Canción para la preocupación de la Señora de Clase alta y su nube de pedo.
Porque es necesario a veces escribir en un idioma que todos entendamos.
Es la gran paliza, es el golpe dividido, es la canción.
Estoy escribiendo señora, no me interesa que a cada segundo,
se desplome un poco más mi potencial.
Si total, señora, como no hay para comer, el potencial,
es todo lo que me dice que puedo tener y no tengo,
y mientras Usted me habla por la tele, el presente, es todo negro.
Y no la crítico sabe, usted tiene sus por qué nosotros no tenemos como.
Acá nadie come. Acá ninguno comió. Y sabe.
Son chicos los que me duelen a veces.
Porque uno es grande, sabe lo que es la Fé,
y eso lo pone fuerte, su Cristo es Potencial,
a los nosotros los pobres, el Maestro nos fortalece.
Y sabe señora, me molesta que piense que está usted haciendo algo,
me es ingrato a los ojos mostrarme mi izquierda y derecha,
sin relación aparente la una de la otra. Existentes.
Es asqueroso y me duele, señora, uno tiene sueños, y esto lo desploma.
Pero está la intención, ¿Y usted cree que nos vamos a quedar quietos?.
Sabe señora, tengo que darle una noticia importante,
porque no es solamente nuestra condición de pobreza lo que desconoce.
(Porque que la sepa, no significa que la conozca,
cuántos saben de Dios y cuántos le conocen? Usted lo dice siempre.)
Lo que pasa, señora, es que los humildes,
hicimos un hallazgo, aprendimos a pensar sin comer.
Qué cómo hicimos? Qué por qué?
Y es fácil señora, usted se fue tan para arriba,
que todo este abajo se nos empezó a mover.
Y algunos que antes comían, hoy tienen hambre y no sed, y usted...
Suba el vidrio polarizado señora, retirese a algún país anestesia.
A alguno que no la veamos cuando festeja nuestra pobreza.
Porque si algo festeja el que tiene es que al que no, le falte,
no porque le conmueva, sino porque es en la venta de lo que falta,
que se elimina el faltante, y lo que nos mostró como amor,
entendimos, que se llama "negociable", y que nosotros señora,
así simples, blancos unos y negros otros, no somos tontos,
somos pobres, pero tontos no.
Y usted nos tomó el pelo señora.
Usted nos dijo que le creamos, y ahora, nos duele acá.
Y estamos resentidos. Y nos indigna este dolor, nos arrodilla, nos clama,
pero fundamentalmente, nos organiza y nos enciende,
a buscar por lugares señora, que antes no buscábamos,
hasta que, a alguno se le encienda la zarza, y del fuego incombustible,
nos alerte que está en nosotros el deber de ir siempre al frente,
cualquiera sea la condición, el factor sanguíneo y el equipaje.
Porque entendimos, que mientras usted tenga su té y su chocolate,
seguirá allá, con el pedigrí y el talle.
Y nosotros tendremos nuestros bombos, nuestro sudor y nuestra plaza,
asique, señora, que ya puedo decir hasta el nombre, pero no lo digo para que sea aplicable,
preocupesé. Porque si algo tiene esto de macanudo son los ejemplos.
Y en todos los ejemplos corrió sangre.
Sin la sangre no se enciende la zarza.
Sin la sangre del cordero no es libre, ni uno, ni nadie.
Bienaventuranza. Y risa para su susto.
Y sabe. Vamos por usted, a poesiazos. A cancionazos.
Y que no se enoje el del bombo. Porque puede haber bombazos.
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