En sintonía conmigo mismo arranco a toda voz,
escribo de mañana, porque es cuando baja el pandero.
Veníamos de soluciones y líneas tripledecímetras,
con silencios garantidos, y cumpleaños.
Heme aquí, celebro y curva tu intención de gorras, soplo de nuevo la luz que preparaba.
Donde vuelo a humo, soy perdido, voy absurdo como entifada al misterio.
No señor, quedate quieto que es mentira que estás muerto. Dale. Levantáte.
No ves que está gris, pero es de día.
Oh Señor! Aún Hölderlin, mentiras propagadas como flamas, ausencias construidas en tu pelo.
No puede dañarme esta tristeza, ni hacerme cumplidor una falacia, resulta alentador ser andariego, la estrofa, la inconducta y la palabra.
Admiro al hombre grande y contenido, que en risa me tolera hasta formarme, y absurda la pregunta que propongo, se impone, decidido a reformarme.
Mi mente está vacía esta mañana, me armé como un desierto de avenidas,
pasó con su impecable clase nueva, furtivo, sin soberbia ni arrogancia.
Es un escudo de honra al ojo claro, que Germán me propuso cuando andaba,
la letra en disonancia con el verbo, lo duro de la vida desbarandada.
Poesía que en Usted supe encontrarle, la vuelta a una noche de video,
momento al despedirse quebrantables, más supo darme la caricia Juan Manuel.
Entonces, un hombre de ropa indisoluble, viene darme como ejemplo o profecía,
estudio desde un puente, Raya mía.
Razón por la cual vengo a decirte, que vienen los valientes de camisa,
a andar por el mundo evangelizando, y proponer un Gobierno de Alegría.
Doy la buena nueva. Boca ya no alegra multitudes. Flagrantes resultados.
Resultados a razón resultadista. Ya no es presidente el presidente,
la renuncia es la gambeta, de que querer hacer deportes estadistas.
Fracaso ruín.
Escribo sobre todo. Las letras sobre todo.
Puedo continuar como desborde.
Puedo acelerar al precipicio. Pero pensás que la realidad es un juego,
(Yo denuncio mi mirada absurda, pero cómo los cereales, con Carriego)
porque elegí ser así y no a tu modo.
Mas vale no me leas. Mejor que esté escondido.
No sea que lo encuentrés y despierto,
no pueda calmarte el dolor,
de lo que no has vivido.
Peinado para atrás y con su mano,
me dijo serio, como sentencia de monigote;
"Tu vida será así, no queda otra,"
yo dije recibo. Hundido en oración, hasta el cogote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario