lunes, 11 de julio de 2011

A los pies del árbol el perro

Vuelta de vista y pronto, antemano del cordón, tiembla fragil la bestia.
Ya no es el cachorro cuidado y suave, y entonces todo se olvidó de él.
Mi vista pasa y repara, pero entonces, yo también.
Veo sufrido y de rosca, como atrincherado el perro, como pidiendo piedad,
mi mente se va a la infancia, el amor baja al infierno, y entonces pienso en un arma.

¿Por qué mi cabeza quiere eliminar de ese modo el sufrimiento?
Por qué subiendo de este modo, un gusto ácido eligiría disparar al animal,
pensando acabar el sufrimiento con la muerte del perro.
¿Quién reparará en él? ¿Qué hay de arte en retratar su estampa no jubilosa?

Pienso en poesía oportunista de frases que riman estúpidamente unas con otras,
es martes a la mañana y ya sé, no querés pensar en que la muerte se levantó contigo,
en que el enemigo acecha tras tus pasos, en que tu odio sin Dios, exige cobertura.
Pienso en tanta gente ahora, que me aburro de buscar el dolor, para que tu cabeza pequeña,
mate conmigo ese perro, y que huérfanos corramos hacia la buena nueva.

Claro necesitás o preferís otro mensaje. Nadie quiere escuchar de lo podrido.
Por eso lo podrido sigue ahí.

Cierto personaje hablaba del rechazo al reproche, de lo esquivo de la exhortación,
pero qué es sino. Si no te gusta. Andate.

Y que todo reproduzca idiotas.

Pero vos me eliminás. Perro, me eliminás.

Y traigo la muerte dentro en un perro que más que cansado no se ordena en un camino,
y no quiere desaparecerse en el temblar del frío de una noche a la deriva,
y pienso en cómo conocí el calor, y qué insensible te vuelve el hecho de cocinarte. ¿No?

Pero qué vas a hacer, si no tenés cómo remediarlo. ¿Vas a ir a matarlo, Oh Señor?
Pensá en quitarle la vida, de a palos. Uno tras otro. Imaginate. Ver salir pequeños abandonos,
amontonados entonces en algo ya muerto hace mucho.

Luego crucé la calle, y como una afrenta veloz, un pobre, o mejor, uno más pobre que yo,
... suspiremos...
(que lindo saberse así de afortunado)
... en eso llega la paz...
en condiciones similares a las del perro, con un vaso de Gancia, me preguntó la hora.
Estaba sentado en República del Líbano y Libertad. Hace minutos.
Contado así no parece tan grave.
Qué lindo ser un poeta. Y que todo sea usado para el Arte.

Pensás en por qué Dios te muestra de esta manera la creación.
Todo se guarda en la renuncia al mundo y en la vida de oración.
Al ver a ese muchacho, desperdiciado, enajenado. Pensé en un arma...
Pero era muy temprano. Y es feo ser sensible en ayunas.

"Habrá guadaña, cuando del rebaño
tu cabeza se quiera asomar
así se juega
siempre con trampa
y el que se juega, jugado está.

No hay más tiempo que el que te queda
ésa es toda tu oportunidad
no quieras que otros
sangren tu herida
tu propio siendo, quiere ser ya..."
La Renga.

Ministrado por el enemigo, aún, puedo vivir todos los días perfectamente equivocado.
La diferencia está en reconocerlo. Y pensar en explicarlo.
No sea cosa de que porque entiendo un poco más,
le de a la muerte toda una vida de ventaja.

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