi nueva libertad, mi vieja libertad. En fin, mi libertad, que no desea ser reprimida.
Comprás cosas que te hubiera regalado.
Vendés cosas que no podrán ser recuperadas.
Pensás que es para vos y no lo es. Es. Y no es.
Y todo.
Extraño al Ovejero Alemán.
Extraño al Niño que ataja con el corazón.
Extraño a algunos amigos que no quieren o no pueden estar.
Yo estoy dormido, en silencio, enojado. Pero estoy...
¿Y vos?, ahora que se me termina el tiempo...
¿Para quién estás?
Había tanto tiempo muerto en este juego, que aburridos nos tostábamos al sol,
mejor era perder tiempo hablando con los compañeros.
Mejor hubiera sido no conocerte, quizás no saber,
así no añadirme el dolor que siempre aparece... Aún.
Una mueca, un abrazo que adolesce de presencia, el tiempo dividido,
signado, incandescente. Siempre permaneciendo, encendido.
La libertad en causas comprobadas, y tu boca tibia, y tu pelo tibio,
y todas tus cosas tibias, que se alejan como vuela el viento, siempre volando.
siempre huyendo... Como el viento...
Mi silencio y el tuyo encontrados para siempre,
porque el viento nunca pasa dos veces por el mismo lugar,
yo, mi ego y la ciclotimía, es decir, nosotros tres, te mandamos saludos desde nunca,
y si duele me jodo. Porque entrego lo que me entregaron para que lo entregue,
y lo que yo pude recibir, eso, eso sí que no puede ser negado...
Es mucho, es poco. Al menos es. Y eso que es, es lo que en realidad soy.
Mejor. Siempre. Mejorando. Siempre. Perfeccionando siempre.
Sujetando mi espíritu al renuevo del anuncio que busca mi libertad.
Mi nueva libertad, mi vieja libertad. En fin, mi libertad, que no desea ser reprimida.
Comprás cosas que te hubiera regalado.
Vendés cosas que no podrán ser recuperadas.
Pensás que es para vos y no lo es. Es. Y no es.
Y todo.
Extraño al Ovejero Alemán.
Extraño al Niño que ataja con el corazón.
Extraño a algunos amigos que no quieren o no pueden estar.
Yo estoy dormido, en silencio, enojado. Pero estoy...
¿Y vos?, ahora que se me termina el tiempo...
¿Para quién estás?
domingo, 4 de diciembre de 2011
Clonaa
La gente me pregunta si entiendo lo que piensa,
la gente me dispersa, me llena de canciones, el Yo y Sus emociones,
tan altas y loables, y Vos, lo imaginable, lo triste, lo dormido,
lo tibio, conocido, lo cálido, encendido...
Voy volando hacia el perfume que contiene tus lugares más hermosos,
tu precipitación más alta, tu incógnita, tu diaria,
y Vos, tan legendaria, tan brusca, tan valiente,
me come lo impaciente, me vibra lo rebelde,
me sube, me promueve, te busco aunque te encuentre...
Pero estoy muy ocupado pensando en mi mismo,
muy ocupado en hablar de lo que hago y lo bien que sale todo,
porque al fin conocí el momento de mi vida, y qué sorpresa,
entonces la Soberbia se me instala, me sangra por la boca,
me ruge y me contesta.
Pero entra un Pastor y me dice que Dios viene a Bendecirme.
(Sergio Toujas en su amor sabe que no miento)
Precisamente en una Estación de Servicio. Dios mandó un Siervo a Servir.
Y yo sonreí.
Porque la casualidad es la broma del Señor,
entonces una bomba sucumbe y las bocinas, me sacan de mi mismo,
me llevan a Argentina,
al Boca y Campeonato, al célebre sistema,
los dedos y la crema, la Boca, la enramada,
(... Vigilias, anidadas, el claro de la Luna,
más linda que ninguna, más super que la pista,
me vuelvo un trapecista, me cuelgo en tus umbrales,
palabras celestiales, Domingo muy preciso...
Preciso otro Domingo...)
Me voy... Me hice conmigo.
Muy Clonaa, muy movido. Motivo...
la gente me dispersa, me llena de canciones, el Yo y Sus emociones,
tan altas y loables, y Vos, lo imaginable, lo triste, lo dormido,
lo tibio, conocido, lo cálido, encendido...
Voy volando hacia el perfume que contiene tus lugares más hermosos,
tu precipitación más alta, tu incógnita, tu diaria,
y Vos, tan legendaria, tan brusca, tan valiente,
me come lo impaciente, me vibra lo rebelde,
me sube, me promueve, te busco aunque te encuentre...
Pero estoy muy ocupado pensando en mi mismo,
muy ocupado en hablar de lo que hago y lo bien que sale todo,
porque al fin conocí el momento de mi vida, y qué sorpresa,
entonces la Soberbia se me instala, me sangra por la boca,
me ruge y me contesta.
Pero entra un Pastor y me dice que Dios viene a Bendecirme.
(Sergio Toujas en su amor sabe que no miento)
Precisamente en una Estación de Servicio. Dios mandó un Siervo a Servir.
Y yo sonreí.
Porque la casualidad es la broma del Señor,
entonces una bomba sucumbe y las bocinas, me sacan de mi mismo,
me llevan a Argentina,
al Boca y Campeonato, al célebre sistema,
los dedos y la crema, la Boca, la enramada,
(... Vigilias, anidadas, el claro de la Luna,
más linda que ninguna, más super que la pista,
me vuelvo un trapecista, me cuelgo en tus umbrales,
palabras celestiales, Domingo muy preciso...
Preciso otro Domingo...)
Me voy... Me hice conmigo.
Muy Clonaa, muy movido. Motivo...
Noviembre del 2000
Me perforo al oírme cansado como los niños,
Tan absurdos como imaginarios, tan envueltos...
Tan hermosos como cansados, tan estúpidos como reaccionarios...
De mis brasas el germen, de mis brasas la vida...
Yo dispongo a mí que hacer de los relojes...
Son del viento del amanecer, tan cansados...
Tanto oímos que reiteramos los errores, que nos suceden,
Cosas innegables, trágicas, dulces, orgasmos, sonrisas,
No estamos sino en el infierno, la distorsión...
El sonido de un motor lejano, tu voz violenta,
Mis manos, tu hipnosis, mi llanto, tu rebelión, mi canto...
Tu mate, mi poesía, tu cuento, mi historia...
Innegablemente historia de voz, de grito de vidas...
Estallar es acobardarse, sentirse inferior, escaparse...
Al humo de las cabelleras rasposas, áridas, inmunes,
Y a la vez un contrabajo se desplaza en el espacio impune...
Nadie juzgará tus actos, yo sí, yo nací para juzgarte...
Yo nací para quien necesite la mano que se abruma,
Que se abruma a la hora de liberarse...
Escribo a los niños, quienes son irrefutablemente mi puño,
Ellos que serán mis hijos, mis hermanos, mis nietos,
Ellos serán mi voz, mi grito, mi independencia, mi poesía...
Me imprimo a tus ojos, cual la Biblia del Norte,
Escribo por quienes lloran, le escribo a quien le importe...
Pero, fundamental a los niños de aquí y de allá.
Los morenos, negros, blancos, amarillos, rojos, de flores,
O acaso los niños no son de todos colores...
Amo, cuando cantan ignorando el porvenir,
Quiero, que crezcan haciéndole el amor al destino,
Sufro, cuando los veo golpeados, y más sentimiento atino...
Y son tantos que yo no lo soy, aún soy niño...
sábado, 27 de agosto de 2011
Tan
Tan feliz como una escalera que sólo aspira a llegar a la terraza,
tan comentable como un beso,
tan contable como una anécdota...
Tan desconocido como una pelota,
tan presidente como tu canción...
Tus manos iban a ser una cámara celeste.
Tu corazón una bóveda, tu mirada una comezón, una cosa que zarpulle,
algo que viene a faltarme la ortografía,
que conozcas la opción de guardarme.
No hay estrella que te catalogue.
No hay lágrima que te emocione.
Sos la única curva de mi fotografía...
Sos una idea que se quiebra fácilmente...
Entonces.
Puedo dejarte en la duda.
Soltarme del cielo que me imaginé, y ponerme a contar antenas.
Escaleras ajenas de comunicación distinta.
Quedarme callado.
Ver que mi puerta se corrió de lugar.
Solamente soltarme.
tan comentable como un beso,
tan contable como una anécdota...
Tan desconocido como una pelota,
tan presidente como tu canción...
Tus manos iban a ser una cámara celeste.
Tu corazón una bóveda, tu mirada una comezón, una cosa que zarpulle,
algo que viene a faltarme la ortografía,
que conozcas la opción de guardarme.
No hay estrella que te catalogue.
No hay lágrima que te emocione.
Sos la única curva de mi fotografía...
Sos una idea que se quiebra fácilmente...
Entonces.
Puedo dejarte en la duda.
Soltarme del cielo que me imaginé, y ponerme a contar antenas.
Escaleras ajenas de comunicación distinta.
Quedarme callado.
Ver que mi puerta se corrió de lugar.
Solamente soltarme.
martes, 16 de agosto de 2011
Falta todo lo demás. Yo.
Estoy construyendo un puente demasiado largo,
un puente inmenso que cruzará tus ojos,
que te arrancará de la comodidad,
que despedazará tu letargo.
Que hará que tu sonrisa explote,
y que todo lo hermoso que tiene caiga brillando a mis pies.
Voy de viaje a tu mirada,
me enamoro, tiemblo,
y vuelvo a fugarme.
Dios sabe cuánto falta para derribar las murallas de Jericó.
Quién tocará la trompa.
Dónde guardarás tus venas,
cuando la sangre inunde el vado.
Viaja. Es tu beso.
Uno anda como un reo,
comprometiéndose con lo invisible,
enamorándose de lo desconocido.
Venciendo el miedo.
Abandonando la carretera.
un puente inmenso que cruzará tus ojos,
que te arrancará de la comodidad,
que despedazará tu letargo.
Que hará que tu sonrisa explote,
y que todo lo hermoso que tiene caiga brillando a mis pies.
Voy de viaje a tu mirada,
me enamoro, tiemblo,
y vuelvo a fugarme.
Dios sabe cuánto falta para derribar las murallas de Jericó.
Quién tocará la trompa.
Dónde guardarás tus venas,
cuando la sangre inunde el vado.
Viaja. Es tu beso.
Uno anda como un reo,
comprometiéndose con lo invisible,
enamorándose de lo desconocido.
Venciendo el miedo.
Abandonando la carretera.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Árboles
De la copa de los árboles, de la forma de las ramas,
de las hojas que no están.
Son las puertas de la mañana, hoy ponés la mano en el hombre,
todo el pelo de mi cuerpo se eriza ligeramente,
giro sobre el hombro, la barbilla me acaricia el brazo,
busco a la mañana, un nuevo motivando.
Estás vos, cruzado de piernas en el silencio propio,
de la cocina avinagrada, en la invasión de lo tuyo,
en los lugares que no resultan virtuales, ahí se mofa el enemigo.
Ahí se duele.
Y claro, el que es maravilloso, me da un susurro y dispone,
su propiedad y su guiño.
Guillermo, solamente un momento escuchá cuando te dicen que no.
Escuchá de nuevo el no primero, el no burlado, el no distraído.
Escuchá el valor de la consigna dulce.
Escuchá el gracioso no que perverso se incluyó negando el origen del recado.
Y entonces, en cada situación.
Esta facilidad de acomodar palabras.
Este mecano de sustantivos.
Una copa de un árbol crece creyendo que va a llegar,
y nunca llega;
Vence lluvia, vence invierno, vence al mundo y a su gravedad,
vence el desarraigo de los frutos, vence el maltrato de la humanidad,
crece haciéndonos una sombra suave, frutal y aromática,
descansándonos en el Tilo, sorprendiéndonos en el violeta gigante del Jacarandá.
Un Sauce, lluvioso llanto que se pone a macanear con que estoy triste,
me asume esta mañana el nido y aún, grita que es una plaga, brincan los Eucaliptos.
Aplauden los Aromos, cantan el invierno los Frutales; Limoneros y Naranjos;
La colorimetría del inmenso Creador, cada pizca de azul, cada amarillo, todos los verdes,
se desesperan por olvidarlo los poetas, lo cantan los enamorados,
y algunos, solamente los observan, hayan la paz y siguen,
encontrando y encontrando.
Todo desde la misma tierra marrón negruzca que no vale nada.
Todo desde la tierra que sacaba mi mamá con la escoba.
Mi mamá quitará la tierra de arriba de la tele.
Que pena. Quizás arriba de la tele hubiera crecido un Nogal.
Increíble.
No buscarlo adentro.
Sino arriba.
Pero buscarlo.
Ser un poco un árbol quiero, ser un poco tierra y barro que no vale nada.
Admitir que nada que se aprecie crece sólo.
Sino a través del conjunto de perfecciones individuales.
Y entonces.
Habrá poesía que lo describa y música del cielo para que lo cante.
Buenos Días, amigos,
Buenas Tardes.
de las hojas que no están.
Son las puertas de la mañana, hoy ponés la mano en el hombre,
todo el pelo de mi cuerpo se eriza ligeramente,
giro sobre el hombro, la barbilla me acaricia el brazo,
busco a la mañana, un nuevo motivando.
Estás vos, cruzado de piernas en el silencio propio,
de la cocina avinagrada, en la invasión de lo tuyo,
en los lugares que no resultan virtuales, ahí se mofa el enemigo.
Ahí se duele.
Y claro, el que es maravilloso, me da un susurro y dispone,
su propiedad y su guiño.
Guillermo, solamente un momento escuchá cuando te dicen que no.
Escuchá de nuevo el no primero, el no burlado, el no distraído.
Escuchá el valor de la consigna dulce.
Escuchá el gracioso no que perverso se incluyó negando el origen del recado.
Y entonces, en cada situación.
Esta facilidad de acomodar palabras.
Este mecano de sustantivos.
Una copa de un árbol crece creyendo que va a llegar,
y nunca llega;
Vence lluvia, vence invierno, vence al mundo y a su gravedad,
vence el desarraigo de los frutos, vence el maltrato de la humanidad,
crece haciéndonos una sombra suave, frutal y aromática,
descansándonos en el Tilo, sorprendiéndonos en el violeta gigante del Jacarandá.
Un Sauce, lluvioso llanto que se pone a macanear con que estoy triste,
me asume esta mañana el nido y aún, grita que es una plaga, brincan los Eucaliptos.
Aplauden los Aromos, cantan el invierno los Frutales; Limoneros y Naranjos;
La colorimetría del inmenso Creador, cada pizca de azul, cada amarillo, todos los verdes,
se desesperan por olvidarlo los poetas, lo cantan los enamorados,
y algunos, solamente los observan, hayan la paz y siguen,
encontrando y encontrando.
Todo desde la misma tierra marrón negruzca que no vale nada.
Todo desde la tierra que sacaba mi mamá con la escoba.
Mi mamá quitará la tierra de arriba de la tele.
Que pena. Quizás arriba de la tele hubiera crecido un Nogal.
Increíble.
No buscarlo adentro.
Sino arriba.
Pero buscarlo.
Ser un poco un árbol quiero, ser un poco tierra y barro que no vale nada.
Admitir que nada que se aprecie crece sólo.
Sino a través del conjunto de perfecciones individuales.
Y entonces.
Habrá poesía que lo describa y música del cielo para que lo cante.
Buenos Días, amigos,
Buenas Tardes.
martes, 9 de agosto de 2011
Simple. El que se lleva el daño.
Me sujeto a lo simple.
Lo simple me transforma.
Me volveré complejo.
Era joven al principio.
Hoy soy nuevo.
No soy viejo.
Ahora es nuevo el corazón.
Tiene canciones.
Estás invitado a sorprenderte.
Te imparto alegría.
Y me voy a la cama.
Dale un beso a Jesús cuando lo veas.
Decile que estoy buscándolo.
Si lo veo primero, te lo mando.
Buenas noches.
Mientras tanto.
Lo simple me transforma.
Me volveré complejo.
Era joven al principio.
Hoy soy nuevo.
No soy viejo.
Ahora es nuevo el corazón.
Tiene canciones.
Estás invitado a sorprenderte.
Te imparto alegría.
Y me voy a la cama.
Dale un beso a Jesús cuando lo veas.
Decile que estoy buscándolo.
Si lo veo primero, te lo mando.
Buenas noches.
Mientras tanto.
No me gusta el amor.
Venís y te vas vos solo. No te llevas a nadie.
Tus pasos son pasos que no marcan un camino,
cada palabra lanzada se esfuma como el vapor en el aire,
pareciera que dura segundos, en una extraña neuralgia,
inclinados,
viviendo una vida que pasa,
queriendo estar siempre acompañado.
Ser una tormenta en el medio del mar.
Abrir un hueco borrascoso. No sonreír.
Simplemente.
No soñar.
Discutir para tener razón,
o discutir para discutir nomás.
Y que cada ausencia me hable de lo mucho que me resta,
cada vez que se te escape de las manos,
cada vez que se te orinen en los hombros.
Sos un ser humano.
Un animal.
Que piensa, es cierto.
Que puede pensar.
Al pensar abrís caminos,
y el camino, humanidad.
Y la idea es en las manos.
Y la mano, identidad.
Y ganas no tenés de dibujarla.
Estás pasando un nubarrón, desde ahí adentro,
como fibra de vidrio oscura, la claridad no se ve.
Todo es oscuro, y abre en vos heridas, que de una forma u otra,
lastimarán a lo que te rodea.
Sentís el dolor que siente el rencor que te produce,
la saliva de la palabra maledicencia,
el odio, el fragor de la piña al aire.
De la cabeza contra la pared,
de la ausencia en tu vida.
De buscar y no ver.
Y no ver.
Y acostumbrarte.
Producción de ácero que fabrica muerte.
Y vuelan las paredes de mi entorno en notas altas musicales,
se sueltan los lastres, el globo sucumbe, la idea se eleva,
y viene a rescatarme de momento unos ladridos.
Yo te grito. Te asomo la mano sin orgullo, la mano del futuro.
Y vos te agarrás fuerte.
Furioso abrazo que se estrecha a pecho abierto.
En sensación lejana de amor que no conozco.
De amor que no se dice.
De amor que no se encuentra.
De amor que no se vive.
De amor que viene solo.
De amor que se va hablando.
De amor que no se tienen.
De amor que no estás loco.
De amor.
De amor. Decilo.
De amor.
De amor.
Y dicho así.
Una mentira pone a prueba la verdad,
de la palabra cabalgando hasta tus ojos.
Está soleada la mañana, el mate no se lavó.
De amor. No escribo. Porque no me gusta.
No me gusta el amor. Es así.
Tus pasos son pasos que no marcan un camino,
cada palabra lanzada se esfuma como el vapor en el aire,
pareciera que dura segundos, en una extraña neuralgia,
inclinados,
viviendo una vida que pasa,
queriendo estar siempre acompañado.
Ser una tormenta en el medio del mar.
Abrir un hueco borrascoso. No sonreír.
Simplemente.
No soñar.
Discutir para tener razón,
o discutir para discutir nomás.
Y que cada ausencia me hable de lo mucho que me resta,
cada vez que se te escape de las manos,
cada vez que se te orinen en los hombros.
Sos un ser humano.
Un animal.
Que piensa, es cierto.
Que puede pensar.
Al pensar abrís caminos,
y el camino, humanidad.
Y la idea es en las manos.
Y la mano, identidad.
Y ganas no tenés de dibujarla.
Estás pasando un nubarrón, desde ahí adentro,
como fibra de vidrio oscura, la claridad no se ve.
Todo es oscuro, y abre en vos heridas, que de una forma u otra,
lastimarán a lo que te rodea.
Sentís el dolor que siente el rencor que te produce,
la saliva de la palabra maledicencia,
el odio, el fragor de la piña al aire.
De la cabeza contra la pared,
de la ausencia en tu vida.
De buscar y no ver.
Y no ver.
Y acostumbrarte.
Producción de ácero que fabrica muerte.
Y vuelan las paredes de mi entorno en notas altas musicales,
se sueltan los lastres, el globo sucumbe, la idea se eleva,
y viene a rescatarme de momento unos ladridos.
Yo te grito. Te asomo la mano sin orgullo, la mano del futuro.
Y vos te agarrás fuerte.
Furioso abrazo que se estrecha a pecho abierto.
En sensación lejana de amor que no conozco.
De amor que no se dice.
De amor que no se encuentra.
De amor que no se vive.
De amor que viene solo.
De amor que se va hablando.
De amor que no se tienen.
De amor que no estás loco.
De amor.
De amor. Decilo.
De amor.
De amor.
Y dicho así.
Una mentira pone a prueba la verdad,
de la palabra cabalgando hasta tus ojos.
Está soleada la mañana, el mate no se lavó.
De amor. No escribo. Porque no me gusta.
No me gusta el amor. Es así.
lunes, 8 de agosto de 2011
Poema 19 - (Concepción de Neruda)
Señor Neruda vengo a decirle algunas cosas,
las tengo atragantadas, aquí,
en el teclado.
Aquí en esta molestia.
Aquí en el sabio celo, he visto recientemente su Poema 19.
Y sabe. Haberse muerto hace unos años no lo salvará a usted de todo esto.
No tiene usted derecho a describir el todo,
no tiene usted tampoco derecho confirmado,
de hacer risa del agua, la espiga su costado,
no entiendo cómo hizo, porqué le costó tanto...
Me deja con la idea de alguna conocida,
no sé si pasa ahora la voz en penitencia,
propongo competencias, de letras que a destajo;
Usted sabe trabajo, en la grandilocuencia.
Se olvidó de la parte de que a esta niña ahora,
es mío el describirla, su oficio ha terminado,
me queda a mí el legado de andar en cada letra,
diciéndole si es muy frágil, al menos si es morena...
Me inclina a defenderla, me acerco al mediodía,
y veo que en su espalda, sútil monocromía,
me deja un verso nuestro, al menos una pista,
de verbo trapecista, que anuncia el desespero...
Hoy que vuelve la niña morena, y juega con el sol,
presuntos competentes, danzantes, como esteros,
sus versos son primeros, los míos posteriores,
los próximos mejores, grandioso compañero.
Asique le agradezco por todo su estamento,
construyo un Monumento, lo pongo en mis vitrinas,
asuntos que terminan, hermano Usted Chileno,
los tiempos no son buenos,
difieren a su esencia,
lo llamo a la existencia,
lo acerco, lo compongo,
entonces me repongo,
lo suelto, lo perdono.
Y dejo que el fluído del agua que lo trajo,
me libre del fracaso, de no seguir su huella,
lo llevo a las estrellas, usted sube, yo bajo...
las tengo atragantadas, aquí,
en el teclado.
Aquí en esta molestia.
Aquí en el sabio celo, he visto recientemente su Poema 19.
Y sabe. Haberse muerto hace unos años no lo salvará a usted de todo esto.
No tiene usted derecho a describir el todo,
no tiene usted tampoco derecho confirmado,
de hacer risa del agua, la espiga su costado,
no entiendo cómo hizo, porqué le costó tanto...
Me deja con la idea de alguna conocida,
no sé si pasa ahora la voz en penitencia,
propongo competencias, de letras que a destajo;
Usted sabe trabajo, en la grandilocuencia.
Se olvidó de la parte de que a esta niña ahora,
es mío el describirla, su oficio ha terminado,
me queda a mí el legado de andar en cada letra,
diciéndole si es muy frágil, al menos si es morena...
Me inclina a defenderla, me acerco al mediodía,
y veo que en su espalda, sútil monocromía,
me deja un verso nuestro, al menos una pista,
de verbo trapecista, que anuncia el desespero...
Hoy que vuelve la niña morena, y juega con el sol,
presuntos competentes, danzantes, como esteros,
sus versos son primeros, los míos posteriores,
los próximos mejores, grandioso compañero.
Asique le agradezco por todo su estamento,
construyo un Monumento, lo pongo en mis vitrinas,
asuntos que terminan, hermano Usted Chileno,
los tiempos no son buenos,
difieren a su esencia,
lo llamo a la existencia,
lo acerco, lo compongo,
entonces me repongo,
lo suelto, lo perdono.
Y dejo que el fluído del agua que lo trajo,
me libre del fracaso, de no seguir su huella,
lo llevo a las estrellas, usted sube, yo bajo...
La mirada que encierra el Ecuador...
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador,
ella trae la Osa Mayor en los umbrales,
en dónde se posa, claro, una nueva estrella siempre,
y otra, da lugar al resultado, mi nueva constelación.
"Pero qué atractivo tiene que no descanse en la muñeca de la Palabra,
le hablo a la cintura de la Palabra, lo que escribo fue primero escudriñado en la Palabra.
Sin deponer un deseo, sin ninguna explicación.
Para nosotros, y en primer lugar; A Dios."
Siento como la granulación de la tierra se pega finamente en mí,
percibo por el sentido; Así que, la fe es por el oír.
Le permito que elija, porque esto es solamente para ella.
Porque tengo una amistad con agua.
Tengo una amistad de tierra.
Que crezca canción de arrope, algarrobas, flor de cardos borriqueros.
No tiene segunda parte.
Yo tengo la misma cantidad de atrás de lo que espero tengamos por delante.
Es cierto. Puede ser que esté pariendo una amistad.
¿Puede ser que se combate esta noche a otro gigante?
Y no me invade ningún temor, no existe ya el dudar,
porque te doy permiso de que me guardes,
arriba del freezer te dejé el tapper.
Es blanco, y describe un forma que desplaza toda conquista de la neoingeniería,
se asoma, entre piedrillas y microbios,
y viene con total audacia como si fuera desde siempre,
rompe la naturaleza preconcebida, es poesía es cierto.
Pero mirá nuestro tallo, observá nuestra rama.
No ha sido desafiado el intelecto inteligente,
por cuestiones que atraviesan la falacia.
¿Pero no está parida de Palabra la Palabra?
¿Qué beneficio asumo en conquistarte?
Si no quiero seducir lo perdurable.
Porqué se permite que suceda, lo que ocurre en naciones fascinantes,
y no importa si faltas la navidad, porque un brindis brindarán más navidades...
Y es más fiesta comunión que lo prohibido, permitido en canción alucinante.
Despojame tu emoción. Arrancame la canción con voz grabable.
Lográ que de pronto guarde el lugar. Manteneme callado.
Sorprendeme. Callame.
Así.
.
Como si el punto fuere el germen del silencio, como si la oración no fuese escuchada,
como si no me permitiera observar que estabas sola.
Y que a mi no me sentaba bien ninguna amistad, mas que la tuya.
Permanencia en la Palabra.
Decisión en la Palabra.
Decisión observada por tu origen,
derivando del origen, las Palabras.
Primer Estado.
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador...
Flor de Cardo (Dificil pero con mariposas!)
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador,
ella trae la Osa Mayor en los umbrales,
en dónde se posa, claro, una nueva estrella siempre,
y otra, da lugar al resultado, mi nueva constelación.
"Pero qué atractivo tiene que no descanse en la muñeca de la Palabra,
le hablo a la cintura de la Palabra, lo que escribo fue primero escudriñado en la Palabra.
Sin deponer un deseo, sin ninguna explicación.
Para nosotros, y en primer lugar; A Dios."
Siento como la granulación de la tierra se pega finamente en mí,
percibo por el sentido; Así que, la fe es por el oír.
Le permito que elija, porque esto es solamente para ella.
Porque tengo una amistad con agua.
Tengo una amistad de tierra.
Que crezca canción de arrope, algarrobas, flor de cardos borriqueros.
No tiene segunda parte.
Yo tengo la misma cantidad de atrás de lo que espero tengamos por delante.
Es cierto. Puede ser que esté pariendo una amistad.
¿Puede ser que se combate esta noche a otro gigante?
Y no me invade ningún temor, no existe ya el dudar,
porque te doy permiso de que me guardes,
arriba del freezer te dejé el tapper.
Es blanco, y describe un forma que desplaza toda conquista de la neoingeniería,
se asoma, entre piedrillas y microbios,
y viene con total audacia como si fuera desde siempre,
rompe la naturaleza preconcebida, es poesía es cierto.
Pero mirá nuestro tallo, observá nuestra rama.
No ha sido desafiado el intelecto inteligente,
por cuestiones que atraviesan la falacia.
¿Pero no está parida de Palabra la Palabra?
¿Qué beneficio asumo en conquistarte?
Si no quiero seducir lo perdurable.
Porqué se permite que suceda, lo que ocurre en naciones fascinantes,
y no importa si faltas la navidad, porque un brindis brindarán más navidades...
Y es más fiesta comunión que lo prohibido, permitido en canción alucinante.
Despojame tu emoción. Arrancame la canción con voz grabable.
Lográ que de pronto guarde el lugar. Manteneme callado.
Sorprendeme. Callame.
Así.
.
Como si el punto fuere el germen del silencio, como si la oración no fuese escuchada,
como si no me permitiera observar que estabas sola.
Y que a mi no me sentaba bien ninguna amistad, mas que la tuya.
Permanencia en la Palabra.
Decisión en la Palabra.
Decisión observada por tu origen,
derivando del origen, las Palabras.
Primer Estado.
Me recuesto sobre el pecho tibio de la tierra,
para apreciar la mirada que encierra el Ecuador...
Flor de Cardo (Dificil pero con mariposas!)
domingo, 7 de agosto de 2011
Ojalaés...
Condiciones temporales, un flequillo que derrite la nieve,
es rubia, su cabello es negro,
y acaricia su espalda,
las gotas de agua son absorvidas muy lentamente,
entonces, mi oración se perturba,
mi poesía se rompe.
Miro que el tiempo tiene cuestiones que hablan de su risa.
La rompo porque no es muy clara, se esconde, se renueva, se afana,
y Él viene, y la toma del brazo y se la lleva,
y yo miro la escena.
Ella se va volando, se vuelve fugaz, se aproxima al éxtasis,
y ese es un estado, que se sabe es inconexo y no puede permanecer unido.
Yo soy un momento de paz, soy una sonrisa con garantía de lágrima,
soy una solución para la tos, un té cuando nos prepara una trampa el frío,
una sangre humana para transferirte, un abrazo, un tapado, un amigo,
bien podrías aprender que una respuesta,
se prepara con un mensaje, la voz lo convierte en ruido...
Yo he sido transformado o de momento lo estoy siendo,
tiemblo durante la noche, tiemblo, pero no es el miedo el que lo genera,
es el huracán que me visita cuando la poesía me convierte en viento,
viento audaz,
viento limpio,
soplo viento,
cuando no me basto con diez dedos para amarlo, y mi voz lo saluda,
y tiemblo.
Tiemblo.
Tiemblo, como un padre que se acurruca en el abrazo lastimado de un hijo,
tiemblo, como la imagen cuando el llanto nos derrama.
Tiemblo, como tiembla el alma cuando se encuentra al amigo.
Tiemblo, porque desciende la ansiedad, llega la paciencia, y digo...
Digo que lo leas de nuevo.
Digo que suspires profundamente entre los puntos o las comas,
digo que no renuncies a la vida, te digo,
yo te digo que hay un Dios que nos perdona,
digo que tengo un motivo, digo que tengo memoria.
Digo...
Me tiembla la panza cuando lo digo.
Lo grito.
Lo digo.
Qué hermoso momento tu abrazo. Qué hermoso momento es un hijo.
Qué hermosa es la tarde pasando, qué hermoso vivir un domingo,
que linda es la vida, que ahora,
faltando momentos vivibles,
se sueña la Fé que faltaba,
la Fé que construye imposibles.
Ojalá que creas que un día, todo esto será de papel,
ojalá que un día vos tiembles, ojalá que un día vos digas,
ojalá que un día vos ames, ojalá que entregues tu vida.
Ojalá, Ojalá de Ojaláes,
Ojalá, Ojalá tu sonrisa...
"Un message serait beau, serait beau. Toute la création a été faite dans six jours, et le septième s'est reposé..."
es rubia, su cabello es negro,
y acaricia su espalda,
las gotas de agua son absorvidas muy lentamente,
entonces, mi oración se perturba,
mi poesía se rompe.
Miro que el tiempo tiene cuestiones que hablan de su risa.
La rompo porque no es muy clara, se esconde, se renueva, se afana,
y Él viene, y la toma del brazo y se la lleva,
y yo miro la escena.
Ella se va volando, se vuelve fugaz, se aproxima al éxtasis,
y ese es un estado, que se sabe es inconexo y no puede permanecer unido.
Yo soy un momento de paz, soy una sonrisa con garantía de lágrima,
soy una solución para la tos, un té cuando nos prepara una trampa el frío,
una sangre humana para transferirte, un abrazo, un tapado, un amigo,
bien podrías aprender que una respuesta,
se prepara con un mensaje, la voz lo convierte en ruido...
Yo he sido transformado o de momento lo estoy siendo,
tiemblo durante la noche, tiemblo, pero no es el miedo el que lo genera,
es el huracán que me visita cuando la poesía me convierte en viento,
viento audaz,
viento limpio,
soplo viento,
cuando no me basto con diez dedos para amarlo, y mi voz lo saluda,
y tiemblo.
Tiemblo.
Tiemblo, como un padre que se acurruca en el abrazo lastimado de un hijo,
tiemblo, como la imagen cuando el llanto nos derrama.
Tiemblo, como tiembla el alma cuando se encuentra al amigo.
Tiemblo, porque desciende la ansiedad, llega la paciencia, y digo...
Digo que lo leas de nuevo.
Digo que suspires profundamente entre los puntos o las comas,
digo que no renuncies a la vida, te digo,
yo te digo que hay un Dios que nos perdona,
digo que tengo un motivo, digo que tengo memoria.
Digo...
Me tiembla la panza cuando lo digo.
Lo grito.
Lo digo.
Qué hermoso momento tu abrazo. Qué hermoso momento es un hijo.
Qué hermosa es la tarde pasando, qué hermoso vivir un domingo,
que linda es la vida, que ahora,
faltando momentos vivibles,
se sueña la Fé que faltaba,
la Fé que construye imposibles.
Ojalá que creas que un día, todo esto será de papel,
ojalá que un día vos tiembles, ojalá que un día vos digas,
ojalá que un día vos ames, ojalá que entregues tu vida.
Ojalá, Ojalá de Ojaláes,
Ojalá, Ojalá tu sonrisa...
"Un message serait beau, serait beau. Toute la création a été faite dans six jours, et le septième s'est reposé..."
sábado, 6 de agosto de 2011
Crónicas ("debe ser divina entonces...")
Sos dificil, porque en estos años escuchaste todas las palabras que hay y aún,
por que por ser vos misma me diste una ilusión en un envase que puede parecer perecedero.
No quiero resultarte una emoción, no sé si tengo nafta para más,
no sé si soy real o verdadero.
Sos dificil.
Pensé que me iba a resultar más fácil menospreciar el oprobio,
combatir al miedo.
A tus manos, con siete anillos de marcar distancia, para adivinar ninguno,
con amor de tiempos que me anuncien puentes,
a razón preciosas, manos tibias, suaves, de lugar de ahora,
de canción y mezcla de rubí y topacio.
Solamente la poesía en un patín.
Dónde pongo la garganta, subo la nota, y canto,
pensé que iba a ser más fácil admirarte,
pensé que tu ilustración de muecas y facciones rosas,
me dejarían puertos de ilusión sin rocas,
que me anuncien antes, que llegando, he vuelto...
He vuelto y en tu distancia de permiso rompo,
porque soy un perro que no tiene dueño,
porque soy un árbol que nunca dió frutos,
porque tengo el tango, porque lo conozco,
porque tengo un tango, la palabra un sueño.
Y claro, mordí.
Seguro.
Puse mi boca para ver si mis labios se iban en una insolente e invernal canción y ahora,
te respeto tanto.
Me quedé tan chico a mi mismo, que ahora,
ahora busco en la inocencia,
ahora en la conducta, ahora en la conciencia.
Te doy una palabra,
y en otro lugar, más cerca nuestro.
Se da la misma.
Mientras yo dije doce, alguien dijo once,
y todo un pueblo se levantó de obreros a construir por fé,
el capítulo anterior de nuestras vidas cuando,
cuando todas nuestras vidas duraron cinco horas.
Y un igualar de apuro la construía a lo loco.
Cuando fuí un señor, por el respeto, por el amor, resultaste ser una señora,
y claro, agarro viaje y voy, y me subo al molino.
Y soplo, y un soplido de huracán, me pone en tu lugar de primavera.
Como si fueras eterna como una mariposa, imposible como la duradera.
Y te dice basta.
Basta pero nunca.
Basta pero ahora.
Y está cruda.
Y sale a chorros, y tengo la facilidad de suplicarte, que me humillo,
que es verdad, que nada y siempre, y todo o nada, o nada y solo,
tu sonrisa,
va,
a la nada,
va conquistando la luna que no ví por el momento,
la patria que auguré, que dí de a partos,
la pasión de ahora, que a las dos menos cuarto.
Yo frente a mi pared de madera,
buscándote en la primera línea,
ahora.
Ahora grito en el silencio de los tres audífonos,
un segundo más tú dónde estás...
Un segundo más el dedo enroscado como los reglones,
en un beso que guarda tu buenos días de a primero,
y es seis de agosto y seis, yo me animo a describir la crónica del cielo.
Apiru, hacedor de ladrillos,
formador de barro con que el mismo barro,
levantó paredes tan piramidales,
que hasta el nunca es cuando. Porque todo ahora.
Que mi nada es cuento. Que es poesía sola.
Y la estrella fuistes vos, sentada en el centro.
Corrida. De focos, de lugares, de perfumes.
Y no es para que lo tomes de forma literal,
porque yo soy el Mar Rojo, y vos la vara.
Yo podría dividirme para cumplir tu deseo más insospechable.
Pero antes, te daría la ocasión,
te daria la porción,
de que me mirés, entonces más después de que me hables.
Y claro.
Suena lindo.
¿O qué sé yo?
Cada cosa es la poesía impracticable.
Y estás vos, sentada, mirándome con un ojo que está lleno de lugares.
Y yo.
Te doy la espalda, en cuero, porque me voy a buscarte.
No sé.
Tengo esquinas que silbaban tu canción.
Tengo choques en la historia de tus calles.
Tengo todo sin tener ni una razón.
Tengo todas las palabras impensables...
Tengo solamente tu perdón.
Tengo solamente que me hables.
por que por ser vos misma me diste una ilusión en un envase que puede parecer perecedero.
No quiero resultarte una emoción, no sé si tengo nafta para más,
no sé si soy real o verdadero.
Sos dificil.
Pensé que me iba a resultar más fácil menospreciar el oprobio,
combatir al miedo.
A tus manos, con siete anillos de marcar distancia, para adivinar ninguno,
con amor de tiempos que me anuncien puentes,
a razón preciosas, manos tibias, suaves, de lugar de ahora,
de canción y mezcla de rubí y topacio.
Solamente la poesía en un patín.
Dónde pongo la garganta, subo la nota, y canto,
pensé que iba a ser más fácil admirarte,
pensé que tu ilustración de muecas y facciones rosas,
me dejarían puertos de ilusión sin rocas,
que me anuncien antes, que llegando, he vuelto...
He vuelto y en tu distancia de permiso rompo,
porque soy un perro que no tiene dueño,
porque soy un árbol que nunca dió frutos,
porque tengo el tango, porque lo conozco,
porque tengo un tango, la palabra un sueño.
Y claro, mordí.
Seguro.
Puse mi boca para ver si mis labios se iban en una insolente e invernal canción y ahora,
te respeto tanto.
Me quedé tan chico a mi mismo, que ahora,
ahora busco en la inocencia,
ahora en la conducta, ahora en la conciencia.
Te doy una palabra,
y en otro lugar, más cerca nuestro.
Se da la misma.
Mientras yo dije doce, alguien dijo once,
y todo un pueblo se levantó de obreros a construir por fé,
el capítulo anterior de nuestras vidas cuando,
cuando todas nuestras vidas duraron cinco horas.
Y un igualar de apuro la construía a lo loco.
Cuando fuí un señor, por el respeto, por el amor, resultaste ser una señora,
y claro, agarro viaje y voy, y me subo al molino.
Y soplo, y un soplido de huracán, me pone en tu lugar de primavera.
Como si fueras eterna como una mariposa, imposible como la duradera.
Y te dice basta.
Basta pero nunca.
Basta pero ahora.
Y está cruda.
Y sale a chorros, y tengo la facilidad de suplicarte, que me humillo,
que es verdad, que nada y siempre, y todo o nada, o nada y solo,
tu sonrisa,
va,
a la nada,
va conquistando la luna que no ví por el momento,
la patria que auguré, que dí de a partos,
la pasión de ahora, que a las dos menos cuarto.
Yo frente a mi pared de madera,
buscándote en la primera línea,
ahora.
Ahora grito en el silencio de los tres audífonos,
un segundo más tú dónde estás...
Un segundo más el dedo enroscado como los reglones,
en un beso que guarda tu buenos días de a primero,
y es seis de agosto y seis, yo me animo a describir la crónica del cielo.
Apiru, hacedor de ladrillos,
formador de barro con que el mismo barro,
levantó paredes tan piramidales,
que hasta el nunca es cuando. Porque todo ahora.
Que mi nada es cuento. Que es poesía sola.
Y la estrella fuistes vos, sentada en el centro.
Corrida. De focos, de lugares, de perfumes.
Y no es para que lo tomes de forma literal,
porque yo soy el Mar Rojo, y vos la vara.
Yo podría dividirme para cumplir tu deseo más insospechable.
Pero antes, te daría la ocasión,
te daria la porción,
de que me mirés, entonces más después de que me hables.
Y claro.
Suena lindo.
¿O qué sé yo?
Cada cosa es la poesía impracticable.
Y estás vos, sentada, mirándome con un ojo que está lleno de lugares.
Y yo.
Te doy la espalda, en cuero, porque me voy a buscarte.
No sé.
Tengo esquinas que silbaban tu canción.
Tengo choques en la historia de tus calles.
Tengo todo sin tener ni una razón.
Tengo todas las palabras impensables...
Tengo solamente tu perdón.
Tengo solamente que me hables.
viernes, 5 de agosto de 2011
El nono
Es una postal con al menos ochenta años, hace foco sobre una cara desconocida,
sobre un joven que creía distinto a mí, que pensaba distinto a mí,
es la estampa de alguien que luego conocí...
¿Qué cómo lo conocí?... Pude conocerlo hasta ver su finitud,
pude conocerlo hasta el rincón de su bigote, hasta su canción de cuna.
Hasta su abrazo manso, hasta el largo de sus uñas,
y le debo, tanto le debo, la pasión por Boca Juniors,
y le debo conocer a un tal Madurga...
Le debo el tango, a D´Arienzo,
le debo el sol y más de una noche de murga,
le debo los nombres propios de mí familia,
y el Perdón por ofenderlo alguna tarde de verano,
cansado y viejo ya, apoyado, todo, en un sector clausurado de la memoria...
Resucita esta mañana.
Sin vivir... Es Don Alfredo...
Le debo tanto, que si lo pienso todavía,
todavía estoy a tiempo,
aún puedo pagarle, así. Honrándolo.
Si lo voy a buscar adentro, si lo rescato esta mañana del Seol,
si Dios me dejara tocarle la mano,
acariciarle...
Decirle: "Viejo, vamos que salimos..."
Esperar su paso chueco, herencia cruda, su bicicleta.
Su Derby Suave Corto.
Su voz. ¿A dónde estás Viejo, por qué cantan los jilgueros...?
Pero está vivo en mi vida como un ejemplo,
está vivo en mi cabeza de recuerdos, de trinchetas y revistas de banquito,
está en las medias suelas, en la galería, en las medias horas,
en la calesita de la vuelta, en el vinito con soda para nietos,
en el puchero del mediodía hirviendo a todo vapor,
cantando canzionetas que hacían compás con el lavarropas,
en el delantal, en el uso descuidado de sus herramientas...
Pobrecito el albañil... Esa era su canción...
Así suspiré su trabajo de zapatero...
Sus herramientas.
Qué tesoro que pugna en retratar mi mente.
Si sólo soy lo que él hizo que sea.
Si soy beso de su boca, idea de su idea.
Mano de su mano.
Carne hecha de carne.
Gracias nono querido, gracias por ésta que es tu herencia...
Me quedo con tu dedo mocho, tus lunares en la espalda,
tu piel blanca... Tu elegancia breve que era de vals o de tango,
tu Margarita, tu flor en el jardín, la esencia de la calle Olavarría.
La Daisy, el Collie, el miedo que no era miedo al lado tuyo,
los cuentos, las historias, las poesías,
Sarmiento de Junin, Estudiantes de Caseros,
tu presente, tu olvidado, tu pasado, tu costado,
tu Jesús, tu Jesús que era un Obrero,
y a Perón, sin odiar, sin montoneros. Sin hablar, sin lugar, y sin el tiempo.
Llorar es algo que no me sale esta mañana,
estás todavía lamentando el ya no estar del limonero,
estás lamentándote el pino que no está,
caminando por Uruguay, lentamente hacia el blanco y negro,
que a falta de honra le ponemos al pasado...
Ya que por sus frutos los reconoceremos...
Hoy volví a ver el mundial, el mundial que vi con vos,
el mundial noventa y cuatro,
en tus rodillas...
Hoy canté tu cumpleaños, hoy me dí cuenta que soy,
una parte de tu voz, tal vez un cuarto.
Gracias Viejo por quedarte en los lugares donde hay sol,
por entrar en la alegría de mi blog,
por estar, por ser quién fuiste, y lo que sos...
Por el mate, por la historia y el Adiós...
¿Más quién pudiera robarle al pasado una mañana,
y abrirte la puerta para ir a aprender un poco más,
de lo mucho que me enseñaste...?
¿Será también este motivo,
de la búsqueda inicial del esperar...?
Será.
Así Será.
Suelto al abuelo.
Y se va.
Despacito.
Se va.
sobre un joven que creía distinto a mí, que pensaba distinto a mí,
es la estampa de alguien que luego conocí...
¿Qué cómo lo conocí?... Pude conocerlo hasta ver su finitud,
pude conocerlo hasta el rincón de su bigote, hasta su canción de cuna.
Hasta su abrazo manso, hasta el largo de sus uñas,
y le debo, tanto le debo, la pasión por Boca Juniors,
y le debo conocer a un tal Madurga...
Le debo el tango, a D´Arienzo,
le debo el sol y más de una noche de murga,
le debo los nombres propios de mí familia,
y el Perdón por ofenderlo alguna tarde de verano,
cansado y viejo ya, apoyado, todo, en un sector clausurado de la memoria...
Resucita esta mañana.
Sin vivir... Es Don Alfredo...
Le debo tanto, que si lo pienso todavía,
todavía estoy a tiempo,
aún puedo pagarle, así. Honrándolo.
Si lo voy a buscar adentro, si lo rescato esta mañana del Seol,
si Dios me dejara tocarle la mano,
acariciarle...
Decirle: "Viejo, vamos que salimos..."
Esperar su paso chueco, herencia cruda, su bicicleta.
Su Derby Suave Corto.
Su voz. ¿A dónde estás Viejo, por qué cantan los jilgueros...?
Pero está vivo en mi vida como un ejemplo,
está vivo en mi cabeza de recuerdos, de trinchetas y revistas de banquito,
está en las medias suelas, en la galería, en las medias horas,
en la calesita de la vuelta, en el vinito con soda para nietos,
en el puchero del mediodía hirviendo a todo vapor,
cantando canzionetas que hacían compás con el lavarropas,
en el delantal, en el uso descuidado de sus herramientas...
Pobrecito el albañil... Esa era su canción...
Así suspiré su trabajo de zapatero...
Sus herramientas.
Qué tesoro que pugna en retratar mi mente.
Si sólo soy lo que él hizo que sea.
Si soy beso de su boca, idea de su idea.
Mano de su mano.
Carne hecha de carne.
Gracias nono querido, gracias por ésta que es tu herencia...
Me quedo con tu dedo mocho, tus lunares en la espalda,
tu piel blanca... Tu elegancia breve que era de vals o de tango,
tu Margarita, tu flor en el jardín, la esencia de la calle Olavarría.
La Daisy, el Collie, el miedo que no era miedo al lado tuyo,
los cuentos, las historias, las poesías,
Sarmiento de Junin, Estudiantes de Caseros,
tu presente, tu olvidado, tu pasado, tu costado,
tu Jesús, tu Jesús que era un Obrero,
y a Perón, sin odiar, sin montoneros. Sin hablar, sin lugar, y sin el tiempo.
Llorar es algo que no me sale esta mañana,
estás todavía lamentando el ya no estar del limonero,
estás lamentándote el pino que no está,
caminando por Uruguay, lentamente hacia el blanco y negro,
que a falta de honra le ponemos al pasado...
Ya que por sus frutos los reconoceremos...
Hoy volví a ver el mundial, el mundial que vi con vos,
el mundial noventa y cuatro,
en tus rodillas...
Hoy canté tu cumpleaños, hoy me dí cuenta que soy,
una parte de tu voz, tal vez un cuarto.
Gracias Viejo por quedarte en los lugares donde hay sol,
por entrar en la alegría de mi blog,
por estar, por ser quién fuiste, y lo que sos...
Por el mate, por la historia y el Adiós...
¿Más quién pudiera robarle al pasado una mañana,
y abrirte la puerta para ir a aprender un poco más,
de lo mucho que me enseñaste...?
¿Será también este motivo,
de la búsqueda inicial del esperar...?
Será.
Así Será.
Suelto al abuelo.
Y se va.
Despacito.
Se va.
jueves, 4 de agosto de 2011
Evafania (Foto de la mujer del arco iris)
Espero no haberme ido...
Espero haberme quedado...
En lugar de frío sentí el cálido trato de tu presencia,
caminé en la calle, mientras todos iban y venían.
Anduve por senderos desde dónde, esto que es vida hoy,
imposible era, increíble Eva.
Eva tiene los ojos delineados, con negro, hasta donde los recuerdos proponen,
un dolor desconocido. Un poder, una ausencia. Un clamor.
Un por qué.
Silencioso, entonces, ella en su flor de jazmín, y yo en una madriguera.
Es alegre como la sonrisa, así, así es Eva.
Ella no viene a mí para que yo me la guarde en el celo de mi conscunpiscencia,
sino para que la tome como un misal,
para que tenga una idea.
Y puse en el centro del pensamiento, una flor, para su nombre.
Y así. Así como una flor, así de semilla, es Eva.
Es dulce, es niña, es canción, es madrugada, es explícita, es frugal,
es vanal, es orgullosa, es una propuesta, un compromiso, una fracción.
Así; Para que yo tenga forma de explicarlo.
Así, para que yo haga pasar la luz por la señal de los pactos,
para que sea yo el único que tenga tiempo de mirar el Arco Iris,
mientras todo un planeta se resigna al odio, o al menos, marcha hacia el trabajo.
Así, porque, si no fuéramos un segundo únicos no entrarías en mis manos.
Y claro, miedo de mi corazón, que es Agua Profunda, temería equivocarse.
Tengo una sobrina, una sobrina que es canción.
Y una mujer. Claro, que no sé dónde se fué, pero que anda, buscando entre sus papeles,
comiendo chicles, con otro, en otra. Para sorprenderme.
Porque claro. Si lo podés entender es porque no es de dónde yo creo que es.
Si algo puede ponerme en contacto con el mundo, es el reclamo.
¡Señor! Dejame que le diga solamente el nombre que inventé para buscarle,
como si fueras la obra, y yo el artista, y vos el arte. Eva.
Ella es la canción. Ella es el arte.
¿Andaría muy bien mi velocidad entre tus manos? No lo sé. No se sabe.
¿Te daría el control de mi cabeza solamente porque somos nosotros? No lo sé. Él lo sabe.
No soy ajeno del pacto, no soy ajeno del mundo.
Nada puede quitarme la forma de pensar o de sentir.
Nada. Nada puede evitar que exista y sea. Ni la muerte pudo.
Su nombre es Eva.
Esta epifania transitada.
Esta calle de cordones que están puestos para transformarse,
quieren poner de todo lo suyo para calmar tu ansiedad,
para abrazarte, para calmar tu tempestad, para agradarte.
Y solamente en el andar, que es caminar hacia adelante,
ir más allá, a darte lugar, y adelantarme.
Un paso más acá está el Arco Iris de hoy a la mañana.
Y los ojos se me volvieron de lluvia,
hasta dónde nadie más que vos puede ver de qué se trata.
No te expongas, sólo no lo hagas, porque el mal puede encontrarte...
Espero haberme quedado...
En lugar de frío sentí el cálido trato de tu presencia,
caminé en la calle, mientras todos iban y venían.
Anduve por senderos desde dónde, esto que es vida hoy,
imposible era, increíble Eva.
Eva tiene los ojos delineados, con negro, hasta donde los recuerdos proponen,
un dolor desconocido. Un poder, una ausencia. Un clamor.
Un por qué.
Silencioso, entonces, ella en su flor de jazmín, y yo en una madriguera.
Es alegre como la sonrisa, así, así es Eva.
Ella no viene a mí para que yo me la guarde en el celo de mi conscunpiscencia,
sino para que la tome como un misal,
para que tenga una idea.
Y puse en el centro del pensamiento, una flor, para su nombre.
Y así. Así como una flor, así de semilla, es Eva.
Es dulce, es niña, es canción, es madrugada, es explícita, es frugal,
es vanal, es orgullosa, es una propuesta, un compromiso, una fracción.
Así; Para que yo tenga forma de explicarlo.
Así, para que yo haga pasar la luz por la señal de los pactos,
para que sea yo el único que tenga tiempo de mirar el Arco Iris,
mientras todo un planeta se resigna al odio, o al menos, marcha hacia el trabajo.
Así, porque, si no fuéramos un segundo únicos no entrarías en mis manos.
Y claro, miedo de mi corazón, que es Agua Profunda, temería equivocarse.
Tengo una sobrina, una sobrina que es canción.
Y una mujer. Claro, que no sé dónde se fué, pero que anda, buscando entre sus papeles,
comiendo chicles, con otro, en otra. Para sorprenderme.
Porque claro. Si lo podés entender es porque no es de dónde yo creo que es.
Si algo puede ponerme en contacto con el mundo, es el reclamo.
¡Señor! Dejame que le diga solamente el nombre que inventé para buscarle,
como si fueras la obra, y yo el artista, y vos el arte. Eva.
Ella es la canción. Ella es el arte.
¿Andaría muy bien mi velocidad entre tus manos? No lo sé. No se sabe.
¿Te daría el control de mi cabeza solamente porque somos nosotros? No lo sé. Él lo sabe.
No soy ajeno del pacto, no soy ajeno del mundo.
Nada puede quitarme la forma de pensar o de sentir.
Nada. Nada puede evitar que exista y sea. Ni la muerte pudo.
Su nombre es Eva.
Esta epifania transitada.
Esta calle de cordones que están puestos para transformarse,
quieren poner de todo lo suyo para calmar tu ansiedad,
para abrazarte, para calmar tu tempestad, para agradarte.
Y solamente en el andar, que es caminar hacia adelante,
ir más allá, a darte lugar, y adelantarme.
Un paso más acá está el Arco Iris de hoy a la mañana.
Y los ojos se me volvieron de lluvia,
hasta dónde nadie más que vos puede ver de qué se trata.
No te expongas, sólo no lo hagas, porque el mal puede encontrarte...
miércoles, 3 de agosto de 2011
Los aviones, corre Forrest!
Vivir una experiencia.
Un solo segundo. Un instante.
Cierro los ojos por un momento,
cuando en realidad quiero cerrar mis oidos,
levanto los brazos, porque es un avión gigante el que pasa a centímetros de mis manos,
veo su abdomen de metal, su complicada morfología, su furor sobre mí...
Me aturde el por qué de sus turbinas,
que arman un odio sordo,
una explosión necesaria.
Pasa lentamente, y es poco mi lugar,
me siento un rascacielos,
me dura milésimas de segundo.
Dura un momento. Una sensación.
Miro su estela. Su viento que es de fuego y que me abraza.
Y el momento me deja excitado.
Me hace explotar, me repone, me descompone. Me dobla.
Me siento la parte más pequeña de la tierra. Me siento indefenso.
La cabeza se me va hacia los aplausos del viento contra los árboles,
me llevan a tu sonrisa cuidada, me traen a los lugares seguros,
es alto el monte, surca el canal el descenso,
el agua y la roca, y el moho, y el pasto...
Mi mano ahora acaricia el pelo de la tierra,
el cuidadoso regalo.
Címbalos, campanas.
Movimientos de la vida.
Una mariposa viene a mi cabeza y salta,
unas hormigas, que me demuestran que toda la creación trabaja.
Y yo en mi retrato perdido del Siglo veintiuno.
Yo en mi colgadera, en mi poesía que es un suspenso,
en mi poesía que estaba equivocada,
en mi poesía que celebra.
Y que canta.
Y que reconoce.
Y que agradece.
Porque es el material sano de mi cuerpo,
es la Palabra misma la que me dió el significado,
sin entender que lo mucho o lo poco que conozco,
ya estaba sembrado, yo siego lo que por otro fue sembrado.
Y sí, Es Verdad,
solamente a veces,
cometo atrocidades,
cosas simples, cosas graves.
Porque...
Si piso una criatura que se despierta.
Si tracciono una vida.
Si lastimo una maravilla de las que soy testigo,
es para poder renunciar cuando renuncio,
a vivir de la vida en lo que escribo.
Y aprendo, momento a momento.
Hoy sí.
Hoy se rompe. Hoy es el día.
Hoy es día de tocarle la panza al avión.
De molestarlo.
Hoy Forrest corre, hoy rompe la prótesis.
Hoy se lanza en carrera. Hoy se libera.
Hoy corre.
Y el avión entiende. Lo que la máquina entienda.
Y que entienda que yo soy mucho más que él,
y que vos, leyendo, ya hiciste mucho más que volar.
Más ruido, más explosión, más vida.
El nunca aprenderá a ser otra cosa que no sea a planear.
Mientras que tu combustión necesaria,
te enseña cada día un poco más.
Aprender reconociendo el perdón. Vuela, pero es sencillo,
es solamente un avión.
Un solo segundo. Un instante.
Cierro los ojos por un momento,
cuando en realidad quiero cerrar mis oidos,
levanto los brazos, porque es un avión gigante el que pasa a centímetros de mis manos,
veo su abdomen de metal, su complicada morfología, su furor sobre mí...
Me aturde el por qué de sus turbinas,
que arman un odio sordo,
una explosión necesaria.
Pasa lentamente, y es poco mi lugar,
me siento un rascacielos,
me dura milésimas de segundo.
Dura un momento. Una sensación.
Miro su estela. Su viento que es de fuego y que me abraza.
Y el momento me deja excitado.
Me hace explotar, me repone, me descompone. Me dobla.
Me siento la parte más pequeña de la tierra. Me siento indefenso.
La cabeza se me va hacia los aplausos del viento contra los árboles,
me llevan a tu sonrisa cuidada, me traen a los lugares seguros,
es alto el monte, surca el canal el descenso,
el agua y la roca, y el moho, y el pasto...
Mi mano ahora acaricia el pelo de la tierra,
el cuidadoso regalo.
Címbalos, campanas.
Movimientos de la vida.
Una mariposa viene a mi cabeza y salta,
unas hormigas, que me demuestran que toda la creación trabaja.
Y yo en mi retrato perdido del Siglo veintiuno.
Yo en mi colgadera, en mi poesía que es un suspenso,
en mi poesía que estaba equivocada,
en mi poesía que celebra.
Y que canta.
Y que reconoce.
Y que agradece.
Porque es el material sano de mi cuerpo,
es la Palabra misma la que me dió el significado,
sin entender que lo mucho o lo poco que conozco,
ya estaba sembrado, yo siego lo que por otro fue sembrado.
Y sí, Es Verdad,
solamente a veces,
cometo atrocidades,
cosas simples, cosas graves.
Porque...
Si piso una criatura que se despierta.
Si tracciono una vida.
Si lastimo una maravilla de las que soy testigo,
es para poder renunciar cuando renuncio,
a vivir de la vida en lo que escribo.
Y aprendo, momento a momento.
Hoy sí.
Hoy se rompe. Hoy es el día.
Hoy es día de tocarle la panza al avión.
De molestarlo.
Hoy Forrest corre, hoy rompe la prótesis.
Hoy se lanza en carrera. Hoy se libera.
Hoy corre.
Y el avión entiende. Lo que la máquina entienda.
Y que entienda que yo soy mucho más que él,
y que vos, leyendo, ya hiciste mucho más que volar.
Más ruido, más explosión, más vida.
El nunca aprenderá a ser otra cosa que no sea a planear.
Mientras que tu combustión necesaria,
te enseña cada día un poco más.
Aprender reconociendo el perdón. Vuela, pero es sencillo,
es solamente un avión.
martes, 2 de agosto de 2011
Tolerancia
Tolerancia, como tolera la roca la embestida de la olas.
Buenos días, como besa el padre, como se abriga el niño,
tolerancia. Como la espuma del café torrado.
Tolerancia parida en el silencio.
Tolerancia que surge en el ponerse, que se impone a la distancia,
enjuague que dan los ojos en el sudor del alma.
Tolerancia. Enjuague de tolerancia.
Templado como el manojo de láminas de ácero,
templanza en matemática fría, en física fría, en Estambul,
templanza en tantos países que resta conocer,
templará mi corazón el camino al monte, el paso alegre,
el salto del collado, el brío, templo mi cuerpo para conocerte.
Factor riesgoso descubrir mis planes, factor desgraciado el tuyo en mi vida,
no entender las fronteras levantadas naturales,
es abrir la puerta al deseo ignoto, a todo lo horrible,
que encierra el hombre en dos centímetros apenas, en medio metro de distancia,
todas las cosas son espirituales.
Está enroscado el cable a veces, y aún, en el embrollo,
pasa sútil la energía en su va y viene,
no pierde la potencia,
no daña la calidad,
no miente.
Es cierto, hay que desenrollarlo.
Dejalo, quizás hoy no quiere ser perfecto,
quizás espera una orden,
quizás tiene otro proyecto,
quizás no es tolerante.
Temiendo claro,
que se haga una bola o un alud que nos aplaste,
con dolor de espalda canto,
porque no necesito tu forma para esto,
porque soy más que una forma.
Porque todo lo mío entra adentro de un carozo de aceituna,
y claro la dimensión se te rompe,
el aplomo se distrae,
el accidente ocurre,
antes, hubiera sido posible.
Hoy solamente son facciones lastimables.
Enderezo el carro apuesto camino de Norte claro,
acomodo mi cuello de camisa,
le pongo límites a los deseos,
pido porque sé que me escucha,
porque tengo la certeza,
insolente,
de la Fé posible.
Posible siempre.
Tolerante.
Templada.
Como un desafío
Receptiva.
Creativa.
Nuestra.
Cleto Ciocchini - Retatro de pescadores.
Buenos días, como besa el padre, como se abriga el niño,
tolerancia. Como la espuma del café torrado.
Tolerancia parida en el silencio.
Tolerancia que surge en el ponerse, que se impone a la distancia,
enjuague que dan los ojos en el sudor del alma.
Tolerancia. Enjuague de tolerancia.
Templado como el manojo de láminas de ácero,
templanza en matemática fría, en física fría, en Estambul,
templanza en tantos países que resta conocer,
templará mi corazón el camino al monte, el paso alegre,
el salto del collado, el brío, templo mi cuerpo para conocerte.
Factor riesgoso descubrir mis planes, factor desgraciado el tuyo en mi vida,
no entender las fronteras levantadas naturales,
es abrir la puerta al deseo ignoto, a todo lo horrible,
que encierra el hombre en dos centímetros apenas, en medio metro de distancia,
todas las cosas son espirituales.
Está enroscado el cable a veces, y aún, en el embrollo,
pasa sútil la energía en su va y viene,
no pierde la potencia,
no daña la calidad,
no miente.
Es cierto, hay que desenrollarlo.
Dejalo, quizás hoy no quiere ser perfecto,
quizás espera una orden,
quizás tiene otro proyecto,
quizás no es tolerante.
Temiendo claro,
que se haga una bola o un alud que nos aplaste,
con dolor de espalda canto,
porque no necesito tu forma para esto,
porque soy más que una forma.
Porque todo lo mío entra adentro de un carozo de aceituna,
y claro la dimensión se te rompe,
el aplomo se distrae,
el accidente ocurre,
antes, hubiera sido posible.
Hoy solamente son facciones lastimables.
Enderezo el carro apuesto camino de Norte claro,
acomodo mi cuello de camisa,
le pongo límites a los deseos,
pido porque sé que me escucha,
porque tengo la certeza,
insolente,
de la Fé posible.
Posible siempre.
Tolerante.
Templada.
Como un desafío
Receptiva.
Creativa.
Nuestra.
Cleto Ciocchini - Retatro de pescadores.
lunes, 1 de agosto de 2011
Cae la hoja.
Me empeño en construirte desde cero,
salgo desde el conocimiento, voy más alla.
Dí con lugares rotos y conocí los detalles.
Me amigué con el hombre que pintaba al viento,
me junté con otro que retrata al tiempo...
Me fui.
Incluí en la lista de porciones, una grande de canciones tipo Dylan,
permaneció la idea flotando en el viento.
Permaneció después de todo.
Porque era luz y sal, y rompió el templo.
Erraba el trovador.
Y yo contando las letras para llenar los vacíos.
Una mano me dió con una roca y un mar para que lo observe,
me aburrí,
me dí la media vuelta y volví a la plaza dónde comenzó la misión.
Quiero ser una parte de la mirada en el foco.
Quiero ser una rutina en la conducta del loco.
Vos.
Gemido que parió tu somatización.
Lágrima,
qué cristal ausente,
qué canción de invierno,
qué café con pocillos...
Qué digo?
Otro absurdo es. Ningúna canción remota.
Otra mano, y van, frutas secas y lamentos con escarcha.
Qué hermoso y ajeno nos es el invierno,
solos menos con un poco de calor, que ahuyenta tu necesidad de acompañarme.
Libres, claro. Pensando en hacer todo de nuevo.
Es hermoso poder contar cosas ajenas en clave,
es hermoso fundir como hierro la porción de carne,
es el epicentro de la humillación.
Es la muerte de la verdad absoluta.
Qué hermoso sol a visto mi rostro.
Qué linda letra mayúscula me mostró,
que esta viniendo la vida perfecta para nosotros.
Cae la hoja.
Y yo camino y fumo pipa con Withman,
vamos a sanar una batalla.
Que ya habremos combatido,
que la tenemos ganada.
Caen las hojas. Y era un hoja simple, distinta y cayó sola.
salgo desde el conocimiento, voy más alla.
Dí con lugares rotos y conocí los detalles.
Me amigué con el hombre que pintaba al viento,
me junté con otro que retrata al tiempo...
Me fui.
Incluí en la lista de porciones, una grande de canciones tipo Dylan,
permaneció la idea flotando en el viento.
Permaneció después de todo.
Porque era luz y sal, y rompió el templo.
Erraba el trovador.
Y yo contando las letras para llenar los vacíos.
Una mano me dió con una roca y un mar para que lo observe,
me aburrí,
me dí la media vuelta y volví a la plaza dónde comenzó la misión.
Quiero ser una parte de la mirada en el foco.
Quiero ser una rutina en la conducta del loco.
Vos.
Gemido que parió tu somatización.
Lágrima,
qué cristal ausente,
qué canción de invierno,
qué café con pocillos...
Qué digo?
Otro absurdo es. Ningúna canción remota.
Otra mano, y van, frutas secas y lamentos con escarcha.
Qué hermoso y ajeno nos es el invierno,
solos menos con un poco de calor, que ahuyenta tu necesidad de acompañarme.
Libres, claro. Pensando en hacer todo de nuevo.
Es hermoso poder contar cosas ajenas en clave,
es hermoso fundir como hierro la porción de carne,
es el epicentro de la humillación.
Es la muerte de la verdad absoluta.
Qué hermoso sol a visto mi rostro.
Qué linda letra mayúscula me mostró,
que esta viniendo la vida perfecta para nosotros.
Cae la hoja.
Y yo camino y fumo pipa con Withman,
vamos a sanar una batalla.
Que ya habremos combatido,
que la tenemos ganada.
Caen las hojas. Y era un hoja simple, distinta y cayó sola.
domingo, 31 de julio de 2011
Declaración de Fé
No es un relato que mi manto se encuentre para cocinar la ropa,
no quiero hervir las telas que cubren lo mío,
para que la cuestión poco a poco, no se te derrame,
para que no se esfume, para que no se evapore.
Serás, en tiempo y forma lo que debes ser. No más. Ni menos. Un hermano.
Eso es todo.
Él no permitirá que tu paso rompa condiciones, ni que la palma de tu mano desvíe tu curso.
Cerrará los ojos, gritará tu nombre, dará su opinión. Te va a amar.
Como nadie te ha amado nunca.
Podrías permitirme enamorarme de la idea aunque más no sea.
Algún que otro incrédulo de por ahí, dirá... ¿Sí total...?
Cada día tu paciencia me mejora, lo puedo sentir,
no es tan sólo una apariencia,
empieza desgastando las relaciones, para renovarlas,
trabaja con tus cosas, y él las deja nuevas,
es tan íntimo,
es tan privado,
que hay momentos que te sentís loco,
mirás que todo entorno a vos sigue en el tiempo,
y vos, vivís un éter, estás así,
cómo "flashando"...
Pero es más profundo el curso, es más complejo comprender los resultados,
no sólo se trata de parir los verbos, anuncia una demanda en cada predicado.
Estrofa tras estrofa, palabra tras palabras,
el mundo se te anuncia,
trabaja sobre el alma,
y el alma y la poesía,
y el alma y la apariencia,
y el alma y los dolores,
y el alma y la demencia,
y el silencio.
De pronto, todo se encoge,
la creación te celebra.
¡Santo!
Y hace, suavemente y sin forzar que te apartes.
Porque querés creer y no podés.
Porque querés entender para creer. Y me pasa.
Pero.
Es él.
Viene porque lo buscaste, llega porque lo has llamado.
Te está diciendo que nada hizo tan completo como a vos.
Que en nada puso tanto amor como en ahora.
Y el calor, suave distancia que se guarda de la temperatura.
Anuncia una trompeta.
¡Ea! Vienen los otros jóvenes, los que quieren estar sanos.
Los que quieren ser libres, los que buscan ser santos.
Y al salir, cuando se comprende lo verdaderamente histórico de todo esto,
cuando es un complejo amor el que se te relata,
cuando no se trata de entender el libro,
sino que la milonga ocurre en la vida santa.
Errar es toda la repugnancia que conozco.
Ya no puedo mentirle a mi corazón,
porque anuncia un amanecer,
con un sol tan abrazador y cercano.
Que mañana seremos nuevos hombres,
porque mañana seremos, en su tiempo, hermanos.
no quiero hervir las telas que cubren lo mío,
para que la cuestión poco a poco, no se te derrame,
para que no se esfume, para que no se evapore.
Serás, en tiempo y forma lo que debes ser. No más. Ni menos. Un hermano.
Eso es todo.
Él no permitirá que tu paso rompa condiciones, ni que la palma de tu mano desvíe tu curso.
Cerrará los ojos, gritará tu nombre, dará su opinión. Te va a amar.
Como nadie te ha amado nunca.
Podrías permitirme enamorarme de la idea aunque más no sea.
Algún que otro incrédulo de por ahí, dirá... ¿Sí total...?
Cada día tu paciencia me mejora, lo puedo sentir,
no es tan sólo una apariencia,
empieza desgastando las relaciones, para renovarlas,
trabaja con tus cosas, y él las deja nuevas,
es tan íntimo,
es tan privado,
que hay momentos que te sentís loco,
mirás que todo entorno a vos sigue en el tiempo,
y vos, vivís un éter, estás así,
cómo "flashando"...
Pero es más profundo el curso, es más complejo comprender los resultados,
no sólo se trata de parir los verbos, anuncia una demanda en cada predicado.
Estrofa tras estrofa, palabra tras palabras,
el mundo se te anuncia,
trabaja sobre el alma,
y el alma y la poesía,
y el alma y la apariencia,
y el alma y los dolores,
y el alma y la demencia,
y el silencio.
De pronto, todo se encoge,
la creación te celebra.
¡Santo!
Y hace, suavemente y sin forzar que te apartes.
Porque querés creer y no podés.
Porque querés entender para creer. Y me pasa.
Pero.
Es él.
Viene porque lo buscaste, llega porque lo has llamado.
Te está diciendo que nada hizo tan completo como a vos.
Que en nada puso tanto amor como en ahora.
Y el calor, suave distancia que se guarda de la temperatura.
Anuncia una trompeta.
¡Ea! Vienen los otros jóvenes, los que quieren estar sanos.
Los que quieren ser libres, los que buscan ser santos.
Y al salir, cuando se comprende lo verdaderamente histórico de todo esto,
cuando es un complejo amor el que se te relata,
cuando no se trata de entender el libro,
sino que la milonga ocurre en la vida santa.
Errar es toda la repugnancia que conozco.
Ya no puedo mentirle a mi corazón,
porque anuncia un amanecer,
con un sol tan abrazador y cercano.
Que mañana seremos nuevos hombres,
porque mañana seremos, en su tiempo, hermanos.
sábado, 30 de julio de 2011
Uno
Uno debe de tener un proyecto. Uno debe tener una meta.
Uno debe saber lo que quiere. Uno debe conocer dicha ambición.
Uno.
Uno no hace las cosas para uno.
Uno.
Uno tiene un temor bárbaro de que lo agarren entre dos, o tres, o más,
uno solo que camina, uno que llora.
Uno, solamente, uno dió algo a cambio de algo tuyo,
uno, sólo uno. Dos, ocho, sesentaycuatro no, no, esos no. Uno fue. Hubo y hay uno.
Uno, uno pidió por vos, uno, uno luchó y uno lucha.
Uno sangró. Uno fue humillado.
Uno.
No más que uno. Uno. Uno que conoció el amor, uno que lo conoce, lo concede.
Uno sabe que el amor no es un lugar, sin embargo lo busca en los lugares,
uno cree que si la casa es linda, amará a la casa, y la casa lo amará a uno,
pero la casa no es uno, sino, que es el resultado la casa de lo que uno hace. No más. Uno.
Uno escribe. Uno pinta.
Uno canta.
Uno sueña, uno se estropea.
Uno se equivoca.
Uno llora.
Uno.
Uno.
Uno mira al techo.
Uno.
Uno.
Uno cierra los ojos fuertes, piensa en una oración,
dice, "si existís hacé esto o aquello", pensando que uno, da directivas verbales a la creación.
Uno es tan estúpido que a veces cuando habla de eso,
cree embolsar en uno la razón. Uno. Uno.
Uno debería permitir que transcurra el tiempo.
Uno debería meter los pies en el río.
El cuerpo en el río.
La lepra se irá en el río.
No es la lepra de ocho, ni de treinta y siete. La lepra es de uno.
Uno sólo a veces manda un igual, uno a veces necesita explicarnos,
cómo es esto o aquello de nosotros.
Uno se sienta a escuchar. Uno se propone aprender.
Uno piensa... ¿Para que volvernos más sabios si sabemos que uno tiene los días contados,
porque que no sepamos cuándo, no significa que no transcurre la arena del reloj...?
Puntos suspensivos para uno...
En fin.
Uno.
Es duro. Uno. Sólo uno.
Uno salió de un lugar para irse a otro.
Uno salió de donde importaban cientos y miles,
para afirmar a uno.
Está en los planes ser uno.
Lo más hermoso es ser uno mismo.
La vida se pierde por ser uno mismo.
La vida es hermosa. Y a veces no es de uno.
Uno, mira el sol, todo resulta fantástico.
Puede ver el sol detrás de tamaños nubarrones invernales.
Uno tiene imaginación. Mucha.
Uno crea con una costilla a Dos,
y uno es concebido a través de la arcilla.
Uno recibe cosquillas de Dios.
Uno percibe caricias...
Uno.
Uno debería agradecer que el mayor y el anular disparen,
amor que se trastorna en palabras.
Celebrar todos aquellos unos ajenos, alegrarse,
porque uno conoció a ocho, doce a noventa y siete.
Sorprenderse.
¡Oh. Qué bueno eres! Uno. ¡Uno eres tan amable!
De uno es la gloria después de todo...
Uno busca en el cielo del sol, la presencia cenital de la luna,
uno busca amor claro, porque la rima es fácil para uno,
y es obvio, uno necesita a una.
Como prioridad, en la lista de tareas. Subrayo, me rasuro, escribo.
Uno, dos puntos, "Uno debe de tener un proyecto. Uno debe tener una meta.
Uno debe saber lo que quiere. Uno debe conocer dicha ambición."
Uno debe saber lo que quiere. Uno debe conocer dicha ambición.
Uno.
Uno no hace las cosas para uno.
Uno.
Uno tiene un temor bárbaro de que lo agarren entre dos, o tres, o más,
uno solo que camina, uno que llora.
Uno, solamente, uno dió algo a cambio de algo tuyo,
uno, sólo uno. Dos, ocho, sesentaycuatro no, no, esos no. Uno fue. Hubo y hay uno.
Uno, uno pidió por vos, uno, uno luchó y uno lucha.
Uno sangró. Uno fue humillado.
Uno.
No más que uno. Uno. Uno que conoció el amor, uno que lo conoce, lo concede.
Uno sabe que el amor no es un lugar, sin embargo lo busca en los lugares,
uno cree que si la casa es linda, amará a la casa, y la casa lo amará a uno,
pero la casa no es uno, sino, que es el resultado la casa de lo que uno hace. No más. Uno.
Uno escribe. Uno pinta.
Uno canta.
Uno sueña, uno se estropea.
Uno se equivoca.
Uno llora.
Uno.
Uno.
Uno mira al techo.
Uno.
Uno.
Uno cierra los ojos fuertes, piensa en una oración,
dice, "si existís hacé esto o aquello", pensando que uno, da directivas verbales a la creación.
Uno es tan estúpido que a veces cuando habla de eso,
cree embolsar en uno la razón. Uno. Uno.
Uno debería permitir que transcurra el tiempo.
Uno debería meter los pies en el río.
El cuerpo en el río.
La lepra se irá en el río.
No es la lepra de ocho, ni de treinta y siete. La lepra es de uno.
Uno sólo a veces manda un igual, uno a veces necesita explicarnos,
cómo es esto o aquello de nosotros.
Uno se sienta a escuchar. Uno se propone aprender.
Uno piensa... ¿Para que volvernos más sabios si sabemos que uno tiene los días contados,
porque que no sepamos cuándo, no significa que no transcurre la arena del reloj...?
Puntos suspensivos para uno...
En fin.
Uno.
Es duro. Uno. Sólo uno.
Uno salió de un lugar para irse a otro.
Uno salió de donde importaban cientos y miles,
para afirmar a uno.
Está en los planes ser uno.
Lo más hermoso es ser uno mismo.
La vida se pierde por ser uno mismo.
La vida es hermosa. Y a veces no es de uno.
Uno, mira el sol, todo resulta fantástico.
Puede ver el sol detrás de tamaños nubarrones invernales.
Uno tiene imaginación. Mucha.
Uno crea con una costilla a Dos,
y uno es concebido a través de la arcilla.
Uno recibe cosquillas de Dios.
Uno percibe caricias...
Uno.
Uno debería agradecer que el mayor y el anular disparen,
amor que se trastorna en palabras.
Celebrar todos aquellos unos ajenos, alegrarse,
porque uno conoció a ocho, doce a noventa y siete.
Sorprenderse.
¡Oh. Qué bueno eres! Uno. ¡Uno eres tan amable!
De uno es la gloria después de todo...
Uno busca en el cielo del sol, la presencia cenital de la luna,
uno busca amor claro, porque la rima es fácil para uno,
y es obvio, uno necesita a una.
Como prioridad, en la lista de tareas. Subrayo, me rasuro, escribo.
Uno, dos puntos, "Uno debe de tener un proyecto. Uno debe tener una meta.
Uno debe saber lo que quiere. Uno debe conocer dicha ambición."
viernes, 29 de julio de 2011
531 - Terminal Pompeya La Perla Libertad
Qué fríos los zapatos con medias de vestir, qué lindo es el reflejo,
mi mirada viene en la cuneta de la avenida, y la gente se estampa contra el vidrio,
ellos no me miran,
yo escondido en esa imágen,
solamente los observo.
Miro el detalle de sus nucas complicadas,
sus cabezas traen tormentas económicas,
tristezas, alegrías, precios, pagos, deudas, canciones,
algunos, los más enajenados, duermen, y la tos,
me obliga a mirarlos.
¿Sabrán que de ese viaje nacería esto?
¿Habré ido sentado al lado de un hombre feliz?
Qué contagio espiritual me dió este material para que lo vuelva prosa,
ellos sabrían que yo los iba a inmortalizar anonimamente,
que ellos se volverían poesía,
aún con sus fealdades, serán bellos de este modo para siempre...
¿Podrán entender que mañana, o un día, se van a encontrar con alguien que los detalló,
así, con cuidado, con su ropa cuidadosa,
con su crema para manos,
o con su rimmel?
O si solamente me dieran un beso. O si se facilitase el todo.
Si ellos pudieren ser congéneres habitacionales,
y la libertad augure, su misión de amparo.
Si la felicidad fuese el puente.
Sabrían que tengo un elemento,
uno, al menos, que me vuelve distinto,
cuando quiero igualarlos...
Renuevo lindo eres, suave, cálido,
sonrisa que a mí mismo viene,
que descansa en Pablo.
Renuevo, de pasión agradecida,
sentado, mirando sus nuncas,
acariciando sus siempres,
observándoles, con este silencio hablado,
el corazón desde la nuca.
Y una fuerza me propone que dispare,
porque gime la salva que el mortero pronto eleva,
son fracciones de pasión apasionada entre las alas,
ya no me interesa, pronto estaré lejos, ya será la selva,
aunque bajo,
descendiendo impronta,
y estoy en esta esquina natural y de barro,
preparo el café lento,
desayuno lerdo,
pienso en tantas cosas,
me acomodo el carro.
Arriba, que me voy, al frente los caballos,
detrás la historia hermosa,
más lejos los fracasos,
sus nucas, tan preciosas,
el timbre,
y un me bajo.
mi mirada viene en la cuneta de la avenida, y la gente se estampa contra el vidrio,
ellos no me miran,
yo escondido en esa imágen,
solamente los observo.
Miro el detalle de sus nucas complicadas,
sus cabezas traen tormentas económicas,
tristezas, alegrías, precios, pagos, deudas, canciones,
algunos, los más enajenados, duermen, y la tos,
me obliga a mirarlos.
¿Sabrán que de ese viaje nacería esto?
¿Habré ido sentado al lado de un hombre feliz?
Qué contagio espiritual me dió este material para que lo vuelva prosa,
ellos sabrían que yo los iba a inmortalizar anonimamente,
que ellos se volverían poesía,
aún con sus fealdades, serán bellos de este modo para siempre...
¿Podrán entender que mañana, o un día, se van a encontrar con alguien que los detalló,
así, con cuidado, con su ropa cuidadosa,
con su crema para manos,
o con su rimmel?
O si solamente me dieran un beso. O si se facilitase el todo.
Si ellos pudieren ser congéneres habitacionales,
y la libertad augure, su misión de amparo.
Si la felicidad fuese el puente.
Sabrían que tengo un elemento,
uno, al menos, que me vuelve distinto,
cuando quiero igualarlos...
Renuevo lindo eres, suave, cálido,
sonrisa que a mí mismo viene,
que descansa en Pablo.
Renuevo, de pasión agradecida,
sentado, mirando sus nuncas,
acariciando sus siempres,
observándoles, con este silencio hablado,
el corazón desde la nuca.
Y una fuerza me propone que dispare,
porque gime la salva que el mortero pronto eleva,
son fracciones de pasión apasionada entre las alas,
ya no me interesa, pronto estaré lejos, ya será la selva,
aunque bajo,
descendiendo impronta,
y estoy en esta esquina natural y de barro,
preparo el café lento,
desayuno lerdo,
pienso en tantas cosas,
me acomodo el carro.
Arriba, que me voy, al frente los caballos,
detrás la historia hermosa,
más lejos los fracasos,
sus nucas, tan preciosas,
el timbre,
y un me bajo.
jueves, 28 de julio de 2011
Romper el vaso
El día de la ausencia, las mil generaciones,
este loco momento de la renuncia,
lo encontré todo golpeado, casi moribundo,
ahí en un rinconcito escondido de la infancia,
sufría mi amor propio, con su orgullo y su soberbia...
Esta canción que no quiere una guitarra,
los embalses, las nociones, las conciencias...
La información del menudo. El dolor. Precioso.
Entonces, casi al borde de la verdad,
la hermosura, se encargó de levantarla, la piedad,
el olor a plástico quemado, la basura,
el humo que se va.
Mostrándote la peor cara del abandono,
el humo se retira de forma indiferente,
como saciado de dejar la muerte monóxida dónde pisa.
Te decía,
mi amor propio,
contrario a mi alegría,
dispuesto a acribillarme,
sediento de venganza,
certero, detestable.
Renuncia.
La he encontrado en algún hueco de mis sueños.
Ha sido desaprobado por mi espíritu. Ya no puede torcerme el brazo.
Ya no puede encasillarme.
Qué linda es la libertad, que siempre está como nueva.
Siempre que uno encuentre sin orgullo una verdad,
es como la canción clara, la que pide ayuda, la que ama a la guitarra,
la que es como el agua fresca, la del caudal vivo,
el misterio mismo. Sin promociones forzadas,
totalmente de milagro.
Qué linda es la sorpresa, la que no se entiende,
qué linda la palabra que nieva en medio del Ecuador,
qué hermosa es la presencia de Dios en mi vida.
Mi Dios de robocop, mi Dios de aguamarina,
mi Dios de formas locas, mi Dios que no asesina.
Aborto es detestable, aborto es insolencia,
aborto es cobardía,
aborto es impotencia,
la vida es un regalo, seguro alguien la quiere,
es tonto sorprendernos, odiando a las mujeres...
[es una cosa que vino del exterior de mi mismo]
Si permitiese aún caer el velo de mis ojos,
dónde más puedo no ver que me transforma este regalo...
Es todo lo que quiero, es absoluto,
es una charla virtual con Claudio,
es un secreto que publica y toca la trompeta de mi corazón, con Anahí y Germán,
es un abrazo de Carla, es un beso de Joaquín,
es un mensaje de Facebook,
es un momento social, que imprime,
como preparando revolucionarios,
momentos de novedades de cambio.
Bienvenido a mi vida Jesús,
es la amistad con Juan, es el enojo de Daniel.
Es la mirada de Sofía, es el recuerdo de Belén,
es el nombre de los nombres,
que impacta como de un flechazo,
para mostrarme, que todo este amor,
y toda esta vida que recibo,
es ajena, es amor, y es de regalo.
El alfararero decidió romper mis ojos,
decidió despues romper, romper el vaso.
este loco momento de la renuncia,
lo encontré todo golpeado, casi moribundo,
ahí en un rinconcito escondido de la infancia,
sufría mi amor propio, con su orgullo y su soberbia...
Esta canción que no quiere una guitarra,
los embalses, las nociones, las conciencias...
La información del menudo. El dolor. Precioso.
Entonces, casi al borde de la verdad,
la hermosura, se encargó de levantarla, la piedad,
el olor a plástico quemado, la basura,
el humo que se va.
Mostrándote la peor cara del abandono,
el humo se retira de forma indiferente,
como saciado de dejar la muerte monóxida dónde pisa.
Te decía,
mi amor propio,
contrario a mi alegría,
dispuesto a acribillarme,
sediento de venganza,
certero, detestable.
Renuncia.
La he encontrado en algún hueco de mis sueños.
Ha sido desaprobado por mi espíritu. Ya no puede torcerme el brazo.
Ya no puede encasillarme.
Qué linda es la libertad, que siempre está como nueva.
Siempre que uno encuentre sin orgullo una verdad,
es como la canción clara, la que pide ayuda, la que ama a la guitarra,
la que es como el agua fresca, la del caudal vivo,
el misterio mismo. Sin promociones forzadas,
totalmente de milagro.
Qué linda es la sorpresa, la que no se entiende,
qué linda la palabra que nieva en medio del Ecuador,
qué hermosa es la presencia de Dios en mi vida.
Mi Dios de robocop, mi Dios de aguamarina,
mi Dios de formas locas, mi Dios que no asesina.
Aborto es detestable, aborto es insolencia,
aborto es cobardía,
aborto es impotencia,
la vida es un regalo, seguro alguien la quiere,
es tonto sorprendernos, odiando a las mujeres...
[es una cosa que vino del exterior de mi mismo]
Si permitiese aún caer el velo de mis ojos,
dónde más puedo no ver que me transforma este regalo...
Es todo lo que quiero, es absoluto,
es una charla virtual con Claudio,
es un secreto que publica y toca la trompeta de mi corazón, con Anahí y Germán,
es un abrazo de Carla, es un beso de Joaquín,
es un mensaje de Facebook,
es un momento social, que imprime,
como preparando revolucionarios,
momentos de novedades de cambio.
Bienvenido a mi vida Jesús,
es la amistad con Juan, es el enojo de Daniel.
Es la mirada de Sofía, es el recuerdo de Belén,
es el nombre de los nombres,
que impacta como de un flechazo,
para mostrarme, que todo este amor,
y toda esta vida que recibo,
es ajena, es amor, y es de regalo.
El alfararero decidió romper mis ojos,
decidió despues romper, romper el vaso.
miércoles, 27 de julio de 2011
Soy feliz
Soy feliz, no porque tenga la vida que deseo,
sino porque encontré un agua inagotable y compañera,
soy feliz, claro, porque tengo un gran amigo,
y ese es más motivo que otro tanto, y que todo lo demás.
Soy feliz ahora, porque mi corazón aprendió de sacrificios,
porque mi corazón es agua profunda, porque aún le añada, nada.
Soy feliz claro, porque me abrazo al calor inexplorable,
porque liberé mi sílaba y desenredé las palabras.
Es mucho, claro, es todo lo que pasa.
Soy feliz, porque soy libre, porque encontré la noche,
porque solté la mañana,
porque anduve en el descanso de la vida sin pantalla,
porque la primera primavera se demora,
[... porque la ausencia de la mano,
porque la mano,
mano,
débil tempestad de ausencia...]
feliz entonces, por tu boca clara,
por abrirme los ojos, porque es nuevo lo que siento,
y es más firme, y es más mío, y es ahora,
contemplar la soledad que me separa.
Es la liberación lo que trabaja denunciando tu rincón precioso.
No es mi cuerpo como la carne que no vale dos monedas,
sino el envase que de las almas, en canciones novedosas,
en sensaciones, sílaba tras sílaba, abrazo tras abrazo,
la oración. En situación verdadera.
La libertad. Es.
Ahora.
Levántate, sé feliz, amigo Lázaro. Levántate y anda.
Que no es solamente un momento de compasión,
sino que mientras vos te pudrías, era Dios en persona el que no te abandonaba,
para que cuando llegue la hora, el desconcierto enjugue lágrimas,
y la operación, se lleve a cabo, aunque sea incierta, o resulte extraña.
Soy feliz. Porque la promesa está de pie, porque la bandera está intacta.
Porque es cierto que me equivoqué.
Pero no hay mano que odie, ni intención que no repara.
La libertad está en el secreto de la recepción del regalo.
Por íntimo que suene entonces,
porque suena. Porque truena.
Porque soy feliz.
Y vale la pena contarlo.
Tengo un corazón despierto,
de amatista, de topacio,
de ónice que limpia.
La libertad.
La sordera.
Todo eso.
sino porque encontré un agua inagotable y compañera,
soy feliz, claro, porque tengo un gran amigo,
y ese es más motivo que otro tanto, y que todo lo demás.
Soy feliz ahora, porque mi corazón aprendió de sacrificios,
porque mi corazón es agua profunda, porque aún le añada, nada.
Soy feliz claro, porque me abrazo al calor inexplorable,
porque liberé mi sílaba y desenredé las palabras.
Es mucho, claro, es todo lo que pasa.
Soy feliz, porque soy libre, porque encontré la noche,
porque solté la mañana,
porque anduve en el descanso de la vida sin pantalla,
porque la primera primavera se demora,
[... porque la ausencia de la mano,
porque la mano,
mano,
débil tempestad de ausencia...]
feliz entonces, por tu boca clara,
por abrirme los ojos, porque es nuevo lo que siento,
y es más firme, y es más mío, y es ahora,
contemplar la soledad que me separa.
Es la liberación lo que trabaja denunciando tu rincón precioso.
No es mi cuerpo como la carne que no vale dos monedas,
sino el envase que de las almas, en canciones novedosas,
en sensaciones, sílaba tras sílaba, abrazo tras abrazo,
la oración. En situación verdadera.
La libertad. Es.
Ahora.
Levántate, sé feliz, amigo Lázaro. Levántate y anda.
Que no es solamente un momento de compasión,
sino que mientras vos te pudrías, era Dios en persona el que no te abandonaba,
para que cuando llegue la hora, el desconcierto enjugue lágrimas,
y la operación, se lleve a cabo, aunque sea incierta, o resulte extraña.
Soy feliz. Porque la promesa está de pie, porque la bandera está intacta.
Porque es cierto que me equivoqué.
Pero no hay mano que odie, ni intención que no repara.
La libertad está en el secreto de la recepción del regalo.
Por íntimo que suene entonces,
porque suena. Porque truena.
Porque soy feliz.
Y vale la pena contarlo.
Tengo un corazón despierto,
de amatista, de topacio,
de ónice que limpia.
La libertad.
La sordera.
Todo eso.
viernes, 15 de julio de 2011
A ella que no sé.
Has anunciado tu posición de roca, tu pared de cromo,
vengo a desengarzar los ganchos, a sobar los plomos.
De metal, bronce cálido, suena un esta vez a susurro.
Se cae. Es dulce y suave.
Es tu historia antecedente, su rincón al corazón tuyo.
Tiene las manos del arco iris, no está en Quito su correlación,
tiene las piernas de los siete colores, como el Cerro, que crece como acné del territorio,
¿qué te importó de Purmamarca?,
si a los Andes, no has dejado ni un regalo,
porque de toda tu piel el pedregullo mustío me recalca,
que al pasar saque una foto de memoria,
una foto que convenza,
de calidad probatoria.
Pero su pelo, ¡Oh, su cabello de olas frías!,
demandando que todos los arroyos, y los ríos, y los mares suenen suyos,
que al torcerse se me viene un suave infarto,
una torre de caída, la embajada,
junio nueve, marzo cuatro,
que cansancio.
Pero tan hermosa es, que ni puedo descifrar su ubicación,
no la encuentro en mi pasado, no la sé de mi presente,
hoy está dándole forma a mi futuro,
no es como yo, ni parecida, es ella.
Ella.
Sola y suave. Como un dos, ella.
Y no tiene un prejuicio, no tiene una herradura,
no sabe de victorias maquinadas, no conoce del amor, ni yo tampoco,
porque al sufrir, no ha sido el amor lo que nos ha tocado,
sino una tersa forma dulce de la muerte,
y todavía,
todavía busco vida,
hay esperanza,
no es tan difícil, no puede serlo aún.
Y es la crisis, la reforma, la sonrisa,
es la mueca que me hacés cuando te hago,
es haber lanzado solo por el mundo,
esta forma de buscarte, este llamado...
Pero no sos vos,
y ya no quiero cosas parecidas,
quiero que su verbo sea el encastre divino,
y la flor su perfume como al nardo,
y el talento de cuestiones entendidas,
y que entienda cada vez que digo algo,
que conozca cada parte de mi mismo,
y yo ella, por ahorrarme los reclamos,
que me amen de la forma que me sirva,
y que le sirva de la forma en que yo amo...
vengo a desengarzar los ganchos, a sobar los plomos.
De metal, bronce cálido, suena un esta vez a susurro.
Se cae. Es dulce y suave.
Es tu historia antecedente, su rincón al corazón tuyo.
Tiene las manos del arco iris, no está en Quito su correlación,
tiene las piernas de los siete colores, como el Cerro, que crece como acné del territorio,
¿qué te importó de Purmamarca?,
si a los Andes, no has dejado ni un regalo,
porque de toda tu piel el pedregullo mustío me recalca,
que al pasar saque una foto de memoria,
una foto que convenza,
de calidad probatoria.
Pero su pelo, ¡Oh, su cabello de olas frías!,
demandando que todos los arroyos, y los ríos, y los mares suenen suyos,
que al torcerse se me viene un suave infarto,
una torre de caída, la embajada,
junio nueve, marzo cuatro,
que cansancio.
Pero tan hermosa es, que ni puedo descifrar su ubicación,
no la encuentro en mi pasado, no la sé de mi presente,
hoy está dándole forma a mi futuro,
no es como yo, ni parecida, es ella.
Ella.
Sola y suave. Como un dos, ella.
Y no tiene un prejuicio, no tiene una herradura,
no sabe de victorias maquinadas, no conoce del amor, ni yo tampoco,
porque al sufrir, no ha sido el amor lo que nos ha tocado,
sino una tersa forma dulce de la muerte,
y todavía,
todavía busco vida,
hay esperanza,
no es tan difícil, no puede serlo aún.
Y es la crisis, la reforma, la sonrisa,
es la mueca que me hacés cuando te hago,
es haber lanzado solo por el mundo,
esta forma de buscarte, este llamado...
Pero no sos vos,
y ya no quiero cosas parecidas,
quiero que su verbo sea el encastre divino,
y la flor su perfume como al nardo,
y el talento de cuestiones entendidas,
y que entienda cada vez que digo algo,
que conozca cada parte de mi mismo,
y yo ella, por ahorrarme los reclamos,
que me amen de la forma que me sirva,
y que le sirva de la forma en que yo amo...
Sorpresa de Bienvenida
No le tengas miedo a mi caparazón de avena,
no me des la mano,
no prendas la luz.-
No pidas canciones de café con crema,
no soples al viento,
muy pocas palabras vienen hacia el Sur.
Quieren comprenderse, quieren deleitarse,
piden la poesía del andar y ver,
vuelan como hojas,
cielos otoñales,
vive Mar del Plata, antes, hoy y ayer...
Voy al comedor de la librería, saco un libro viejo, dejo el gamulán,
bocas que no tienen dientes de princesa,
ondas que no saben donde quedarán...
Quiero tu sonrisa, quiero tu mirada, quiero tu lectura, tu respiración.
Quiero las canciones, quiero las palabras, voy a tu promesa,
miro el corazón...
Cuando me desplumo se me va lo gallo,
no soy un completo,
medio miedo y vés,
pongo los acentos, comas a raudales,
vibro en los australes,
tiene amanecer...
Pinto de colores de una bienvenida,
fácil o suicida, rico al caminar,
ando por la noche sin la despedida,
miro en los bolsillos,
nada más
que dar.
Tengo una caricia de niño con beso,
traje un chocolate, causé sensación,
renuncié a la pasma de cargar con restos,
porque del arresto, me he zafado y voy...
Voy a las prisiones,
humo, Catamarca, quiebra el insolente, Misiones, y allá,
hago lo que quiero con cada palabra,
no es todo lo mucho,
no es tanto el quizás.
Caminemos libres, pisaremos hojas,
rotas plazas rojas nadarán con pan,
hoy que he trabajado, sin sudar he visto,
todo lo que es Cristo, cuando lo dejás.
Y me dió un abrazo, me pidió simpleza,
me dijo que esperé a que llegues vos,
porque la impaciencia causa el desacato,
lustro los zapatos, con la cara al sol...
Cambio de propuesta, Rusia está completa,
Vasili Kandinsky contra Superman,
gracias por prestarme estos diez minutos,
donde ví del brillo que hay en tu amistad...
no me des la mano,
no prendas la luz.-
No pidas canciones de café con crema,
no soples al viento,
muy pocas palabras vienen hacia el Sur.
Quieren comprenderse, quieren deleitarse,
piden la poesía del andar y ver,
vuelan como hojas,
cielos otoñales,
vive Mar del Plata, antes, hoy y ayer...
Voy al comedor de la librería, saco un libro viejo, dejo el gamulán,
bocas que no tienen dientes de princesa,
ondas que no saben donde quedarán...
Quiero tu sonrisa, quiero tu mirada, quiero tu lectura, tu respiración.
Quiero las canciones, quiero las palabras, voy a tu promesa,
miro el corazón...
Cuando me desplumo se me va lo gallo,
no soy un completo,
medio miedo y vés,
pongo los acentos, comas a raudales,
vibro en los australes,
tiene amanecer...
Pinto de colores de una bienvenida,
fácil o suicida, rico al caminar,
ando por la noche sin la despedida,
miro en los bolsillos,
nada más
que dar.
Tengo una caricia de niño con beso,
traje un chocolate, causé sensación,
renuncié a la pasma de cargar con restos,
porque del arresto, me he zafado y voy...
Voy a las prisiones,
humo, Catamarca, quiebra el insolente, Misiones, y allá,
hago lo que quiero con cada palabra,
no es todo lo mucho,
no es tanto el quizás.
Caminemos libres, pisaremos hojas,
rotas plazas rojas nadarán con pan,
hoy que he trabajado, sin sudar he visto,
todo lo que es Cristo, cuando lo dejás.
Y me dió un abrazo, me pidió simpleza,
me dijo que esperé a que llegues vos,
porque la impaciencia causa el desacato,
lustro los zapatos, con la cara al sol...
Cambio de propuesta, Rusia está completa,
Vasili Kandinsky contra Superman,
gracias por prestarme estos diez minutos,
donde ví del brillo que hay en tu amistad...
jueves, 14 de julio de 2011
Mate para la libertad - Un mat pour la liberté
Es metálico, su madera ha tomado gusto.
Sin hervirse; claro, sale el agua,
tiene garantías de calidad, tiene una calidez mórbida,
está quieto y cuando quiero, me besa, y yo a él, y él explota.
Voy a caminar de a poco, porque estoy descalzo,
llevo una infancia a su lado.
Desde la derecha, desde la izquierda,
desde dónde lo miremos.
Hubo una sintésis, en amistades formadas con él, formateadas así,
hubo largas horas de aprendizaje, otras de trabajo,
desilusiones, éxitos archivados, de jaques más o menos mates.
Se arrincona en el rincón Sur de la mesa, es un enlace,
y la palabra se vuelve densa, quizás perversa.
podría ser una más bien soleada.
Pero el negativismo de la fortaleza, me ha ganado.
¿Se entiende lo que digo,
es sólo pasajero esto que hago?
No lo sé. Quién hablará.
Todos opinan y duermen,
el vuelve a mi boca, yo a la de él.
Apuesto por una vida de significancia,
para que si es que existe tal sabiduria, me la den,
solamente para no sufrir, que es muy distante al sólo pasarla bien.
Pero él está ahí.
Y no le importa qué tenemos o tenés.
Él está ahí, hablando por la boca del burro,
diciendo lo que quiere y entonces,
él, que permanece, está ahí.
Acariciando las bestias dormidas,
sujetando la utopía de volverme adulto,
para que siempre calle.
Interseccionados.
En distintas maneras de besarlo.
Y no puedo dejar de sostener su mano,
porque si lo suelto cae.
Pero quiero guardar el secreto de su cadera boba,
de sus piernas aladas, de su imaginación, su historia,
y agradecerle a ustedes sanos contribuyentes.
Convencerme que lo he preparado para mí,
que lo he creado para mí,
(siempre con la ilusa idea de dártelo)
y devolver el ego estético,
en un extraño depósito de conformismo.
y eso.
Hoy es 14 de Julio.
Gracias Francia por todo lo que hiciste!
Aujourd'hui c'est le 14 juillet.
Merci la France par tout celui que tu as fait!
Sin hervirse; claro, sale el agua,
tiene garantías de calidad, tiene una calidez mórbida,
está quieto y cuando quiero, me besa, y yo a él, y él explota.
Voy a caminar de a poco, porque estoy descalzo,
llevo una infancia a su lado.
Desde la derecha, desde la izquierda,
desde dónde lo miremos.
Hubo una sintésis, en amistades formadas con él, formateadas así,
hubo largas horas de aprendizaje, otras de trabajo,
desilusiones, éxitos archivados, de jaques más o menos mates.
Se arrincona en el rincón Sur de la mesa, es un enlace,
y la palabra se vuelve densa, quizás perversa.
podría ser una más bien soleada.
Pero el negativismo de la fortaleza, me ha ganado.
¿Se entiende lo que digo,
es sólo pasajero esto que hago?
No lo sé. Quién hablará.
Todos opinan y duermen,
el vuelve a mi boca, yo a la de él.
Apuesto por una vida de significancia,
para que si es que existe tal sabiduria, me la den,
solamente para no sufrir, que es muy distante al sólo pasarla bien.
Pero él está ahí.
Y no le importa qué tenemos o tenés.
Él está ahí, hablando por la boca del burro,
diciendo lo que quiere y entonces,
él, que permanece, está ahí.
Acariciando las bestias dormidas,
sujetando la utopía de volverme adulto,
para que siempre calle.
Interseccionados.
En distintas maneras de besarlo.
Y no puedo dejar de sostener su mano,
porque si lo suelto cae.
Pero quiero guardar el secreto de su cadera boba,
de sus piernas aladas, de su imaginación, su historia,
y agradecerle a ustedes sanos contribuyentes.
Convencerme que lo he preparado para mí,
que lo he creado para mí,
(siempre con la ilusa idea de dártelo)
y devolver el ego estético,
en un extraño depósito de conformismo.
y eso.
Hoy es 14 de Julio.
Gracias Francia por todo lo que hiciste!
Aujourd'hui c'est le 14 juillet.
Merci la France par tout celui que tu as fait!
miércoles, 13 de julio de 2011
Sonrisa hacia la izquierda.
Te has caído dentro de los lugares en donde los permisos son la opción,
al lado mío nunca te gustó esperar, nunca quisiste alzar la mano,
quizás no era tan importante la opinión.
Te llamaba la atención mi espalda, a mi me gustaba tu cadera,
tan pretérito lo que te cuento, que un verso y otro; se guardan y se archivan,
se seleccionan, se detestan, se miran.
Al tiempo se ponen sepia como si la memoria tuviere ojos,
y estos una gelatina ámbar...
Saben todavía que al uno le falta el dos, saben claro, que es poesía,
que nada quiere escapar. Aquí, ya no tengo preguntas de verano,
ya no puedo preguntarle a la señorita.
A ella ya no le importa que yo levante la mano.
Entre sus piernas quedó mi delicada manera de leerle Dolina,
se fue bailando en una balanza perfecta, suspendida como las bailarinas de Degas,
sumergidas en mi mente, silenciadas, en tintineos.
¿Estaba enamorado?, se piensa como piensa el hombre,
no me gusta decirle tarde, prefiero decirle luego,
se asombró de oir lo dicho,
diga. ¿De verdad?
Arreciada mi costa, he puesto las maderas por sobre los postigos,
me guardo en soledad, sentado o mudo, y busco donde sabe ella,
que se ríe sutilmente hacia la izquierda,
dónde la busco a ella, por qué y ella lo sabe.
Y claro. Después de la tormenta, pondremos cable y otra lona,
daremos más apoyo a los cimientos,
y dado que la noche me convence,
es propicio, que la invite a dormir sueños.
Sin contactos. Claro.
Es una chispa de bronca la que me pegó en el ojo,
aturdiendo las más disparatadas formulaciones...
Pero ella me corrió las manos de la herida,
como quitando un envoltorio emocionada,
y me dió tanto amor de un solo golpe,
que está sano lo que ayer que sangraba en llagas...
Y el final es claro abierto como el cielo,
tiene estrellas,
sensaciones
y la luna,
ruido a olas, viento austral, rocas dispersas,
intenciones, emociones, y familias,
y si acaso, acostándote; me abrumas,
tiene plumas de zorzal,
y voz plomiza,
porque todo el mundo cambia y se me tuerce,
al fijarme que mi diestra es tu sonrisa.
De Degás
al lado mío nunca te gustó esperar, nunca quisiste alzar la mano,
quizás no era tan importante la opinión.
Te llamaba la atención mi espalda, a mi me gustaba tu cadera,
tan pretérito lo que te cuento, que un verso y otro; se guardan y se archivan,
se seleccionan, se detestan, se miran.
Al tiempo se ponen sepia como si la memoria tuviere ojos,
y estos una gelatina ámbar...
Saben todavía que al uno le falta el dos, saben claro, que es poesía,
que nada quiere escapar. Aquí, ya no tengo preguntas de verano,
ya no puedo preguntarle a la señorita.
A ella ya no le importa que yo levante la mano.
Entre sus piernas quedó mi delicada manera de leerle Dolina,
se fue bailando en una balanza perfecta, suspendida como las bailarinas de Degas,
sumergidas en mi mente, silenciadas, en tintineos.
¿Estaba enamorado?, se piensa como piensa el hombre,
no me gusta decirle tarde, prefiero decirle luego,
se asombró de oir lo dicho,
diga. ¿De verdad?
Arreciada mi costa, he puesto las maderas por sobre los postigos,
me guardo en soledad, sentado o mudo, y busco donde sabe ella,
que se ríe sutilmente hacia la izquierda,
dónde la busco a ella, por qué y ella lo sabe.
Y claro. Después de la tormenta, pondremos cable y otra lona,
daremos más apoyo a los cimientos,
y dado que la noche me convence,
es propicio, que la invite a dormir sueños.
Sin contactos. Claro.
Es una chispa de bronca la que me pegó en el ojo,
aturdiendo las más disparatadas formulaciones...
Pero ella me corrió las manos de la herida,
como quitando un envoltorio emocionada,
y me dió tanto amor de un solo golpe,
que está sano lo que ayer que sangraba en llagas...
Y el final es claro abierto como el cielo,
tiene estrellas,
sensaciones
y la luna,
ruido a olas, viento austral, rocas dispersas,
intenciones, emociones, y familias,
y si acaso, acostándote; me abrumas,
tiene plumas de zorzal,
y voz plomiza,
porque todo el mundo cambia y se me tuerce,
al fijarme que mi diestra es tu sonrisa.
De Degás
martes, 12 de julio de 2011
Mezcla
Es de mañana de nuevo, hay olor a conquistas,
es raro pensar que esto ya ha sido escrito,
me someto al descontrol, un poco, permanezco despierto,
me encuentro muy lejano de aquello que he dormido.
Me recompuse con la palabra mezcla, me sedujo la canción que generó la dicción.
Una y otra vez, repito; mezcla, de nuevo, mezcla. No puede repetirse más. Oí.
Es la piel que se contrajo buscando un dueño, una solución pasmosa,
es una mano que recorrió el todo generando el enfásis,
es una sección que no quiere permitir ser descubierta.
Es la antesala del miedo, es el amor, y después el extásis.
Desde la cama, cuando la cama es uno. Hasta la cama si es dos.
Hasta la aurora, fugitivo de todo imaginario.
Violento, descansado, sometido, descangallado.
Fluido como el tango, podrido como el queso azul,
añejado, distinguido, de etiqueta.
Y claro una mente humana,
detrás una conciencia dividida.
De repente un túnel, Sábato renegando en trámites que lo aquejan y lo alejan,
permanece la resistencia, los volúmenes altos de televisores encendidos,
y yo me estaré quedando sordo creo, porque no te escucho,
vos me hablás y me hablás, movés la boca cerca mío,
y yo,
yo no te escucho.
Pero no te sientas mal,
no es mala conducta,
es una forma de combatir al mundo.
Yo no te escucho.
Exploto desde acá, combato desde acá,
las explosiones que nacen en mi corazón,
cuando Dios golpea el metal de estas teclas,
cuando decide crear esto que se crea adentro mío,
y largarlo así, parirlo así. Visceral.
Con sangre, con sudor, con lágrimas.
Conquistador.
Soberbio.
Altivo.
Para morir. Sale a morir.
Porque para permanecer hay que morir.
Una dignidad que ni apenas conocés,
porque tu construcción es siempre la de caer bien.
Y de esa manera genuflexa, nadie es martir,
ningún potencial se libera.
Lo viejo debe morir. Nacer lo nuevo.
Así darle paso y curso a la mañana.
Asumir que uno lo único que quiere es la poesía,
y desear que no se entienda a simple vista,
sino que al repetir,
como la palabra; mezcla,
vaya apareciendo escurridiza la consigna.
No mejorará jamás aquello que no ha empeorado.
...
"La vida de los hombres se centraba en valores espirituales hoy casi en desuso, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la diversidad. Estos grandes valores espirituales, como la honestidad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, el respeto por los demás, no eran algo excepcional, se los hallaba en la mayoría de las personas." Ernesto Sábato - La Resistencia.
Paul Signac - Saint-Tropez
es raro pensar que esto ya ha sido escrito,
me someto al descontrol, un poco, permanezco despierto,
me encuentro muy lejano de aquello que he dormido.
Me recompuse con la palabra mezcla, me sedujo la canción que generó la dicción.
Una y otra vez, repito; mezcla, de nuevo, mezcla. No puede repetirse más. Oí.
Es la piel que se contrajo buscando un dueño, una solución pasmosa,
es una mano que recorrió el todo generando el enfásis,
es una sección que no quiere permitir ser descubierta.
Es la antesala del miedo, es el amor, y después el extásis.
Desde la cama, cuando la cama es uno. Hasta la cama si es dos.
Hasta la aurora, fugitivo de todo imaginario.
Violento, descansado, sometido, descangallado.
Fluido como el tango, podrido como el queso azul,
añejado, distinguido, de etiqueta.
Y claro una mente humana,
detrás una conciencia dividida.
De repente un túnel, Sábato renegando en trámites que lo aquejan y lo alejan,
permanece la resistencia, los volúmenes altos de televisores encendidos,
y yo me estaré quedando sordo creo, porque no te escucho,
vos me hablás y me hablás, movés la boca cerca mío,
y yo,
yo no te escucho.
Pero no te sientas mal,
no es mala conducta,
es una forma de combatir al mundo.
Yo no te escucho.
Exploto desde acá, combato desde acá,
las explosiones que nacen en mi corazón,
cuando Dios golpea el metal de estas teclas,
cuando decide crear esto que se crea adentro mío,
y largarlo así, parirlo así. Visceral.
Con sangre, con sudor, con lágrimas.
Conquistador.
Soberbio.
Altivo.
Para morir. Sale a morir.
Porque para permanecer hay que morir.
Una dignidad que ni apenas conocés,
porque tu construcción es siempre la de caer bien.
Y de esa manera genuflexa, nadie es martir,
ningún potencial se libera.
Lo viejo debe morir. Nacer lo nuevo.
Así darle paso y curso a la mañana.
Asumir que uno lo único que quiere es la poesía,
y desear que no se entienda a simple vista,
sino que al repetir,
como la palabra; mezcla,
vaya apareciendo escurridiza la consigna.
No mejorará jamás aquello que no ha empeorado.
...
"La vida de los hombres se centraba en valores espirituales hoy casi en desuso, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la diversidad. Estos grandes valores espirituales, como la honestidad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, el respeto por los demás, no eran algo excepcional, se los hallaba en la mayoría de las personas." Ernesto Sábato - La Resistencia.
Paul Signac - Saint-Tropez
Los Ases del Carnaval
Te la hago corta, chiflame, traje en mano, manga corta, esperando el colectivo,
es sábado, o mejor dicho madrugada, fin del corso, estrellas del firmamento, nacidas para el domingo,
tengo el tiempo, voy de viaje, por la aureola que destrababa tu luna de febrero,
me quedé guardado, sin equivocarme, en esto de la murga, realmente yo vi al murguero...
Estaba escondido entre abrazos fugaces, que fueron alimento para el corazón herido,
canciones de carcajadas, versos alegres, noches de desaparecidos, y muchas y no una, mañanas tristes,
pero conozco las mañas, y tengo tinta todavía, en mis cartuchos,
no soy todo lo que hablo, aún escribo, pienso en vos, y no te escucho.
Late el bombo que mi glándula murguera sigue viva, tengo sangre en la memoria,
tengo lluvia, tengo calle, y fui una esquina.
Pero me quise contar el cuento que llegó después.
Y todo eso, con su gloria y con su magia, fue a la ruina...
Soy responsable de las canciones satelitales, y nunca de la voz de caramelo,
soy aquel que puso la mano sobre los naipes, y dibujo una bandera para todos,
y sé murga, quizá mucho, quizá poco.
Será momento de despedirte mi querida,
salar redonda ésta eterna herida, y no irme sin decirte que,
en tus platos, bronce vil que sangró al dedo,
y en tu pulso, mal canción acompañada y a lo bestia,
hice historia en algún lugar de la memoria,
y ahora, que todos los celulares se quedaron en silencio,
me iré para extrañarte, colgado, en la hazaña oscura de,
sentirme dueño, de tu letra, de tu voz y tu estandarte...
Y nunca pudo ser en otro lado, pronto llegará otro febrero estival,
y probablemente, en la escuela, la memoria de alguno traerá a un Guille,
que seguramente sabe, ¿De qué se tratan Los Ases del Carnaval...?
es sábado, o mejor dicho madrugada, fin del corso, estrellas del firmamento, nacidas para el domingo,
tengo el tiempo, voy de viaje, por la aureola que destrababa tu luna de febrero,
me quedé guardado, sin equivocarme, en esto de la murga, realmente yo vi al murguero...
Estaba escondido entre abrazos fugaces, que fueron alimento para el corazón herido,
canciones de carcajadas, versos alegres, noches de desaparecidos, y muchas y no una, mañanas tristes,
pero conozco las mañas, y tengo tinta todavía, en mis cartuchos,
no soy todo lo que hablo, aún escribo, pienso en vos, y no te escucho.
Late el bombo que mi glándula murguera sigue viva, tengo sangre en la memoria,
tengo lluvia, tengo calle, y fui una esquina.
Pero me quise contar el cuento que llegó después.
Y todo eso, con su gloria y con su magia, fue a la ruina...
Soy responsable de las canciones satelitales, y nunca de la voz de caramelo,
soy aquel que puso la mano sobre los naipes, y dibujo una bandera para todos,
y sé murga, quizá mucho, quizá poco.
Será momento de despedirte mi querida,
salar redonda ésta eterna herida, y no irme sin decirte que,
en tus platos, bronce vil que sangró al dedo,
y en tu pulso, mal canción acompañada y a lo bestia,
hice historia en algún lugar de la memoria,
y ahora, que todos los celulares se quedaron en silencio,
me iré para extrañarte, colgado, en la hazaña oscura de,
sentirme dueño, de tu letra, de tu voz y tu estandarte...
Y nunca pudo ser en otro lado, pronto llegará otro febrero estival,
y probablemente, en la escuela, la memoria de alguno traerá a un Guille,
que seguramente sabe, ¿De qué se tratan Los Ases del Carnaval...?
Terceras veces II (Trilogía de la tragedia)
Podría despertarme y pedirle agua a la agonía de la sed que es tuya,
queriendo, por ejemplo que emergas de por entre donde no veo,
para que ver, se aproxime a los milagros, por tanto, los milagros,
que existen, vienen a confirmar esta mañana que yo creo.
Pero en qué creo, en las manos tibias, en las espaldas sudorosas,
en el amor combinado como obsequio de un pasado que nos vino,
a entre otras cosas, confirmar que no hay pucho que el destino no se fume,
que lo que debe ser será, como si no pudiesemos eludir lo designado.
Quiero contarte por ejemplo, que esto no es un soneto, ni una cuarteta,
ni apenas un decálogo de buenos días con besos para vos, para el café,
[mal que me pese me cuesta asumir que no te podés despertar conmigo...]
con la experiencia sútil de quien no vuelca una gota de agua demás,
porque no le falta nada, pero en Dios, no derrochar.
Porque volcás la mano suave hacia la dirección, porque doy vueltas sobre tus manos,
como si estuviese superando un monte claro, cortado por ríos serpenteantes,
[¿vos viste detenerse a un cóndor por los aires, para elegir el objetivo...?]
de un valle que la mano de Dios habrá pintado como nuevo,
para confirmarte, que hasta donde se ha perdido todo, igual yo creo.
Para ayudarte, no a alivianarte las cargas, porque no seré mientras me toque buey de nadie,
sí, con las maletas que el olvidarnos deje en formas de palabras que lastimen, como sentidos,
parecidos a emociones, tan parecido es. Tan parecido.
Que creer es un delito de ambición, cuando uno no ha certificado aún que se ha vivido.
Entonces, tu mano, se vuelve a posar, y la noche y la mañana siguiente se ha vuelto prosa,
el invierno, con el infierno inclusivo de las almas, se ha vuelto una magnífica y fantástica primavera.
Posada así suave y tierna, y sin nervios, y sin problemas, y sin calumnias, sin verso,
como el aura celestial que me invadía, mientras todo lo que sé se ha tornado en mariposas.
Llegá justo el día que tengas que matarme todos los pájaros, no tardes,
porque la muerte va a invadir el valle, tarde o temprano. Ese día no te tardes.
Porque voy a seguir creyendo hasta la última gota de lluvia, hasta la última nube,
porque en tus manos de luna, y en tus ojos, y en la boca,
[aunque bien podría haber elegido otro barrio*]
Hasta en las amígdalas tengo ganas de verte, hasta en los juglares del tiempo,
hasta en el paravalancha, hasta en la biblioteca, hasta en el camino,
hasta en la playa, hasta en las estructuras, que no quiero intervenir, ni ser dominio,
hasta en los estertores, llegá temprano, no tardes, porque no he venido a vender nada que no tengo,
porque todo y nada en este sinfín de volver a creer me da lo mismo...
Porque no te quiero ver con cara de punto final, pero hasta el más grande Sabina,
teme a las balas de juguete que nos matan, y puede congelarse en los puntos suspensivos,
porque encontré en tu cintura el canal que me hizo escribir todo esto,
pero no demores, sos fantástica. Porque mientras vos tardas, yo todavía te creo.
Y si uno cree y espera.
Suceda lo que suceda,
Dios nos va a confirmar,
que no sólo es que exista,
o no exista mi problema,
sino que cumpla con acción,
el verbo ingrato, y todavía no me bañé,
ni saqué el fato,
que supone trasquilarme después tuyo,
cuando ni toda la cabeza te alcanza,
para entender que estuve siempre,
tan sencillo como un vidrio,
que transparente y por delante no vistes.
Y claro. Mucho menos que Dios, pero que estuvo.
Quiero dormir para que tu voz me confirme que existo la mañana siguiente.
Me partiste la cabeza. Así nomás. Toda rota.
Toda.
Terceras veces.
Agosto agotado 2010
queriendo, por ejemplo que emergas de por entre donde no veo,
para que ver, se aproxime a los milagros, por tanto, los milagros,
que existen, vienen a confirmar esta mañana que yo creo.
Pero en qué creo, en las manos tibias, en las espaldas sudorosas,
en el amor combinado como obsequio de un pasado que nos vino,
a entre otras cosas, confirmar que no hay pucho que el destino no se fume,
que lo que debe ser será, como si no pudiesemos eludir lo designado.
Quiero contarte por ejemplo, que esto no es un soneto, ni una cuarteta,
ni apenas un decálogo de buenos días con besos para vos, para el café,
[mal que me pese me cuesta asumir que no te podés despertar conmigo...]
con la experiencia sútil de quien no vuelca una gota de agua demás,
porque no le falta nada, pero en Dios, no derrochar.
Porque volcás la mano suave hacia la dirección, porque doy vueltas sobre tus manos,
como si estuviese superando un monte claro, cortado por ríos serpenteantes,
[¿vos viste detenerse a un cóndor por los aires, para elegir el objetivo...?]
de un valle que la mano de Dios habrá pintado como nuevo,
para confirmarte, que hasta donde se ha perdido todo, igual yo creo.
Para ayudarte, no a alivianarte las cargas, porque no seré mientras me toque buey de nadie,
sí, con las maletas que el olvidarnos deje en formas de palabras que lastimen, como sentidos,
parecidos a emociones, tan parecido es. Tan parecido.
Que creer es un delito de ambición, cuando uno no ha certificado aún que se ha vivido.
Entonces, tu mano, se vuelve a posar, y la noche y la mañana siguiente se ha vuelto prosa,
el invierno, con el infierno inclusivo de las almas, se ha vuelto una magnífica y fantástica primavera.
Posada así suave y tierna, y sin nervios, y sin problemas, y sin calumnias, sin verso,
como el aura celestial que me invadía, mientras todo lo que sé se ha tornado en mariposas.
Llegá justo el día que tengas que matarme todos los pájaros, no tardes,
porque la muerte va a invadir el valle, tarde o temprano. Ese día no te tardes.
Porque voy a seguir creyendo hasta la última gota de lluvia, hasta la última nube,
porque en tus manos de luna, y en tus ojos, y en la boca,
[aunque bien podría haber elegido otro barrio*]
Hasta en las amígdalas tengo ganas de verte, hasta en los juglares del tiempo,
hasta en el paravalancha, hasta en la biblioteca, hasta en el camino,
hasta en la playa, hasta en las estructuras, que no quiero intervenir, ni ser dominio,
hasta en los estertores, llegá temprano, no tardes, porque no he venido a vender nada que no tengo,
porque todo y nada en este sinfín de volver a creer me da lo mismo...
Porque no te quiero ver con cara de punto final, pero hasta el más grande Sabina,
teme a las balas de juguete que nos matan, y puede congelarse en los puntos suspensivos,
porque encontré en tu cintura el canal que me hizo escribir todo esto,
pero no demores, sos fantástica. Porque mientras vos tardas, yo todavía te creo.
Y si uno cree y espera.
Suceda lo que suceda,
Dios nos va a confirmar,
que no sólo es que exista,
o no exista mi problema,
sino que cumpla con acción,
el verbo ingrato, y todavía no me bañé,
ni saqué el fato,
que supone trasquilarme después tuyo,
cuando ni toda la cabeza te alcanza,
para entender que estuve siempre,
tan sencillo como un vidrio,
que transparente y por delante no vistes.
Y claro. Mucho menos que Dios, pero que estuvo.
Quiero dormir para que tu voz me confirme que existo la mañana siguiente.
Me partiste la cabeza. Así nomás. Toda rota.
Toda.
Terceras veces.
Agosto agotado 2010
Terceras veces (Trilogía de la tragedia)
Tememe porque el corazón, cuando se nos cae del pecho, carece de los que nos recorran,
está la acción, pensando qué hacer. Hay un amigo dispuesto a sostenernos,
porque mañana encontraremos más actividad, y en cuanto a la actividad seremos bestias.
No insistas, no porque lo haya dicho el I Ching, no porque creamos en un libro que nos diluya,
no porque nos solucione las cuestiones de las que venimos en fé a conversarnos, por eso.
No importa si te comés un garrón. Hay una palma de mi mano, que el napalm no elimina,
es más violento que aquella tierra de violencia, prometida.
Resulta que de los golpes, desde la niñez, desde la inconciencia, desde las obstrucciones,
desde donde venimos a contemplar este acantilado por donde la imaginación,
por donde las calles de la primera vez, de la primera cita, devolver a conocernos,
me hizo temblar. Timbrando. Con la sensación del aullido permanente. En revoluciones.
Las marchas no funcionan, mi concepción del color, sin que sea evidente retornamos a la sombra,
hoy de domingo, en gotas finas y cortantes, y penetrados a las cuestiones de las que no se hablan,
dónde...? Dios...? Dónde.
Dó quedó desde fa hasta la última nota de notas de escalas, en nuevas luces,
entre otras cosas desde la mano hasta el codo, desde el codo hasta el hombro, ahí se colma.
Espero con la quietud del cemento, con la resistencia del concreto que gris aniquila lo quiero,
no salen flores de las paredes, por más grandes y lindas que sean las arquitecturas del microcentro,
no obstante, bebí rocío, de pístilos que si encontré por los etcéteras de tu cuerpo.
Blanco. Con algunas marcas, no es de piedra ni madera, donde el espíritu santo hizo su templo.
Miro frugal el acero, observo el brillo generado por la luz mortecina, por la interrupción.
Quieren tocar nuevamente mis manos su percusión, y darte como respuesta golpes de parches,
en cuero sin sentir que las manos sangran, descamisado, desperezado. Contento.
Quiero despertarme. Pero no porque me mantenga dormida esta semana, ni este año. Ni tus segundos.
Es tarde, las horas se van perdiendo vanas, la vacuidad de las manecillas se filtran.
En el ambiente, como si fueses de oxígeno, empiezo nuevamente a respirarte. Vuelvo a verte.
Y entonces, los miedos que tenías comienzan a disiparse, mi mirada a aparecerse,
porque volveré a la tierra de donde mis cenizas fueron fénix.
[Matar canallas con su cañón de futuro...? Quién podrá superarte...?]
Bueno... Bueno.
También tendré que hablar de Benjamín, de que la vida se hizo más vida.
Porque nos están dando buenos motivos para vivirla. Porque los simpáticos padres.
Porque los hijos que vienen, los tuyos, los míos, los de ellos, entenderán tarde todo esto.
La lectura llegará con lápices de mina carbónica, esperando resolver con manos libres,
las canciones que los padres no pudimos, ni supimos, escribirles.
Porque un día nos perdimos. Sin morirnos. Hacía la terraza.
Con el bombín a cuestas como piedras.
Para descansarnos en lechos de mar, de arena, para sorprendernos una noche,
mirando tibiamente las luces estelares de las sierras.
Quién pudiese corazón, sorprenderte con el mundo entre las manos,
páramos, dunas, desiertos enteros de soledad para todos. Desiertos habitados,
porque la gente nos habita sin transgredirnos, porque estamos vivos, entonces,
ni la poesía, ni la gloria, ni este ciclo, se ha confirmado como vocación, en subversivos.
Terceras veces.
Agosto agotado del 2010
está la acción, pensando qué hacer. Hay un amigo dispuesto a sostenernos,
porque mañana encontraremos más actividad, y en cuanto a la actividad seremos bestias.
No insistas, no porque lo haya dicho el I Ching, no porque creamos en un libro que nos diluya,
no porque nos solucione las cuestiones de las que venimos en fé a conversarnos, por eso.
No importa si te comés un garrón. Hay una palma de mi mano, que el napalm no elimina,
es más violento que aquella tierra de violencia, prometida.
Resulta que de los golpes, desde la niñez, desde la inconciencia, desde las obstrucciones,
desde donde venimos a contemplar este acantilado por donde la imaginación,
por donde las calles de la primera vez, de la primera cita, devolver a conocernos,
me hizo temblar. Timbrando. Con la sensación del aullido permanente. En revoluciones.
Las marchas no funcionan, mi concepción del color, sin que sea evidente retornamos a la sombra,
hoy de domingo, en gotas finas y cortantes, y penetrados a las cuestiones de las que no se hablan,
dónde...? Dios...? Dónde.
Dó quedó desde fa hasta la última nota de notas de escalas, en nuevas luces,
entre otras cosas desde la mano hasta el codo, desde el codo hasta el hombro, ahí se colma.
Espero con la quietud del cemento, con la resistencia del concreto que gris aniquila lo quiero,
no salen flores de las paredes, por más grandes y lindas que sean las arquitecturas del microcentro,
no obstante, bebí rocío, de pístilos que si encontré por los etcéteras de tu cuerpo.
Blanco. Con algunas marcas, no es de piedra ni madera, donde el espíritu santo hizo su templo.
Miro frugal el acero, observo el brillo generado por la luz mortecina, por la interrupción.
Quieren tocar nuevamente mis manos su percusión, y darte como respuesta golpes de parches,
en cuero sin sentir que las manos sangran, descamisado, desperezado. Contento.
Quiero despertarme. Pero no porque me mantenga dormida esta semana, ni este año. Ni tus segundos.
Es tarde, las horas se van perdiendo vanas, la vacuidad de las manecillas se filtran.
En el ambiente, como si fueses de oxígeno, empiezo nuevamente a respirarte. Vuelvo a verte.
Y entonces, los miedos que tenías comienzan a disiparse, mi mirada a aparecerse,
porque volveré a la tierra de donde mis cenizas fueron fénix.
[Matar canallas con su cañón de futuro...? Quién podrá superarte...?]
Bueno... Bueno.
También tendré que hablar de Benjamín, de que la vida se hizo más vida.
Porque nos están dando buenos motivos para vivirla. Porque los simpáticos padres.
Porque los hijos que vienen, los tuyos, los míos, los de ellos, entenderán tarde todo esto.
La lectura llegará con lápices de mina carbónica, esperando resolver con manos libres,
las canciones que los padres no pudimos, ni supimos, escribirles.
Porque un día nos perdimos. Sin morirnos. Hacía la terraza.
Con el bombín a cuestas como piedras.
Para descansarnos en lechos de mar, de arena, para sorprendernos una noche,
mirando tibiamente las luces estelares de las sierras.
Quién pudiese corazón, sorprenderte con el mundo entre las manos,
páramos, dunas, desiertos enteros de soledad para todos. Desiertos habitados,
porque la gente nos habita sin transgredirnos, porque estamos vivos, entonces,
ni la poesía, ni la gloria, ni este ciclo, se ha confirmado como vocación, en subversivos.
Terceras veces.
Agosto agotado del 2010
Mañana de armarse un tango
Pará, que fumarse uno te va a sacar el aliento,
me mezclaste el sentimiento, con tanadas cosas tuyas,
y una luna me chamuya, ya no importa que te llame,
es tarde para que largues, se esconde el abatimiento,
me estrangulo el copamiento, me dejo lona y basura...
Tengo tiempo, tengo vida, tengo todo y vale otro,
me curto porque soporto, no tolero y es lo mismo,
voy a pegarme el abismo, ahí me quedaré quieto,
loco y mío, solo y paria, aturdiendo como siempre,
he pasado mil inviernos, ya pronto vendrá setiembre...
Y siempre que me rescata, la piña viene de arriba,
asumo la porquería, voy a pedirte perdón,
no me rompe el corazón, el cuore lo tengo sano,
es zurdo como el gran diego, pero no juega de mano...
Y absurdo el haber creído, que tengo costado bueno,
nunca tuve mucho freno, soy como un bondi a retraso,
me comí diez mil porrazos, otros tantos me fumé,
tu cintura acaricié, sin dejar marcas ni huellas,
me perdiste en las estrellas, y una se vino a caer...
Asique si hay un después, o un llamado, o un mensaje,
es ligero mi equipaje, lo tengo en mi corazón,
poesía que me enseñó, a vivir la vida al mango,
pero se me sale un tango, y en eso te tengo a vos...
Acorrala tu memoria la milonga mal nacida,
siempre fueron más perdidas que las dichas, las ganadas,
yo no marco a las patadas, me gusta el juego elegante,
soy un vicioso de antes, con códigos al sentir,
y si te ayudo a venir, escuchá que ya termina,
te abrazo con esta rima, tu hombro volvió a ser mío,
ya pronto volverá el frío, y en eso me tengo yo...
me mezclaste el sentimiento, con tanadas cosas tuyas,
y una luna me chamuya, ya no importa que te llame,
es tarde para que largues, se esconde el abatimiento,
me estrangulo el copamiento, me dejo lona y basura...
Tengo tiempo, tengo vida, tengo todo y vale otro,
me curto porque soporto, no tolero y es lo mismo,
voy a pegarme el abismo, ahí me quedaré quieto,
loco y mío, solo y paria, aturdiendo como siempre,
he pasado mil inviernos, ya pronto vendrá setiembre...
Y siempre que me rescata, la piña viene de arriba,
asumo la porquería, voy a pedirte perdón,
no me rompe el corazón, el cuore lo tengo sano,
es zurdo como el gran diego, pero no juega de mano...
Y absurdo el haber creído, que tengo costado bueno,
nunca tuve mucho freno, soy como un bondi a retraso,
me comí diez mil porrazos, otros tantos me fumé,
tu cintura acaricié, sin dejar marcas ni huellas,
me perdiste en las estrellas, y una se vino a caer...
Asique si hay un después, o un llamado, o un mensaje,
es ligero mi equipaje, lo tengo en mi corazón,
poesía que me enseñó, a vivir la vida al mango,
pero se me sale un tango, y en eso te tengo a vos...
Acorrala tu memoria la milonga mal nacida,
siempre fueron más perdidas que las dichas, las ganadas,
yo no marco a las patadas, me gusta el juego elegante,
soy un vicioso de antes, con códigos al sentir,
y si te ayudo a venir, escuchá que ya termina,
te abrazo con esta rima, tu hombro volvió a ser mío,
ya pronto volverá el frío, y en eso me tengo yo...
lunes, 11 de julio de 2011
Fundación _todoloquetengoo_
Prefiero no llegar tocando tu piel, ni ahora, al menos un cuarto de besos,
prefiero no querer explicar por qué hago así, o asá, dejarte en la duda,
irme, solamente, desmaterializarme.
Mi personalidad. Mi adentro. Mi escudo. Mi todo.
Mi yo. Y entonces, el resultado salpica rasguños, uñas clavadas entre mi corazón y mi conciencia,
quiero irme de acá.
Quiero cambiar de estado. Quiero cambiar de vida.
Quiero cambiar de dolor. Quiero cambiar de heridas.
Me gustaría dolerme de las cosas que te duelen,
y las carencias mías dejarlas secar al sol.
Quiero que me mate tu boca, quiero romper mi dolor.
Vengadores de descensos en amor, leñadores de rama caída,
suspenso en las nubes, solamente sueños.
Palabras comunes,
predicas.
Tibiezas que de la poesía llamará al mundo,
para que en Holanda se discuta la vaquería, que Heidelberg,
que aquí o que allá.
Silencios.
Que lindo es este nuevo blog. Voy a cuidarlo a fin de no perderlo.
Hoy me traje una adolescencia, a algunas canciones que sin ella parecieran mudas,
y entonces, tengo unos cuantos motivos para caminar derecho,
porque yendo al motivo inicial, siempre me convocan,
los honores de haberme pasado de mudo, a mucho, por los hechos.
Pregonando mi nuevo lugar en el mundo,
porque simplemente es la poesía,
porque simplemente,
es todo lo que tengo.
Por eso cree lo que cree, por eso creo.
prefiero no querer explicar por qué hago así, o asá, dejarte en la duda,
irme, solamente, desmaterializarme.
Mi personalidad. Mi adentro. Mi escudo. Mi todo.
Mi yo. Y entonces, el resultado salpica rasguños, uñas clavadas entre mi corazón y mi conciencia,
quiero irme de acá.
Quiero cambiar de estado. Quiero cambiar de vida.
Quiero cambiar de dolor. Quiero cambiar de heridas.
Me gustaría dolerme de las cosas que te duelen,
y las carencias mías dejarlas secar al sol.
Quiero que me mate tu boca, quiero romper mi dolor.
Vengadores de descensos en amor, leñadores de rama caída,
suspenso en las nubes, solamente sueños.
Palabras comunes,
predicas.
Tibiezas que de la poesía llamará al mundo,
para que en Holanda se discuta la vaquería, que Heidelberg,
que aquí o que allá.
Silencios.
Que lindo es este nuevo blog. Voy a cuidarlo a fin de no perderlo.
Hoy me traje una adolescencia, a algunas canciones que sin ella parecieran mudas,
y entonces, tengo unos cuantos motivos para caminar derecho,
porque yendo al motivo inicial, siempre me convocan,
los honores de haberme pasado de mudo, a mucho, por los hechos.
Pregonando mi nuevo lugar en el mundo,
porque simplemente es la poesía,
porque simplemente,
es todo lo que tengo.
Por eso cree lo que cree, por eso creo.
Sin Título 0005
Estaba este mediodía, mirando la pantallita,
haciendo tantas cositas, me perdí quince minutos,
con algo que yo disfruto, tanto y mucho, la poesía...
Me acordé del gran Darío, perdido lagarto verde,
me acordé y si no se pierde la palabra por el tiempo,
significa que el invierno, por más que venga y aceche,
no me va arruinar la leche, ni de un lado ni del otro.
Me sigo sintiendo el hombro, del mundo que traigo encima,
vengo a buscar una rima, la traigo aquí en la mirada,
mientras no supimos nada, anduvimos cuesta arriba...
Me mentís porque es tu forma de pasarme de costado,
me mentís porque el carajo, te parece un gran disgusto,
y es muy poco tanto insulto, para un grande descarado.
Vengo y voy con algodón porque anduve en la tiniebla,
mi pasado se lamenta del tiempo que está perdido,
pero supe que al caido se le puede dar la mano,
perdonar, es levantarlo, y reponerle la vida,
por eso es que en la poesía, me acuerdo del gran Darío,
ese loco amigo mío, que junto a José Martí,
tienen letras para mí, atesorando la aurora,
y a veces el mundo canta, cuando por dentro se llora...
Fumate la bendición...
Que te va a pegar re piola!
haciendo tantas cositas, me perdí quince minutos,
con algo que yo disfruto, tanto y mucho, la poesía...
Me acordé del gran Darío, perdido lagarto verde,
me acordé y si no se pierde la palabra por el tiempo,
significa que el invierno, por más que venga y aceche,
no me va arruinar la leche, ni de un lado ni del otro.
Me sigo sintiendo el hombro, del mundo que traigo encima,
vengo a buscar una rima, la traigo aquí en la mirada,
mientras no supimos nada, anduvimos cuesta arriba...
Me mentís porque es tu forma de pasarme de costado,
me mentís porque el carajo, te parece un gran disgusto,
y es muy poco tanto insulto, para un grande descarado.
Vengo y voy con algodón porque anduve en la tiniebla,
mi pasado se lamenta del tiempo que está perdido,
pero supe que al caido se le puede dar la mano,
perdonar, es levantarlo, y reponerle la vida,
por eso es que en la poesía, me acuerdo del gran Darío,
ese loco amigo mío, que junto a José Martí,
tienen letras para mí, atesorando la aurora,
y a veces el mundo canta, cuando por dentro se llora...
Fumate la bendición...
Que te va a pegar re piola!
Entonces qué...?
Grito sordo, de repente rompen filas, miro entre aturdido y violento, entre la noche y el día,
estoy amparado por la fugacidad de las cosas que pienso mientras llevo a un hijo al colegio,
entre las mañanas con olor a mar, con oraciones de palabras y palabras muy pesadas,
que nacieron de mi pecho, que no sé de dónde vienen y no sé a dónde se van...
Me atraviesa la cultura, y sobreviene el desánimo, quién mira entonces que de verdad funciona,
quién pone la mano sobre su propia viga, y por qué me someto a cosquillear con mi paja,
quitá tus manos sucias de mi ojo. No me obligues a llamar a mi amigo.
Soy de la época de la idea rota, del pensamiento pobre, de la conducta resistente,
del insulto flaco, de la prostitución débil, he llegado arrastrando, aún no me paré.
Aún miro el globo desde el piso, aún miro a los de mi condición mentirse, observarse por sobre los hombros...
Y claro, si no tuvieran los hombros por los cuales sobre mirarse, realmente estarían a otra altura,
pero a quién le importa la nieve en este otoño, a quién le dará igual, vencer otra locura.
No todo es del demonio, no todo lo es. Hay cosas, muchas cosas, que son tuyas.
De lo malo, en los pórticos sellados, no quedó filtro posible a esa pared, festejé desde temprano conocerla,
hoy he escrito todo esto, y también pensé en usted. Voy, porque Whitman se asustó cuando aún hierve la tetera.
No soy de su costumbre, nos ignoramos, cuestiones del idioma, diferencias de tamaños, no renunciaré,
tampoco me interesa tener su billetera.
Compre tickets de primera fila para el teatro, y eso me demostrará que lo que necesita es mostrarse y no ver,
compre un auto, y eso me hará ver que se pierde de más de un alma que camina errante, perdida,
he visto en la simpleza del niño la riqueza de la tierra, sé lo que no tuve, sé que soy un poco más de otro planeta.
Qué buena resulta la elevación cultural, qué distinguido te vuelve, que soberbia, cuánto momento de dedo meñique,
cuánta solución de implacable purpurina. Todo verso. Casi todo, pero todo, todo es verso.
Me quedo con tu caricia de mano débil, de madre rota, con tu abrazo vencido gimiendo el "no puedo más",
con tu insulto, con tu carga, con tu odio, con tu reacción, con tu insolencia, damelas a mí. Dame cada cosa.
Y yo las llevaré por tí. Yo sí quiero que me duela porque doy, parece muchas veces que a vos no.
Vos tenés cuatro pesos con setenta y sos Monroe. Vos valés un numero sin letras y sos Trump.
Vos creés que Dios tiene reservados asientos sector VIP, vos sentís que sos, y no te ves ni vos.
Vos no soñás un sueño propio, estás condenado a vivir de la visión ajena.
Vos no te hacés cargo de nada, te veo como a una rata, ausentes, palabras rehmas...
estoy amparado por la fugacidad de las cosas que pienso mientras llevo a un hijo al colegio,
entre las mañanas con olor a mar, con oraciones de palabras y palabras muy pesadas,
que nacieron de mi pecho, que no sé de dónde vienen y no sé a dónde se van...
Me atraviesa la cultura, y sobreviene el desánimo, quién mira entonces que de verdad funciona,
quién pone la mano sobre su propia viga, y por qué me someto a cosquillear con mi paja,
quitá tus manos sucias de mi ojo. No me obligues a llamar a mi amigo.
Soy de la época de la idea rota, del pensamiento pobre, de la conducta resistente,
del insulto flaco, de la prostitución débil, he llegado arrastrando, aún no me paré.
Aún miro el globo desde el piso, aún miro a los de mi condición mentirse, observarse por sobre los hombros...
Y claro, si no tuvieran los hombros por los cuales sobre mirarse, realmente estarían a otra altura,
pero a quién le importa la nieve en este otoño, a quién le dará igual, vencer otra locura.
No todo es del demonio, no todo lo es. Hay cosas, muchas cosas, que son tuyas.
De lo malo, en los pórticos sellados, no quedó filtro posible a esa pared, festejé desde temprano conocerla,
hoy he escrito todo esto, y también pensé en usted. Voy, porque Whitman se asustó cuando aún hierve la tetera.
No soy de su costumbre, nos ignoramos, cuestiones del idioma, diferencias de tamaños, no renunciaré,
tampoco me interesa tener su billetera.
Compre tickets de primera fila para el teatro, y eso me demostrará que lo que necesita es mostrarse y no ver,
compre un auto, y eso me hará ver que se pierde de más de un alma que camina errante, perdida,
he visto en la simpleza del niño la riqueza de la tierra, sé lo que no tuve, sé que soy un poco más de otro planeta.
Qué buena resulta la elevación cultural, qué distinguido te vuelve, que soberbia, cuánto momento de dedo meñique,
cuánta solución de implacable purpurina. Todo verso. Casi todo, pero todo, todo es verso.
Me quedo con tu caricia de mano débil, de madre rota, con tu abrazo vencido gimiendo el "no puedo más",
con tu insulto, con tu carga, con tu odio, con tu reacción, con tu insolencia, damelas a mí. Dame cada cosa.
Y yo las llevaré por tí. Yo sí quiero que me duela porque doy, parece muchas veces que a vos no.
Vos tenés cuatro pesos con setenta y sos Monroe. Vos valés un numero sin letras y sos Trump.
Vos creés que Dios tiene reservados asientos sector VIP, vos sentís que sos, y no te ves ni vos.
Vos no soñás un sueño propio, estás condenado a vivir de la visión ajena.
Vos no te hacés cargo de nada, te veo como a una rata, ausentes, palabras rehmas...
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